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Cataluña

Abucheos y gritos de dimisión en un aniversario del 1-O que reclama la independencia a un Govern dividido

  • El acto principal, que ha congregado a unas 11.000 personas según la Guardia Urbana, ha sido en el Arco del Triunfo de Barcelona
  • Se han escuchado consignas contra Pere Aragonès y Carme Forcadell y ovaciones a Carles Puigdemont

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División en el independentismo catalán en el quinto aniversario del 1-O

El independentismo ha conmemorado este sábado los cinco años del 1-O, una fecha en la que sacaron las urnas a la calle en un referéndum ilegal para decretar la independencia de Cataluña, y lo han hecho entre abucheos, gritos de dimisión al president de la Generalitat, Pere Aragonès, y ovaciones a Carles Puigdemont, que ha amenazado con desbordar al Govern si no avanza en el proceso independentista.

El acto principal, que ha congregado a unas 11.000 personas según la Guardia Urbana, ha tenido lugar en el Arco del Triunfo de Barcelona, una concentración a la que Aragonès no ha asistido. Sí lo ha hecho la expresidenta del Parlamento catalán y exlíder de la ANC, Carme Forcadell, quien, entre abucheos y algunos aplausos, ha pedido una "estrategia común" del independentismo, que debe ser "transversal" para ser "más fuerte", por lo que ha pedido que deje de "enfrentarse" y plante cara al Estado conjuntamente.

Unos silbidos que también ha recibido la secretaria general de ERC, Marta Rovira, cuando ha sido mencionada por los presentadores como una de las dirigentes que se encuentran en el "exilio" junto a Carles Puigdemont y Toni Comín, quienes en cambio sí han recibido una sonora ovación, especialmente el expresidente catalán.

Muchos de vosotros estáis enfadados, decepcionados y desilusionados

"Muchos de vosotros estáis enfadados, decepcionados y desilusionados. Y lo comprendo y comparto. Porque tras el 2017 lo tuvimos cerca. Pero estoy contenta porque no estáis desmovilizados. Sois luchadores que no os rendís nunca", ha dicho Forcadell, a la que se ha podido ver algo afectada y emocionada por esos abucheos.

Terremoto político en Cataluña

El independentismo llega a este quinto aniversario tras una semana de terremoto político en Cataluña, con el gobierno catalán pendiendo de un hilo por la crisis entre ERC y JxCat.

Las diferencias durante el acto se han visto diferenciadas cuando el conductor ha mencionado a los dirigentes en el "exilio", momento en el que el aplausómetro se ha disparado de un extremo al otro.

Si la secretaria general de ERC, Marta Rovira (huida de la justicia española en Suiza como una de las dirigentes que pilotaron la organización del 1-O) ha recibido silbidos sonoros, las ovaciones se han desatado cuando se ha pronunciado el nombre de Toni Comín y, sobre todo, Carles Puigdemont, ambos en Bélgica desde hace un lustro.

"¡Puigdemont, nuestro presidente!", ha sido el cántico que se ha repetido en más ocasiones, compartiendo éxito con el de "Govern dimisión", una de las proclamas más coreadas.

Ovación a Puigdemont

En su intervención por vía telemática, Puigdemont se ha mostrado especialmente contundente con la línea marcada por Aragonès. Sin llegar a mencionarlo explícitamente en ningún momento de su discurso de un cuarto de hora, ha advertido a Aragonès de que los votos que hoy le "permiten gobernar" en Cataluña "vienen de este desbordamiento democrático" que demostró el independentismo con el referéndum unilateral del 1 de octubre de 2017.

Por ello, ha emplazado a "los que hoy tienen la responsabilidad" del Govern a que "se pongan al servicio de lo que decidimos hace cinco años, que ya toca".

Este es, ha dicho, un reto que el Consejo por la República -el espacio parainstitucional que lidera Puigdemont desde Bélgica- "se propone encabezar, por si alguien se despista y, una vez ha cogido nuestros votos, ya no lo vemos nunca más".

"Si no se avanza en la dirección marcada por el referéndum legal, democrático y vinculante, el Consejo por la República tiene la obligación de ponerse al frente", ha advertido.

Muro de urnas ante la Generalitat

En otro acto que ha tenido lugar este sábado, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha levantado un muro de urnas ante el Palau de la Generalitat para reivindicar el referéndum del 1-O y ha asegurado que la independencia solo llegará a través de la movilización popular porque "la unidad está en la calle", a diferencia de la "división" interna del Govern.

La ANC levanta en la plaza de Sant Jaume un muro de urnas utilizadas el 1-O

La acción reivindicativa de la entidad independentista simboliza "la distancia y el muro entre el voto del 1 de octubre y la no voluntad de los partidos de hacer la independencia", ha explicado la presidenta de la ANC, Dolors Feliu.

"Eso es lo que queremos denunciar con este muro. O hay un plan para hacer la independencia o no nos quedaremos quietos: pediremos elecciones, presentaremos una lista cívica y tiraremos adelante", ha señalado la dirigente, que ha considerado que la presión de la entidad desde la Diada ha "roto el inmovilismo y parece que los partidos tienen tensiones".

El acto ha congregado a varios centenares de manifestantes en la Plaza Santa Jaume de Barcelona, que han coreado cánticos contra el presidente catalán ("Aragonès dimisión") u otros como "Puigdemont, nuestro presidente", "No nos merecemos los políticos que tenemos", "1-O, ni olvido ni perdón" o "Fuera la bandera española".

Pancarta en el Ayuntamiento de Girona

Paralelamente, un grupo de independentistas se ha encaramado este sábado al balcón del Ayuntamiento de Girona para desplegar una pancarta en la que llaman a "liberar" la ciudad y animar a la desobediencia civil, en la conmemoración del quinto aniversario del 1-O.

Ante un centenar de personas, los activistas, ataviados con un mono blanco y el rostro cubierto por una máscara del mismo color, han colocado una escalera en la fachada del edificio consistorial por la que tres de ellos han subido hasta el balcón principal del Ayuntamiento.

Desde allí, han colgado una pancarta con el lema "Liberemos Girona", mientras una de las activistas ha leído un manifiesto que proclama que la ciudad queda a partir de ahora "bajo el control de la República catalana".

Además, unas 300 personas se han manifestado por las calles del centro de Girona en un acto convocado por los CDR, que ha finalizado con la quema de un muñeco de paja con el rostro del presidente catalán, junto a una bandera española. "Cinco años de una gran estafa, políticos de mierda" era el lema de la manifestación, que ha finalizado frente a la sede de la delegación de la Generalitat en la ciudad.