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Cómo sobrevivir a la ola de calor: consejos para hacer frente a las altas temperaturas

  • Una ola de calor inédita en junio ha llegado a España con temperaturas de más de 40 grados en varias zonas
  • Los expertos recomiendan mantenerse hidratados y evitar salir a la calle en las horas más calurosas

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La ola de calor golpea con fuerza en España: más de 43 grados en algunas zonas

España se está enfrentando a una gran ola de calor inédita en junio que tiene en alerta a un total de 32 provincias por las temperaturas extremas.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima que la ola durará, al menos, hasta el sábado 18,  y no descarta que se prolongue unos días más en algunas zonas.

Por el momento, las temperaturas más altas se han alcanzado el domingo en Almadén (Ciudad Real) con 43,2 grados; Andújar (Jaén), con 43 grados; en Sevilla-aeropuerto, con 42,6 grados; y en Córdoba, con 42,2 grados.

Con este calor, actividades cotidianas como salir a la calle, ir a trabajar o dormir, pueden convertirse en una auténtica pesadilla.

De hecho, las temperaturas han provocado que colegios de algunas comunidades de España hayan adelantado la hora de salida para evitar que los alumnos estén en clase durante las horas de más calor.

Y es que los riesgos no deben tomarse a la ligera. Según explica el Ministerio de Sanidad, “el calor puede producir desde irritaciones en la piel y calambres hasta un aumento de temperatura tal, que puede llevarnos incluso a la muerte si no recibimos atención médica urgente”.

Algunos síntomas que pueden alertar de que se está sufriendo un golpe de calor son dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.

Para evitar llegar a esta situación o poder actuar si se está empezando a notar sus efectos, el Ministerio de Sanidad y otros organismos como el Consejo General de Enfermería o la Comunidad de Madrid, elaboran guías con consejos para hacer frente a la ola de calor.

Además, hay que recordar que los niños menores de cuatro años, las personas mayores y los enfermos son especialmente vulnerables, por lo que las precauciones deberán extremarse con ellos.

Beber agua y evitar las comidas pesadas

Las guías aconsejan beber mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, salvo si hay contraindicación médica. Lo ideal sería beber entre 1,5 y 2 litros al día.

Se recomienda evitar las bebidas alcohólicas, café, té o cola y las muy azucaradas porque pueden hacer perder más líquido corporal.

En cuanto a la comida, lo recomendable es hacer comidas frías y ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).

Evitar que el sol entre directamente en el hogar

En interior, el calor también puede ser igual de duro. Los toldos de las fachadas expuestas al sol deben estar bajados, así como las persianas, para evitar que el sol entre directamente.

Cuando la temperatura es más alta hay que evitar abrir las ventanas y usar máquinas y aparatos que puedan producir calor.

Hay que tener en cuenta que, a partir de los 35 grados,  un ventilador solo mueve el aire, no lo enfría.

También hay que tener cuidado con cómo se utiliza el aire acondicionado. Aunque genera un alivio instantáneo, también conlleva sus riesgos, puesto que reseca el aire y puede provocar deshidratación.

Otra tentación puede ser la de ducharse con agua congelada, pero la realidad es que son mejores las duchas cortas y con agua templada,  que no obligan al organismo a reajustar su temperatura corporal.

Qué hacer en el exterior

En los días de intenso calor se recomienda permanecer en lugares frescos, a la sombra y si es posible pasar al menos dos horas en algún lugar climatizado.

De hecho, algunas comunidades están ofreciendo espacios conocidos como refugios climáticos. El Ayuntamiento de Barcelona ha adelantado el procedimiento Ola de Calor para abrir refugios con aire acondicionado en 197 espacios de la ciudad.

Lo mejor es no realizar actividades en el exterior en las horas más calurosas, sobre todo si las actividades son intensas. En concreto, la franja horaria de más riesgo es de las 14:00 a 17:00 horas.

Si es inevitable estar en el exterior, la elección de la ropa es fundamental: ropa ligera y de color claro, sombrero, calzado fresco y que transpire.

Por supuesto, hay que evitar las siestas al sol o la exposición prolongada. Tampoco se debe permanecer en el interior de vehículos estacionados durante mucho tiempo ni dejar esperando en ellos a mascotas, niños o personas mayores.

Ola de calor en primavera - Ver ahora

Cómo hacer frente a las noches tropicales

Si bien de día es mejor que la casa permanezca cerrada, de noche es mejor abrir todo para ventilar e intentar refrescar el hogar con la bajada de temperaturas que ocurre al final del día.

Sin embargo, esta ola de calor está dejando noches tropicales con las que no es fácil conciliar el sueño, así que quizá no sea suficiente con confiar en que la noche será más fría.

En estos casos, hay que recurrir a otras medidas. Ducharse con agua tibia justo antes de ir a la cama puede ayudar a conservar la sensación de frescor antes de dormir.

Beber agua abundante también es importante, ya que, aunque puede provocar un viaje al baño durante la noche, evita los síntomas de deshidratación.

Por otro lado, el material del pijama y de las sábanas pueden marcar una diferencia. Es mejor si son ligeros y transpirables, como el algodón o el lino

Niños, mayores y enfermos crónicos, los grupos más vulnerables al calor

Así hay que actuar si la cosa se pone seria

Las personas que tomen medicamentos para alguna enfermedad de riesgo deben consultar con su médico de referencia acerca de las medidas suplementarias a adoptar.

También es relevante reconocer los principales problemas que puede provocar el calor y cómo hay que actuar ante ellos, según advierte el Ministerio de Sanidad.

Los calambres se pueden producir tras una actividad intensa en la que se haya sudado mucho. Lo recomendable es parar la actividad, beber agua y consultar con un médico si persisten después de una hora.

El agotamiento por calor sucede tras unos días aguantando temperaturas a las que el cuerpo no está acostumbrado. Se manifiesta con debilidad, fatiga, mareos, náuseas o desmayos. Se debe descansar en un lugar fresco, beber líquidos y consultar con un médico si los síntomas no desaparecen después de una hora.

Por último, el peor escenario posible es el de un golpe de calor.  En este caso ya se está sufriendo un problema grave que provoca calor, sequedad y piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, confusión y pérdida de conciencia.

Ante esta situación hay que llamar a urgencias y, mientras se espera, enfriar el cuerpo, estar en una habitación oscura, poner paños de agua fría sobre el cuerpo o darse un baño o ducha fría.