Un vals entre las estrellas: la ESA envía 'El Danubio azul' al espacio profundo
- La Agencia Espacial Europea ha transmitido la pieza de Johann Strauss II desde su antena de Cebreros
- La iniciativa, más simbólica que científica, pretende ser una continuación del disco de oro de las sondas Voyager
La sonda Voyager 1 es el artefacto humano que más lejos ha llegado. Actualmente se encuentra a más de 25.000 millones de kilómetros de distancia, seguida por su hermana gemela, la Voyager 2. Ambas misiones fueron lanzadas por la NASA en 1977 para explorar los planetas exteriores del sistema solar, y lograron sobrevuelos históricos a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Posteriormente, se convirtieron en las primeras naves en alcanzar el espacio interestelar, y aún hoy siguen enviando datos sobre los límites de nuestro sistema planetario.
Pero todo lo que llevan consigo no son instrumentos estrictamente científicos. Las Voyager también transportan lo que se conoce como "disco de oro", que son dos discos fonográficos de cobre bañado en oro, diseñados como una cápsula del tiempo, o más bien como un mensaje en una botella lanzada al océano cósmico. Contienen sonidos, imágenes y música del planeta Tierra, junto con saludos en decenas de idiomas y grabaciones de la naturaleza, que intentan representar la diversidad de la vida y la cultura de la especie humana ante una hipotética civilización extraterrestre que pudiese encontrarlos, quizá dentro de millones de años.
Carl Sagan, astrofísico, divulgador científico y humanista, lideró el comité que diseñó el contenido de los discos. Su participación fue clave no solo en el plano técnico, sino también filosófico, ya que Sagan estaba convencido de que la grandeza del universo debía inspirar humildad, esperanza y unidad a los seres humanos. Para él, el disco de oro de las Voyager era sobre todo una muestra de nuestra condición curiosa y sensible, reflejada en la ciencia y el arte.
Sin embargo, cuando la NASA lanzó las dos sondas viajeras más célebres de la historia de la exploración espacial, hace ya casi medio siglo, el vals El Danubio azul no estaba en su repertorio, a pesar de que a menudo haya sido considerado como el "himno no oficial del espacio" (no en vano, la composición aparece en 2001: una odisea del espacio, la monumental obra maestra de Stanley Kubrick que redefinió el cine de ciencia ficción).
Disco de oro de las misiones Voyager. NASA
De Ávila al espacio profundo
Para reparar esta ausencia, el pasado 31 de mayo, la Agencia Espacial Europea (ESA) transmitió al espacio una interpretación en directo de El Danubio azul desde su antena de espacio profundo de la localidad abulense de Cebreros. Un gesto simbólico que llevó al más famoso de los valses, compuesto por Johann Strauss II, "al lugar que le corresponde entre las estrellas".
La Orquesta Sinfónica de Viena, dirigida por el checo Petr Popelka, fue la encargada de interpretar la pieza en el Museo de Artes Aplicadas (MAK) de Viena, cuya señal fue retransmitida en directo a Cebreros. Además del concierto de Viena, hubo proyecciones públicas en Madrid, Nueva York y Viena.
La notas fueron comprimidas en forma de ondas electromagnéticas -el sonido no viaja por el vacío del espacio-, para ser lanzadas a la velocidad de la luz. La señal llegó hasta la órbita de la Luna en sólo 1,28 segundos, a Marte en 4 minutos y 20 segundos, y a Neptuno, el planeta más exterior del sistema solar, en aproximadamente 4 horas. Al cabo de 23 horas y 3 minutos, rebasó a la propia nave Voyager 1, adentrándose en el espacio interestelar.
La señal se irá debilitando según avance por el espacio pero, en teoría, podría ser captada por una hipotética civilización extraterrestre, quizá dentro de cientos de miles o millones de años. Igual que el contenido del disco de oro de las sondas Voyager.
La misión 'Vals hacia el espacio' se enmarca dentro de la campaña de promoción por el 200º aniversario del nacimiento de Johann Strauss hijo, que se celebra este 2025. También, conmemora el 50º aniversario de la fundación de la ESA, el 20º de la antena de Cebreros y el 125º de la Orquesta Sinfónica de Viena.