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Cine

'El método Williams': Venus y Serena reivindican a su padre a través de Will Smith

  • Las dos tenistas producen un biopic sobre cómo dos niñas humildes se convirtieron en campeonas
  • Will Smith está colocado como uno de los favoritos al Oscar por su papel de Richard Williams

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Will Smith, en una secuencia de 'El método Williams"
Will Smith, en una secuencia de 'El método Williams"

En sus adictivas memorias, Andre Agassi recuerda su tensión ante el primer encuentro entre su padre y el de su pareja, Steffi Graf. Las dos superestrellas del tenis temían el choque entre los duros caracteres de sus progenitores, que tanto habían sufrido durante su infancia, y bajo cuya presión se habían convertido en perfectas máquinas de devolver pelotas. No era un miedo irracional: los dos padres casi llegan a las manos.

Es un patrón habitual tras el éxito profesional de muchos deportistas, músicos o bailarines. Quizá la pronta disciplina espartana sea necesaria para materias tan competitivas, pero el asunto se complica cuando el látigo viene de una figura paternal: no hay éxito profesional que cicatrice una herida así.

En los años 80, Richard Williams planificó que dos de sus hijas, Venus y Serena, debían convertirse en campeones de tenis, justo el tipo de carrera vedada para niñas afroamericanas que vivían en Compton, el humilde suburbio de Los Ángeles conocido por ser cuna de raperos como Ice Cube y N.W.A, pero sobre todo por poseer uno de los mayores índices de criminalidad de EE.UU.

Bravucón, deslenguado y maniático, Williams pronto fue clasificado como uno de esos padres controladores y problemáticos. La película El método Williams, en la que Will Smith brilla como Richard Williams, nace con la intención de enmendar esa imagen mostrando básicamente a una figura protectora y amorosa. Tanto Venus como Serena asesoraron a los creadores y, tras ver la película (“las dos peores horas de mi vida”, según Will Smith) accedieron a participar como productoras también.

Will Smith, favorito para el Oscar

El método Williams es un biopic formalmente convencional, pero con el interés de retratar una historia insólita de primera mano: una especie de autorretrato oficial. Dirigida por Reinaldo Marcus Green, la película ha colocado a Will Smith como favorito en la carrera por el Oscar y, de momento, ya ha ganado el Globo de Oro.

Además de imitar el acento sureño de Williams, Smith ha tenido que encarnar el dolor de un hombre baqueteado, víctima del racismo y del abandono familiar. Toda una vida encjando golpes que le preparon hasta para recibir continuas palizas de pandilleros de Compton solo por ocupar una pista municipal en la que entrenaba a sus hijas a diario aunque tronase.

Williams se jactaba continuamente de que su plan era infalible, lo que le convertía en lunático a los ojos de cualquiera. Atlético, pero sin nociones de tenis, sabía que la clave era que los elitistas clubs y entrenadores accedieran a formar definitivamente a sus hijas, a las que publicitaba como productos infalibles.

El método Williams se centra en la búsqueda de entrenadores para las niñas y se detiene en el debut profesional de Venus Williams. Como hermana mayor (se lleva un año con Serena), Venus despuntó un poco antes y captaba toda la atención, aunque, según la película, el plan maestro de Richard ya incluía que Serena se erigiría en la mejor tenista de la historia.

La obsesión por el dinero

Quizá la contradicción de Williams, y de la película, es su obsesión por el dinero. ¿Son los valores morales que inculca Richard a sus hijas un fin en sí mismos? ¿O solo un medio para llegar a la riqueza? El método Williams deja la respuesta en el aire. Cuando Venus tenía 11 años y Serena 10, Williams tomó la nada corriente decisión de que no compitiesen en torneos juveniles. Y la duda es la misma: ¿Protegía su infancia? ¿O quería asegurar su inversión?

El clímax de la cinta convierte a Arantxa Sánchez-Vicario en la antagonista (y con un toque de villana) de la trama. En el Torneo de Oakland de 1994, Venus debutó con 14 años como profesional y se enfrentó a la española, entonces número dos del mundo (aunque la película la muestra como número uno). Pero lo fundamental son las negociaciones con Nike que suceden en paralelo: solo una película estadounidense podría tener como principal suspense el número de ceros que tendrá el contrato millonario con un patrocinador.