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Las joyas de la Corona: las tiaras de diamantes, los broches y las piedras preciosas de Isabel II

  • El joyero privado de la Reina posee más de cien broches de diamantes y plata, aunque también hay de zafiros y rubíes
  • La corona de San Eduardo solo se utiliza en las coronaciones y está compuesta por 444 piedras preciosas

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Las joyas de la reina Isabel II: sus favoritas fueron collar de perlas y los broches

La reina Isabel II deja un vasto patrimonio entre el que se encuentran una amplia variedad de joyas. En vida, una de sus combinaciones predilectas era la de collar de perlas y broche, que han sido su auténtica seña de identidad. Casi siempre luciéndolos en su hombro izquierdo, los más de 100 broches que posee en su joyero son de diamantes y plata, aunque también los tiene de zafiros y rubíes.

Pero no son las únicas joyas custodiadas en la Torre de Londres y que ha lucido Isabel II a lo largo de sus 70 años de reinado. Entre esta colección figuran, 46 collares, 37 pulseras, 34 pares de pendientes, 15 anillos, 14 relojes y cinco colgantes. De manera especial destacan sus tiaras de diamantes y las coronas utilizadas para eventos de gran importancia. Como es el caso de la corona de San Eduardo, que solo se usa en las coronaciones y ha pasado de monarca en monarca desde 1661 y está compuesta por 444 piedras preciosas.

Las joyas de Isabel II: una exposición con tiaras y collares

Aunque la verdadera joya de la corona, nunca mejor dicho, es La Imperial formada por 2.868 diamantes. Es la que Isabel II llevó en su coronación y empleaba exclusivamente en la ceremonia de apertura del Parlamento británico. Reino Unido es el único país que todavía conserva y usa todas sus joyas que están valoradas en 12 millones de euros y que representan el poder y la soberanía del pueblo británico.

Un vasto patrimonio

Pero el patrimonio de la reina de Inglaterra no lo componen solo diamantes y piedras preciosas. Además, deja en manos de sus herederos un vasto patrimonio. Por ejemplo, tiene escrituradas algunas propiedades históricas. Las más conocidas son los Castillos de Balmoral y de Sandringham. También era dueña de las fincas de Kesington y Tutbury y de la aldea de Ghoatland.

Sin embargo, el Palacio de Buckingham o el Castillo de Windsor no pertenecían a la monarca. En la actualidad, están en manos del Estado británico. Esto no significa que la familia británica no pueda hacer empleo de ellos, están cedidos para el uso exclusivo de la Casa Real.

Una vida plena

Con la corona puesta, Isabel II ha hecho de todo, incluso codearse con dos de los personajes de ficción más icónicos del Reino Unido. Ha sido una destacada amazona y amante de las carreras de caballos, y además, gozaba de un gran sentido del humor. En los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 no dudó en participar en hacer un guiño al espía más famoso del mundo, 007, y en su último jubileo tomó el té con Paddington.

Isabel II alcanza el Jubileo de Platino: 70 años en el trono

Quizá esa mezcla carismática y su capacidad de adaptarse a los tiempos sean la clave para que durante años haya sido la mejor embajadora del Reino Unido por el mundo. Tuvo 4 hijos, 8 nietos y 12 bisnietos, pero en el terreno familiar su reinado no estuvo exento de escándalos. Sobre todo el año 1992.

El incendio de su palacio de Windsor, y la separación de tres de sus hijos, sobre todo la de Carlos, narrada casi como un serial televisivo, la marcó para siempre. Aunque lo peor estaba por llegar. Diana de Gales fallecía en un accidente de tráfico el 31 de agosto de 1997. Los británicos, conmovidos, criticaron que la reina permaneciera en su residencia de Balmoral en vez mostrar públicamente sus respetos a Diana en Londres. Por primera vez la popularidad de su majestad perdía puntos.

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En los últimos años, más disgustos: la salida de su nieto Enrique de la familia Real, la muerte de su marido Felipe de Edimburgo y el escándalo de presuntos abusos a menores de uno de sus hijos, el príncipe Andrés, marcaron los últimos tiempos. Pero la reina dejó todo en orden y despejó la duda sobre su sucesión: el príncipe Carlos ocupará el trono y Camilla será Reina consorte.

Además, fue una mujer poderosa que una vez más demostró su fuerza, llegando a superar el COVID días después de cumplir sus 70 años en el trono. Y sacó fuerzas para celebrar su jubileo de platino y hacer su saludo desde el mítico balcón de Buckingham. Su última imagen fue recibiendo a la nueva primera ministra de Reino unido, Liz Truss.