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Junqueras, el todavía inhabilitado político que aspira a volver a presidir ERC y reconducir un partido en crisis

  • El exvicepresident de la Generalitat con Carles Puigdemont (Junts) presidió ERC durante 13 años (2011-2024)
  • Ha recurrido al Supremo la no aplicación de la ley de amnistía hacia él y está pendiente de la sentencia final

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Junqueras aspira a la reelección al frente de ERC
El expresidente de ERC y candidato a la reelección, Oriol Junqueras, en un acto de partido EUROPA PRESS

Testigo directo de la mejor época política de ERC, exvicepresident del Govern de coalición de Carles Puigdemont (Junts) el 1-O e inhabilitado todavía políticamente por su papel en aquel referéndum, Oriol Junqueras quiere recuperar este fin de semana el mandato de su partido.

Tras 13 años presidiéndolo, desde 2011 a junio de este año, momento en el que anunció que dejaba la Presidencia "temporalmente" para abrir "un periodo de reflexión y escucha" que ha durado cinco meses, Junqueras afronta el Congreso extraordinario de un partido que busca salir a flote en medio de una crisis electoral e interna a la que se busca poner fin.

Atrás se quieren dejar varios meses de luchas personales, incluso con acusaciones de fuego amigo y la existencia de una "estructura b" entre los propios miembros del partido, y con cuatro batacazos electorales consecutivos. Junqueras quiere volver a hacerse con el poder de un partido que es clave para la estabilidad nacional —sus siete votos en el Congreso son imprescindibles para la resistencia del Gobierno de Pedro Sánchez—.

Cuatro batacazos electorales consecutivos

Sin embargo, la sensación de ser un partido venido a menos es inevitable: tercera fuerza en el Parlament tras perder a principios de este año la Generalitat, 1.500 afiliados menos que en 2019, momento en el que salió la sentencia del 'procés' que condenó a Junqueras a 13 de años de prisión e inhabilitación por malversación y sedición, y con un partido que ha perdido medio millón de votos respecto a aquel momento. Junqueras llega al Congreso enfrentado con quien fue su mano derecha desde 2011, Marta Rovira, y el expresident de la Generalitat hasta agosto de este año y candidato por decisión del propio Oriol, Pere Aragonès.

Al echar la vista atrás y valorar su mandato de más de una década al frente de ERC, Junqueras (Militància Decidim) defiende que no ha tenido nunca opciones reales de presidir la Generalitat y por eso impulsó la insólita alianza electoral con Artur Mas, en 2015, y por las consecuencias penales del 1-O, a partir de 2017, por lo que ahora merece esta oportunidad y quiere aspirar a llevar a su partido nuevamente al Palau de la Generalitat.

Exvicepresidente con Puigdemont y figura destacada del 1-O

Todavía inhabilitado para cargo público pese a la ley de amnistía el Tribunal Supremo no se la ha aplicado, aunque él ha recurrido la decisión—, nada le impide presidir ERC. "Tenemos la oportunidad de salvar el partido y no la debemos desaprovechar", afirma Junqueras, ahora abiertamente enfrentado a Rovira. Un choque provocado en parte la realización de carteles denigratorios contra los hermanos Maragall, que salieron de las filas del propio partido, cuando Ernest se presentaba a la alcaldía de Barcelona en 2023.

Para el exvicepresidente de la Generalitat hay dos etapas en su mandato con un punto de inflexión que marca la diferencia: su detención y encarcelación en 2017 a raíz del referéndum ilegal del 1-O. Hasta este momento se sentía "muy responsable" de lo que logró su partido bajo su dirección. Desde entonces cree que es "menos responsable", dando a entender que él no controlaba el día a día del partido, aunque desde 2021 ya no estaba en prisión.

Hasta 2017, la formación logró, bajo la batuta de Junqueras, pasar de ser un partido que vivía a la sombra de la histórica Convergencia y cuyo mejor resultado en las autonómicas habían sido 23 escaños en 2003, a lograr una alianza y victoria histórica de la mano de Artur Más con Junts pel Sí (exCIU) y mirarles de tú a tú a la derecha soberanista catalana cuando, ya por separado, obtuvo 32 diputados en 2017, a solo dos escaños de Junts. Gracias a ese resultado, el partido fue llave del Govern de Carles Puigdemont y le aupó a ser vicepresidente y exconseller de Economía, con un papel destacado en el 1-O que le llevó a la cárcel.

Inhabilitado, pero en libertad desde 2021

Pero el mejor resultado de su partido llegó pocos meses antes de que saliese de prisión tras la aplicación de la ley de amnistía en junio del 2021. En febrero de ese año, momento en el que Junqueras dice ser "menos responsable", ERC logró 33 escaños, su mejor resultado histórico. Por primera vez la izquierda independentista superó a Junts (por un escaño) y el partido logró gobernar en la Generalitat. Un hecho insólito.

Sin embargo, las voces críticas en el partido fueron creciendo poco a poco y los resultados cayendo en picado. Bajo críticas de "monarca absoluto" o "hiperliderazgo", Junqueras también vio retroceder a su partido a cotas insospechadas. En las elecciones municipales de 2023, el partido pasó de ser la fuerza más votada a ser el tercer grupo en número de votos y, la dirección —con él a la cabeza—, lejos de hacer autocrítica la noche electoral, presumió de ser el partido que "más concejales tenía". Un declive que se confirmó un año más tarde. Los de Junqueras retrocedieron 13 escaños en el Parlament y registraron su peor resultado en más de una década (20 diputados). Fue entonces cuando el líder soberanista decidió abrir la puerta al "periodo de reflexión" que desemboca ahora en el Congreso extraordinario de este sábado, en el que se marcará el nuevo rumbo del partido para reconducir la situación.

Tres listas pretenden dirigir el partido: Militància Decidim, la de Junqueras, parte con ventaja al haber registrado 2.565 avales, Nova Esquerra Nacional llegó a los 1.510, mientras que Foc Nou reunió 468 apoyos. Si en primera votación Junqueras logra el 50% de los votos, se le nombrará presidente de ERC y logrará su objetivo por la vía rápida, si no, habrá una repetición electoral en segunda vuelta en 15 días.