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El abogado de Pablo Ibar asegura tener un testigo que conoce a los verdaderos autores de los crímenes de Florida

  • Pide un nuevo juicio para defender de nuevo "la inocencia" del preso español
Imagen de archivo del español Pablo Ibar
Imagen de archivo del español Pablo Ibar
RTVE.es / AGENCIAS

Pablo Ibar, el preso de origen vasco condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, podría no ser el autor de los crímenes que lo llevaron a prisión, según su abogado. Daniel Tibbitt ha afirmado haber localizado a una persona que asegura conocer a los verdaderos responsables.

Tibbitt presentó el domingo una moción en los tribunales del estado para que haya un nuevo juicio en el que poder defender, de nuevo, la "inocencia" de su cliente, ya que se ha mostrado convencido de que, si conocieran la información de la que dispone este testigo, Ibar sería "absuelto".

"Sabemos los nombres y apellidos de las personas sospechosas de haber cometido estos crímenes", ha asegurado el letrado Joe Nascimiento, otro de los abogados defensores de español, quien ha asegurado que "esto tiene consistencia".

Los verdaderos asesinos habrían confesado el crimen

A través de una videoconferencia convocada por la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo, Tibbitt ha insistido en que el testimonio de esta persona, que en la actualidad no vive ni en Estados Unidos ni en España, es "sólido". El testigo, cuya identidad no ha trascendido a los medios, tiene antecedentes penales por robos y conoce a los supuestos verdaderos autores del triple crimen de Florida, ya que, según su relato, estos le confesaron ser los responsables.

Ibar, que en un primer momento estuvo condenado a pena capital por un triple asesinato cometido en Florida el 26 de junio de 1994, cumple cadena perpetua por las muertes de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers. Ha sido juzgado tres veces por las muertes y en todas las ocasiones ha defendido su inocencia.

El primer juicio se declaró nulo porque el jurado no alcanzó un veredicto unánime. En el segundo, se le condenó a muerte, una sentencia que no llegó a ejecutarse ya que las pruebas eran "escasas y débiles". En el tercero, en 2019, se le condenó a cadena perpetua.