Enlaces accesibilidad

El infierno de vivir junto a una macrogranja de cerdos

  • Este tipo de instalaciones se ha multiplicado en los últimos años
  • Los pueblos junto a las que se instalan denuncian irregularidades
  • Hablan los afectados: "No genera riqueza, genera miseria"

Por
Vecinos en lucha contra las macrogranjas de cerdos

Vivir junto a una macrogranja animal. Es la realidad a la que se enfrentan los 400 vecinos de Bernardos, en Segovia, que temen que se construya una granja para más de 4.000 cerdos. Pese a que la empresa constructora intenta mitigar sus dudas, creen que van a correr la misma suerte que otros muchos pequeños pueblos de España que han visto cómo su calidad de vida descendía drásticamente debido a estas explotaciones animales. En "La Hora de la 1" hemos hablado con los vecinos que nos han expuesto sus temores.

Contaminación, cerdos y malos olores

Estos son algunos de los temores (fundados) que tienen los habitantes de Bernardos. La construcción de esta instalación está prevista a apenas un kilómetro de su casco urbano, haciéndolo susceptible de malos olores y tránsito constante de maquinaria pesada. De construirse, el complejo gastaría 11.000 metros cúbicos de agua y generaría unos residuos de 10.000 metros cúbicos de purines (subproductos derivados de la actividad animal) que podrían contaminar el aire y los acuíferos de la zona.  Además, los vecinos temen que la instalación de una granja de estas dimensiones, destroce la economía de los ganaderos locales.

Balsa de Ves, un espejo en el que mirarse

Los miedos de los vecinos de Bernardos se han materializado en Balsa de Ves, un pueblo de Castilla-La Mancha. Allí, llegó una empresa con un proyecto parecido, con promesas de revitalizar económicamente la zona y asegurando que no habría impacto ecológico, pero la realidad fue diametralmente opuesta. A día de hoy viven junto a una planta que cría 60.000 cerdos al año que hacen que la contaminación, los malos olores y el impacto ecológico sean su pan de cada día.

En este pequeño pueblo de apenas 135 habitantes el sentimiento es común: la granja ha hecho que su calidad de vida baje drásticamente. Paco, uno de los vecinos del pueblo se muestra tajante al respecto, "los purines de la granja van a bancales fuera de su cerco y ahí echan todos los residuos.  El olor es insoportable", afirma. Además, "el tránsito de los camiones ha hecho que los caminos estén destrozados", dice haciendo referencia a toda la actividad de transporte que conlleva este tipo de instalaciones. El mismo vecino cree que "todo el aspecto natural, que era uno de los atractivos de la zona, se ha visto afectado" lo que hace que el pueblo pierda interés turístico.

Junto a la macrogranja también se instaló una planta de biogás,  hecho que acrecentó los problemas en el pueblo. Según Natividad, la alcaldesa de Balsa de Ves, esta instalación se ha convertido en el "estercolero" de toda la región, pues allí acaban más de 40.000 toneladas de residuos de toda España, "y sus residuos acaban en nuestros campos", afirma la alcaldesa. "Este modelo de desarrollo no lo queremos para nosotros ni para ningún pueblo", ha querido aclarar la alcaldesa, al ser una industria "claramente contaminante y que no genera riqueza, sino miseria". A este punto ha querido añadir que la empresa constructora acudió al pueblo con promesas de contratar a obreros de la zona, con el objetivo de revitalizar económicamente la región, pero han quedado en nada: "De los 20 puestos de trabajo que ofrecieron, se han quedado en cinco", asevera dando fe de las mentiras que se han sucedido desde que la empresa entró en sus vidas.

“Mientras no haya repuesto para el agua que bebemos, para el aire que respiramos y para la tierra que produce los alimentos, no queremos estas instalaciones contaminantes”, ha añadido tajante la alcaldesa.