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La vida a bordo del Galerna, un submarino de la Armada: "Es como viajar en el tiempo"

  • En el submarino Galerna de la Armada vamos a pasar un intenso día de navegación a 300 metros de profundidad
  • La tripulación tiene que estar preparada para un entorno sin luz natural, muy poco espacio y escasa comunicación con el exterior
Repor - 20 leguas de viaje submarino

Repor, los domingos a las 22:30 horas en el Canal 24 horas

Entramos en el Arsenal de Cartagena, donde está la base de submarinos, además de 21 unidades de la flota de la Armada. Y nos embarcamos en el Galerna, uno de los dos submarinos de los que dispone actualmente la Armada Española. Es un veterano que sigue dando guerra en tiempos de paz a pesar de sus más de 40 años de servicio. Es un submarino de propulsión diésel-eléctrica que alcanza los 300 metros de profundidad. El Galerna es un S-71 clase Agosta realizado por la Dirección Técnica de Construcciones y Armas Navales para la Marina Nacional Francesa.

Tripulantes en la cubierta y torre de mando de un submarino, con un remolcador cercano y la línea de costa al fondo, iluminada por la luz del atardecer.

El Galerna saliendo de la dársena del Arsenal de la Armada en Cartagena Repor

De esta clase de submarinos existen en el mundo 10 unidades distribuidas entre las flotillas de Francia, con cuatro unidades; Pakistán con dos unidades (construidas todas ellas en los astilleros de Cherburgo y Nantes de Francia), y cuatro unidades en la flotilla de España, construidas íntegramente por los astilleros españoles de la Empresa Nacional Bazán en Cartagena. Compartimos un día de navegación junto a sus 70 tripulantes. A través de ellos conocemos el submarino y su funcionamiento y cómo es una jornada de maniobras militares a bordo del buque.

Cámara de mando iluminada en rojo, dos tripulantes trabajando en consolas y pantallas que muestran datos numéricos.  Se ven equipos electrónicos, un ratón y una regla.

La cámara de mando está en el centro de la nave y es como su cerebro Repor

El cerebro del submarino

La cámara de mando del submarino está en el centro de la nave y es como su cerebro. Como en un avión o en una nave espacial, los timoneles del submarino son sus pilotos. La marinera, Consuelo Montoro, timonel del 'Galerna', nos cuenta cómo se pilota un submarino.

Timonel femenina en la cabina de un submarino, frente a paneles de control, indicadores y palancas. Iluminación tenue, ambiente serio.

Como en un avión o en una nave espacial, los timoneles del submarino son sus pilotos Repor

Y si emergemos, ¿Cómo vemos lo que hay en superficie?

El periscopio es crucial para evitar colisionar con alguna embarcación, es su ojo en el exterior, nos explica el teniente de navío, Javier González Negro, oficial de comunicaciones del Galerna. En cota profunda no hay luz y sus ojos son sus oídos… mediante el sonar. El teniente de navío Ramón Liaño es el segundo comandante del submarino, nos cuenta su funcionamiento. De explicarnos la proa se encargan el teniente de navío y jefe de armas del Galerna, Jaime Payo, y el sargento de armas, César Manzanares. "Cuando se da la voz zafarrancho de combate, lo que hacemos es ocupar nuestros puestos y preparar el torpedo para el lanzamiento", afirma el sargento Manzanares.

Pasamos una jornada de navegación a bordo de un submarino de la Armada

Imagen del submarino Galerna de la Armada Repor

También nos colamos en la diminuta cocina en la que los cabos Yonny y Sandra hacen paella para los 70 tripulantes del submarino. "Aquí no usamos latas ni tampoco freímos, cocinamos como en casa, pero para 70 personas", nos cuenta el jefe de cocina, el cabo Yonny Montes. Ducha cada tres días, dos lavabos diminutos y camas repartidas por cualquier rincón para aprovechar cada centímetro de los casi 68 metros de eslora del Galerna.

Tripulante en litera de submarino, uniforme oscuro con insignia. Espacio reducido, camas aprovechadas al máximo.

Las camas se reparten por todos los rincones para aprovechar cada cm de los 68 metros de eslora del Galerna Repor

Lo peor de estar en un submarino es la incomunicación con el exterior

En la popa está la sala de máquinas y la hélice que hace avanzar el buque y su funcionamiento, nos explica el teniente de navío, Javier Sánchez, jefe de máquinas del Galerna. "Lo peor de estar en un submarino es la incomunicación con el exterior. Es como viajar en el tiempo", nos cuenta. "Entras y cuando sales estás en el mismo punto de cuando bajaste. El mundo ha avanzado, pero tú solo has estado aquí".

En la sala de máquinas de un submarino, un hombre con uniforme oscuro opera un panel de control con numerosos botones, luces y medidores, usando un dispositivo de comunicación.

En la popa del submarino está la sala de máquinas Repor

La mera presencia de un submarino ya es disuasoria

El submarino es un arma silenciosa que se basa en la discreción y en el sigilo bajo el agua. Su seguridad reside en no ser detectado. La mera presencia del submarino en una zona de operaciones es disuasoria, ya que impide al enemigo actuar libremente por temor a un ataque. Además de obtener información del enemigo, su principal misión es la de lanzar torpedos a otros barcos. Grabamos cómo preparan el lanzamiento de un torpedo de ejercicio que no lleva carga explosiva.

Vista cenital de un submarino gris navegando en aguas oscuras; se aprecian detalles como escotillas y una estela blanca.

El submarino es un arma silenciosa que se basa en la discreción y en el sigilo bajo el agua Repor

Simulacro de incendio a bordo como adiestramiento

El comandante del Galerna, Marcial Gamboa García de Lomas pasará en breve de pisar cubierta a pisar moqueta tras dos años al mando del buque. "Es una vida de máximos y mínimos, mínima comodidad, mínimo espacio y máximo compañerismo", nos cuenta acerca de cómo es la vida submarina.

Cada día de navegación de adiestramiento se realiza un simulacro de incendio a bordo. Y se hace muy a menudo porque es una de las situaciones más peligrosas que se pueden producir en un submarino. Al ser un espacio cerrado, el humo y los gases tóxicos se propagan rápidamente, haciendo peligrar la vida de la tripulación, que al consumirse el oxígeno puede morir por asfixia.

Para ventilar y renovar el aire es necesaria la inmediata salida a superficie o profundidad snorkel y arrancar motores diésel para que lleven la atmosfera al exterior como gases de escape de la combustión. El resto de la dotación no necesaria para gobernar el submarino se dirige a la cámara de refugio (proa o popa) según donde se haya declarado. Los encargados de gobernar el submarino en la cámara de mando y central y en el puesto de control de propulsión permanecen en sus puestos equipados con una máscara conectada a una línea de aire respirable.

Tripulantes del submarino, con uniformes oscuros, observan un helicóptero en maniobra sobre el mar.  Se ve parte de la estructura del submarino y el helicóptero en vuelo estacionario.

Tripulación del Galerna durante una maniobra con helicóptero Repor

Maniobras con helicóptero para rescate o aprovisionamiento

Y emergemos de nuevo. Otra de las maniobras que hacen durante la navegación es con helicóptero. Lo posicionan en estacionario sobre el submarino, una maniobra que aunque no lo parezca, tiene mucha dificultad, sobre todo con viento. Una vez posicionado, el helicóptero puede efectuar un rescate, evacuar personal o aprovisionar piezas de repuesto o lo que necesiten.

Tripulante en uniforme sale por escotilla circular de submarino; usa rueda y barra metálica para apoyarse; interior de la escotilla verde claro.

Tripulante del Galerna saliendo por la escotilla del submarino Repor

Tras la jornada de navegación, a las seis de la tarde, volvemos a puerto, a la dársena del Arsenal de Cartagena.