La Guardia Costera de EE.UU. afirma que "las deficiencias" del sumergible Titan fueron determinantes en la implosión
- El accidente costó la vida a cinco personas durante una exploración de los restos del Titanic en 2023
- La empresa, que cobraba 250.000 dólares por plaza, suspendió sus actividades comerciales tras la tragedia
Las múltiples "deficiencias" del sumergible Titan fueron la causa principal de la implosión que costó la vida a cinco personas durante una exploración de los restos del Titanic en 2023, según un informe de la Guardia Costera estadounidense publicado este martes.
Dos años después de esta catástrofe tan mediática, el informe de la investigación, de 335 páginas, critica duramente a OceanGate Expeditions, empresa especializada en expediciones turísticas y científicas en entornos extremos, a la que se considera culpable de numerosas deficiencias en materia de diseño y mantenimiento.
Estas deficiencias son la "causa principal" del accidente, según ha concluido la Guardia Costera.
El Titan, un pequeño sumergible de unos 6,5 metros de eslora de OceanGate, se sumergió el 18 de junio de 2023 para observar los restos del Titanic y debía volver a la superficie siete horas más tarde, pero se perdió el contacto menos de dos horas después de su partida.
Cinco personas perdieron la vida
Se puso en marcha una amplia operación de rescate muy mediática, pero el sumergible fue destruido poco después de su inmersión por una "implosión catastrófica" que mató instantáneamente a los cinco pasajeros, entre ellos el científico francés de 77 años Paul-Henri Nargeolet, y el director de OceanGate, Stockton Rush, de 61 años.
Shahzada Dawood, un empresario pakistaní-británico de 48 años, y su hijo de 19, Suleman, así como un explorador británico de 58 años, Hamish Harding, también perdieron la vida.
"Este accidente marítimo y la pérdida de cinco vidas humanas eran evitables", ha declarado Jason Neubauer, presidente de la comisión de investigación de la guardia costera, en un comunicado que acompañaba a la publicación del informe final.
La guardia costera estadounidense abrió una investigación y, en septiembre de 2024, llevó a cabo una serie de audiencias públicas con una veintena de testigos, entre los que se encontraban antiguos empleados de OceanGate.
Malas prácticas de OceanGate
El informe revela que OceanGate recurrió, "durante varios años antes del accidente", "a tácticas de intimidación, exenciones concedidas para operaciones científicas y se aprovechó de su buena reputación para eludir la supervisión de las autoridades reguladoras".
La empresa "finalmente pudo operar el Titan al margen de los protocolos establecidos para las inmersiones en aguas profundas, que históricamente habían garantizado un buen historial de seguridad para los sumergibles comerciales", añade la Guardia Costera.
También denuncian un "entorno de trabajo tóxico", que "disuadía a los empleados y subcontratistas de expresar sus preocupaciones en materia de seguridad".
Durante las audiencias públicas celebradas en septiembre de 2024, Tony Nissen, un ingeniero despedido de OceanGate en 2019, declaró que había sido presionado por el director de la empresa para mentir y afirmar que el sumergible era seguro a pesar de los preocupantes resultados de las pruebas.
OceanGate, que cobraba 250.000 dólares por plaza en el sumergible, suspendió sus actividades comerciales tras la tragedia.
La familia del explorador francés Paul-Henri Nargeolet demandó a la empresa hace un año y le reclama 50 millones de dólares por «negligencia grave».