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La hormiga roja de fuego se establece en Sicilia y amenaza con entrar a España por los puertos del Mediterráneo

  • Los investigadores han identificado 88 nidos de esta hormiga en una zona suburbana próxima a la ciudad siciliana de Siracusa
  • Su picadura es dolorosa e irritante y puede generar pústulas y reacciones alérgicas, e incluso un choque anafiláctico

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Imagen de archivo de hormigas rojas.
Imagen de archivo de hormigas rojas.

La hormiga roja de fuego, una de las mayores especies invasoras del mundo y con gran impacto en ecosistemas, agricultura y salud humana, ha logrado establecerse en Sicilia (Italia), su puerta de entrada en Europa, y amenaza en entrar en España, sobre todo por los puertos del Mediterráneo.

Según el trabajo desarrollado por un equipo internacional, liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) -centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Universitat Pompeu Fabra (UPF)-, las posibilidades de expansión por Europa de esta especie, originaria de Sudamérica, "son alarmantes" y se ven acrecentadas por el cambio climático.

Los investigadores han identificado 88 nidos de hormiga roja de fuego en una zona suburbana próxima a la ciudad siciliana de Siracusa, conformada por un estuario y un parque natural, ha informado el CSIC en un comunicado. Los análisis genéticos indican que las colonias de Siracusa podrían proceder de Estados Unidos o China, donde la especie es también invasora.

Aunque se desconoce cuál ha sido con exactitud la vía de entrada de las hormigas a la isla, dado que los nidos están en una zona aislada, se cree improbable que esta fuera el punto de entrada a la isla, y lo más razonable es que llegaran a través de un sitio de paso con actividad humana, como el puerto comercial de Siracusa.

Así, los análisis de la dirección del viento indican que algunas hormigas reina voladoras podrían haber llegado desde el noroeste, donde se sitúa el puerto y donde el equipo recomienda monitorizar esta especie invasora.

Las ciudades del Mediterráneo: las más adecuadas para su propagación

Por otra parte, los modelos ecológicos realizados en el marco del estudio, publicado en la revista Current Biology, "muestran predicciones alarmantes a cerca de la colonización de esta hormiga en Europa y su posible expansión por el continente, que podría verse facilitada por el cambio climático".

Antes del estudio, en el que han colaborado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y universidades de Parma y Catania, se habían interceptado ocasionalmente ejemplares de hormiga roja de fuego en productos de importación en España, Finlandia y Holanda, pero nunca se había confirmado su establecimiento en Europa.

Utilizando modelos de distribución desarrollados en colaboración con el CREAF, el estudio concluye que la especie podría establecerse en el 7% del continente, aproximadamente, y que la mitad de las áreas urbanas en Europa serían aptas para su establecimiento por sus condiciones ambientales.

Los científicos advierten de que las ciudades costeras del Mediterráneo, altamente conectadas por puertos marítimos, son las más adecuadas para la hormiga roja de fuego, lo que favorecería su propagación.

Si se consideran las predicciones relacionadas con el cambio climático, el escenario "empeora gravemente" porque una mayor parte de Europa pasaría a ser adecuada para la especie, según el estudio, que advierte de que grandes ciudades, como Barcelona, Madrid, Roma, Londres o París podrían ver su actividad alterada por esta especie, que puede afectar al estilo de vida por su "abundancia y agresividad".

Una picadura que puede producir un choque anafiláctico

Desde el CSIC, han recordado que la picadura de hormiga roja de fuego (solenopsis invicta) es dolorosa e irritante y puede generar pústulas y reacciones alérgicas, pudiendo llegar a producir un choque anafiláctico.

En menos de un siglo, esta hormiga se ha establecido en gran parte de Estados Unidos, México, el Caribe, China, Taiwán y Australia, y solo ha podido ser erradicada en Nueva Zelanda.

Su presencia en Estados Unidos provoca una pérdida estimada de cerca de 6.000 millones de euros al año, mientras que países como Australia destinan millones a su erradicación, aun sin éxito, según la misma fuente.

"Los esfuerzos coordinados para la detección temprana y una rápida acción en la región, son claves para gestionar con éxito esta nueva amenaza, antes de que se extienda de forma incontrolable”, advierte Roger Vila, investigador principal del IBE en el grupo de Diversidad y Evolución de las mariposas.

Dada la capacidad de dispersión de esta especie invasora y la supuesta existencia de un primer punto de introducción desconocido, el equipo recomienda que el monitoreo se extienda a una escala geográfica mayor.