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Alta abstención en las elecciones legislativas en Argelia

  • El Gobierno las presentaba como el "fin del proceso de transición" que comenzó en abril de 2019

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Un trabajador electoral en un centro de votación en Argel el 12 de junio de 2021.
Un trabajador electoral en un centro de votación en Argel el 12 de junio de 2021.

La alta abstención y el desinterés han marcado las elecciones legislativas celebradas este sábado en Argelia, que el Gobierno presentaba como la culminación del proceso de transicióniniciado en abril de 2019 tras la renuncia del presidente Abdelaziz Buteflika y que, en realidad, parecieron respaldar las tesis del movimiento social de protesta Hirak, que pide la caída del régimen y que ha instado al boicot masivo.

De los más de 24 millones de electores que estaban llamados a las urnas, han acudido menos de un tercio y se sitúa en el 30,2 por ciento, de acuerdo con la Autoridad Electoral Nacional Independiente (ANIE), informa el medio digital 'Tout sur L'Algérie'.

La mayor tasa de participación se produjo en la ciudad meridional de Tamanrraset, la capital del sur, y la menor en las ciudades septentrionales de la Cabilia, de mayoría beréber.

En la capital, tomada por efectivos de la policía, la gendarmería y los servicios secretos desde primeras horas de la madrugada, la participación se quedó en un raquítico 8,54 % para alegría del Hirak y los partidos de oposición que denuncian lo que denominan como una mascarada.

Una mujer con mascarilla votando en la capital del país.

"En la Cabilia, la mayoría de los colegios electorales no han abierto y los pocos que lo han hecho ha sido a escondidas, solo para funcionarios y la administración local", ha explicado Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina de Defensa de Derechos Humanos (LADDH).

Según el responsable, además se produjeron pequeños incidentes y enfrentamientos en localidades como Tichy, Al Asnam, y la ciudad de Buira.

Boicot frente a la nueva Argelia

Consciente de la grave crisis social, política y económica que atraviesa el país, e incapaz de frenar un movimiento que desde que estallara en febrero de 2019 exige la caída del régimen militar que domina Argelia desde la independencia de Francia en 1962, el Gobierno había planteado estas elecciones como una vía para desmontar el Hirak.

El primer ministro de Argelia, Abdelaziz Djerad, depositando su voto.

En medio de una dura campaña de desprestigio contra el movimiento, había instado a la población a acudir a las urnas para dar un impulso a la nueva Argelia que dice representar.

"He venido para cumplir mi deber, un deber como los demás. Esperamos que haya un cambio y que sean elecciones exitosas", decía a primera hora un anciano en el centro de la capital.

En el colegio electoral de Al Muradia, cerca del Palacio presidencial, la mayoría de los votantes eran, sin embargo, jóvenes militares que lo hacían con ilusión de novicio.

"Hemos votado para las personas que pueden dar un soplo a este país y otra aceleración y pueden dar esperanzas a la gente para que viva fácilmente en este país", dijo Hocin, funcionario de una empresa estatal.

Tensión política

La mayoría de los responsables del Hirak prefirieron, por su parte, ni siquiera salir a la calle este sábado, temerosos de la ola de detenciones desatada en las últimas semanas y que se extendió incluso a las horas previas al inicio de la consulta.

Otra imagen de la jornada electoral.

El viernes, día habitual de protesta en la calle, efectivos de la policía detuvieron e interrogaron durante horas a personajes destacados de la protesta, como el periodista Khaled Drarerini, condenado a dos años por participar en una manifestación del Hirak y después indultado. O el líder opositor Karim Tabbou, procesado y acusado de amenazar la seguridad del Estado, entre otros delitos.

Legitimidad del voto

En este ambiente, el presidente de la República, Abdelmedjid Tebboune, elegido hace un año y medio con apenas el 39 % de participación, ha restado importancia a este nuevo dato y ha asegurado que la legitimidad de los futuros diputados reside en el hecho de que hayan sido elegidos por el pueblo.

"Creo que vamos por buen camino, ya que estamos atacados desde el otro lado. Hay quien no está contento con el hecho de que Argelia conceda el poder de decisión a su pueblo", ha dicho el mandatario a la prensa tras depositar su voto en Argel.

"Los que quieren boicotear, son libres, siempre que no traten de imponer (su decisión) a otros. Soy optimista, sea cual sea la tasa de participación", ha agregado Tebboune.