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Ni hombre ni mujer, simplemente muxe

  • La comunidad muxe es originaria del Istmo de Tehuantepec, en el estado mexicano de Oaxaca
  • Son zapotecas, un pueblo indígena con una identidad cultural propia
  • Este jueves, "Tierra de muxes", desde las 20:00 horas en RTVE Play y a las 21:50 en La 2

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Un hombre fotografía a una mujer sentada en un banco con su hijo recostado sobre sus rodillas vestido de mujer
Las madres de los muxes son las protagonistas del nuevo proyecto del fotógrafo zapoteca Nelson Morales.

Sur de México, años 70. Un día cualquiera en el patio de un colegio de una ciudad que se llama Juchitán. Felina, indígena zapoteca, tiene entre ocho y diez años. Ve a un niño y a una niña que se están abrazando y besando “y de repente dije pues yo no soy esa, ni soy ese, ¿yo, qué onda?”.

Así es cómo Felina Santiago se dio cuenta que era muxe. “Todos los demás que están a tu alrededor ya saben que eres muxe, pero tú a esa edad no lo sabes identificar.” Y la pregunta que viene a continuación es ¿qué es ser muxe?

Un indígena juchiteco vestido de mujer posa delante de una pared donde hay un retrato de un señor.

Felina, directora de las "Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro" posa delante de una imagen del pintor juchiteco, Francisco Toledo. EN PORTADA

¿Qué es ser muxe?

“Yo soy simplemente muxe, ni hombre ni mujer, puedo sentirme orgullosa de contar con las dos partes. Yo no necesito decir que soy mujer porque mi madre es una mujer, mi hermana es una mujer; tienen su propio espacio. Mis padres, mis hermanos, cada quien, tiene su propio espacio y yo he luchado por mi propio espacio. Soy orgullosa de ser muxe, de ser diferente a la mujer y de ser diferente al hombre”, explica Felina.

Orgullosa de ser muxe, de ser diferente a la mujer y de ser diferente al hombre

En una deducción rápida algunos podrían traducir esta palabra zapoteca como homosexual, pero no sería correcto. Lo aclara el historiador juchiteco Víctor Cata: “la palabra homosexual suena ajena en el mundo zapoteca sin que eso signifique que no se conozca. Simplemente que un muxe jamás se asumiría como homosexual. El muxe en sí es parte de la cultura zapoteca, siempre ha estado ahí, forma parte de esa cultura, es parte de su pensamiento”.

La fiesta, una forma de economía

Desde que los zapotecas llegaron al Istmo de Tehuantepec, hace ya varios siglos, los muxes han desempeñado sus propios roles en una sociedad que conserva sus tradiciones como un tesoro. El mercado y las fiestas son fundamentales para este pueblo y los muxes juegan un papel importante en estos dos espacios.

Dos muxes vestidos con trajes de tehuana, vestimenta típica del Istmo de Tehuantepec

Kliver y Luis Ángel nos cuentan que los muxes son una parte fundamental en la preparación de las fiestas en el Istmo de Tehuantepec. EN PORTADA

Una vela es originalmente una festividad en honor a los santos

En Juchitán y en muchas otras localidades de Istmo de Tehuantepec se celebran continuamente fiestas, a las que ellos llaman velas. “Una vela es originalmente una festividad en honor a los santos. Las velas se hacían para dar gracias por las bendiciones que había en el año. Por ejemplo, la cosecha, cada pueblo tiene cierto santo al que se venera. Es una tradición católica, digamos”, explica Nelson Morales, fotógrafo muxe de Unión Hidalgo.

En las velas, la comunidad muxe se encarga de confeccionar los trajes tradicionales tehuanos que visten las mujeres, de su maquillaje y sus peinados, también de hacer la comida y decorar los lugares. Todos colaboran con todos; la fiesta mueve la economía y hace comunidad.

Si no eres del Istmo, no puedes ser muxe

La palabra muxe nace en el Istmo de Tehuantepec. No existía antes de que llegaran los zapotecas a esta tierra. “Tú tienes que haber nacido en el Istmo de Tehuantepec, ser de alguno de nuestros pueblo originarios, para ser muxe”, insiste Nelson Morales. Pero no en todos los lugares del Istmo han sido aceptados y respetados por igual.

“En los últimos 40 o 50 años, sobre todo en Juchitán, es donde la comunidad muxe ha trabajado por ser más visible y poderse expresar libremente”, dice Nelson y añade que “México es un país absolutamente machista y de doble moral. A mí me molesta mucho la palabra tolerancia, porque te tolero, pero no te acepto”.

La discriminación va de la mano de la ignorancia

Algunos medios de comunicación ha descrito Juchitán como el paraíso muxe, porque allí las personas que se salían de la heteronorma no eran cuestionadas, pero la suya ha sido una lucha constante. En 1975 un grupo de muxes creó el movimiento Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro, con el que han luchado por sus derechos y su integración en la sociedad. Su actual directora, Felina Santiago, argumenta que “la discriminación va de la mano de la ignorancia. Yo creo que mientras exista la ignorancia, en cualquier rincón del mundo, va a haber discriminación”.

Parte trasera de un mototaxi rojo con letras amarillas en una calle de la ciudad mexicana de Juchitán.

Un mototaxi típico de la ciudad de Juchitán de Zaragoza, para muchos la capital de la comunidad muxe en el Istmo de Tehuantepec. EN PORTADA

La diversidad, su identidad

“La comunidad muxe es diversa. Están los muxe nguiu, muxe varón, que son personas con aspectos masculinos, pero que tienen características femeninas y están las muxe gunna que mayoritariamente son entendidas como mujeres”, explica José Roberto Orozco, antropólogo muxe.

Al vestirte de tehuana, te vistes con historia, te vistes con arte. Es tradición, es respeto y es tu segunda piel

A partir de aquí, no hay un estereotipo ni un patrón que englobe a todos y todas las muxes. Les une su amor y el respeto por su cultura; la mayoría viste el traje de tehuana, tradicionalmente usado por las mujeres. “Al vestirte de tehuana, te vistes con historia, te vistes con arte. Para mí -dice Donají Mendoza, artesana textil- es tradición, es respeto y es tu segunda piel. Tenemos trajes para cada ocasión”.

Donají fue una de las primeras muxes que se atrevieron a vestirse con ese traje en la ciudad de Tehuantepec; a menos de media hora en coche de Juchitán, allí la sociedad zapoteca no es tan abierta con ellas. “Acá no es de que ¡ay! saliste muxe, felicidades y haz tu vida. No, acá no. Es un lugar donde puedes estar, donde puedes ser visible de cierta manera, pero es un lugar donde no eres cien por cien libre”.

Sexualidad muxe

En una cantina de Juchitán, hay tres muxes sentadas en una mesa tomando cerveza. Las tres aseguran que a ellas les atrae el hombre macho, pero muy macho.

Kika Godinez, estilista, es una de esas tres personas. “Tuve una pareja que me hizo la vida imposible, yo sí estaba muy enamorado y decía ¡guau! con él lo quiero todo. Su mujer una vez me dijo, yo creo que voy a venir a dejar aquí sus cosas porque se la pasa más contigo y tiene dos hijos. Era una forma de vida de los hombres”.

Tres muxes charlan en una cantina de Juchitán de Zaragoza.

Tres muxes charlan sobre la diversidad sexual en Juchitán de Zaragoza. EN PORTADA

Los y las muxes desean a otros hombres, no a otros gays

Cuenta Kika que eso ocurría sobre todo en la década de los años 70 y 80 del siglo pasado. Pero todavía hoy –asegura el antropólogo José Roberto Orozco, “los y las muxes normalmente desean a otros hombres, no a otros gays, a otros hombres con rasgos heterosexuales”.

Y aunque en este tema también ha habido una evolución y algunos muxes jóvenes confiesan que les gustaría tener una pareja muxe y formar una familia, todos con los que hemos hablado para hacer el documental “Tierra de Muxes” del programa En Portada, comparten que “atracción sexual, por un hombre”.