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Del acoso sexual a los insultos: ¿Son las redes un espacio seguro para las mujeres?

  • En el día de las redes sociales, se llama la atención sobre el acoso específico en linea que viven las mujeres
  • En los últimos años se han incrementado los ataques en redes sobre mujeres con incidencia pública como comunicadoras o políticas
  • Los casos de acoso casi no se denuncian y es muy complicado perseguirlos por el número de implicados y el anonimato

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Mujer utilizando un teléfono móvil
Mujer utilizando un teléfono móvil

Prácticamente la totalidad de la población usa las redes sociales para comunicarse. El 90% de las jóvenes entre 16 y 24 años utiliza redes como Whatsapp, Instagram y YouTube habitualmente y, según un estudio del Instituto de las Mujeres, casi la mitad se ha sentido alguna vez ofendida y acosada a través de las mismas, con especial incidencia en el acoso afectivo-sexual. El informe "Mujeres jóvenes y acoso en redes sociales" especifica que el 52'2% de los mensajes de los agresores son de carácter sexual e intimidatorio y en un 53% de los casos divulgan fotografías sexualmente explícitas sin el consentimiento de la víctima. Instagram es la red social en la que se produce la mayoría de situaciones de este tipo (un 79,9%). Un 44% de las agresiones son insultos, amenazas, burlas o mensajes hirientes a resultas de una negativa de la joven a acceder a los deseos del varón.

Redes sociales: terreno minado

Los casos de acoso en redes afectan también a mujeres adultas, especialmente a las que se posicionan en ellas con una voz pública como las periodistas, comunicadoras o políticas. Reporteros Sin Fronteras ha constatado en los últimos años el acoso directo sobre mujeres periodistas para denigrarlas o expulsarlas del espacio público digital, sobre todo en los debates generados con la cuarta ola del feminismo. "El anonimato todo lo sostiene y, por esa razón, los ejércitos de trolls que llevamos años identificando han incrementado sus ataques contra aquellas mujeres periodistas que ilustran, a través de las historias que cuentan, los avances en materia de igualdad. No se permite el análisis y se proscriben la discusión y el debate, algo que termina siendo una grave amenaza para la pluralidad de puntos de vista", asegura Pilar Bernal, vicepresidenta de RFS España.

Los ejércitos de trolls han incrementado sus ataques contra periodistas

Diversos informes ilustran esta tendencia destinada, según sus conclusiones, a minar el prestigio de las mujeres influyentes en redes para finalmente acallar sus voces. Es el caso del estudio "Violencia de género en línea hacia mujeres con voz pública. Impacto en la libertad de expresión", realizado por ONU Mujeres en América Latina, que encuentra una violencia de género en línea sistemática: "Los ataques impactan en el ejercicio de la libertad de expresión de quienes los padecen. De este modo restan voces en el debate público y, por consiguiente, socavan la calidad de las democracias". La investigación "El periodismo frente al sexismo" de Reporteros Sin Fronteras ha indagado en 130 países y ha identificado agresiones "tan diversas como numerosas", de tal modo que el 73% de las agresiones machistas detectadas en términos generales se han producido en internet a través de redes o correos electrónicos. Uno de estos mecanismos sería el de "redada", cuando internautas anónimos unen sus fuerzas de forma espontánea para atacar a la misma persona con el efecto "bola de nieve" o bien se ponen de acuerdo con anterioridad por llamadas al acoso en grupos de discusión privados. En este sentido, según los expertos consultados, las figuras de los llamados "influencers" son también fundamentales.

Los ataques restan voces en el debate público y socavan la calidad de las democracias

Cuando la mujer acosada denuncia, el enorme número de cuentas implicadas y el anonimato hace que sea muy complicado detener esa bola de nieve o perseguir a sus causantes. Y a veces se producen casos paradójicos, como el de Yolanda Dominguez, conocida artista, formadora y creadora de contenidos feminista, que ha visto como se convertía de víctima en acusada. Ella califica ahora su victoria judicial frente a un influencer como importante "para todas".

¿La defensa es posible? El caso de Yolanda Domínguez

En 2018 el youtuber UTBH (Un Tío Blanco Heterosexual) centró uno de sus videos sobre Domínguez, descalificando su trabajo. Los comentarios que siguieron a dicho video contenían frases como "A Yolanda Domínguez hay que matarla", "Yo opino que hay que prenderla fuego de una plaza pública, así escarmientan todas", "Putas ganas de meterle una hostia", "Pártele la cara", "Feminista buena, feminista muerta", etc. En 2019, Domínguez cuestionó en un hilo de Twitter que la Universidad Europea Miguel de Cervantes invitase a UTBH a una mesa redonda sobre feminismo. Se trataba, afirmaba Domínguez, de un perfil que era un troll, machista y violento con las mujeres, por lo que invitarlo suponía machismo institucional por parte de la Universidad. Lo cierto es que UTBH es uno de los youtubers que centran gran parte de los contenidos que monetiza en una crítica feroz a mujeres, normalmente del espectro político de la izquierda.

UTBH le exigió en un nuevo video que rectificara y retirara esos tuits y, tras un intercambio en el que Yolanda Domínguez se negó a ello y UTBH generó nuevos videos, la demandó ante la jurisdicción civil por atentar contra su honor. En el trámite de la audiencia previa al juicio, UTBH admitió que estaba justificado que se le llamara troll y machista, pero no "violento con las mujeres". En 2022, el Juzgado de Primera instancia estimó parcialmente la demanda de UTBH y este lo celebró con cuatro nuevos videos, comentando la sentencia con aceradas críticas sobre las feministas. Los comentarios ofensivos de sus seguidores siguieron acumulándose durante todo este tiempo. Yolanda Domínguez apeló la sentencia. Finalmente, el 21 de junio de 2023 la Audiencia Provincial de Madrid estimó el recurso de apelación de Domínguez, desestimó la demanda de UTBH y le impuso el pago de las costas causadas.

Nadie te prepara para gestionar el odio

Yolanda Domínguez cree que no hay que restar importancia a la violencia virtual, como se hace a menudo: "Muchas compañeras me han confesado que no me defienden en redes porque al hacerlo los trols la toman con ellas y no soportan esa situación. Sus reflexiones suelen ser "no sé cómo lo aguantas", "si a mí ya me afectan dos mensajes de odio no quiero ni pensar lo que sufres tú"… Nadie te prepara para gestionar el odio. La gente te suele aconsejar que no contestes, que no lo leas, pero eso es como decirle a una mujer a la que alguien le está agrediendo físicamente que no salga de su casa y así evita la posibilidad del daño".

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Las consecuencias del acoso en redes

Según el estudio del Instituto de las Mujeres, frente a una situación de acoso en redes casi un 60% de las jóvenes encuestadas se han sentido enfadadas, impotentes, asqueadas e inseguras. Unas consecuencias que ponen en riesgo la salud mental de las mujeres: dentro del grupo anterior, un 37,7% se ha sentido además deprimida, paranoica, ansiosa o ha tenido trastornos alimenticios. Una cuarta parte de ellas ha faltado a su puesto de trabajo y un 12,3 % ha tenido además pensamientos suicidas. En el caso de las periodistas o las mujeres con presencia pública, además de la incidencia psicológica, el acoso afecta a su prestigio personal y profesional y -en caso de que se retiren temporalmente de las redes- también a la visibilidad de su trabajo.

No existe una arquitectura jurídica que proteja de manera efectiva a las mujeres periodistas

Tanto la llamada ley del "solo sí es sí" en el plano nacional, como la propuesta de Directiva sobre violencia contra las mujeres en el europeo pretenden enfrentar este problema, pero todavía no hay una solución a la vista. "No existe, por el momento, una arquitectura jurídica que proteja de manera efectiva a las mujeres periodistas. De hecho, hemos valorado la posibilidad de que las fiscalías actúen de oficio contra este tipo de delitos que pocas veces llegan a denunciarse. Hay que generar un espacio seguro digital que permita a las comunicadoras impactar en la opinión pública digital, sin que ello genere una exposición que entrañe aún más riesgo. En nuestro país, aún hoy, el insulto on line resulta barato, casi gratuito para los acosadores que se escudan en un anonimato que sirve como escudo protector para perpetrar sus ataques", afirma Pilar Bernal, vicepresidenta de RSF España.

Las plataformas no tienen opciones para denunciar la misoginia o el machismo digital

Yolanda Domínguez señala también la responsabilidad de las plataformas que albergan las redes: "Las plataformas tampoco cuentan con opciones para denunciar la misoginia o el machismo digital, cuando sí las tienen para denunciar otras causas como la homofobia o el racismo. En las escuelas se debería educar en el uso de las redes, para evitar la violencia y para no actuar como un trol. Dejemos de culpabilizar a las víctimas diciendo “Dont feed the trol” (no alimentes al trol) para responsabilizar a quienes atacan “Don’t be the trol” (no seas un trol)".