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Coronavirus

Trump asegura que su contagio de COVID-19 fue una "bendición de Dios" y dice estar "perfecto"

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El presidente Donald Trump se quita la mascarilla protectora mientras posa sobre el Balcón Truman de la Casa Blanca después de regresar del hospital el pasado 5 de octubre.
El presidente Donald Trump se quitaba la mascarilla al llegar a la Casa Blanca después de abandonar el hospital el 5 de octubre.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado sentirse "genial y perfecto" apenas cinco días después del anuncio de su contagio de COVID-19 por el que fue hospitalizado durante tres días. Para el mandatario, contraer la enfermedad que solo en su país deja ya más de 211.000 muertos ha sido "una bendición de Dios disfrazada", según ha afirmado en un vídeo publicado en Twitter.

Trump ha alabado el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron con el que ha sido tratado, un fármaco que ha prometido distribuirá de manera gratuita en los hospitales bajo una orden de urgencia a pesar de que su uso todavía no ha sido aprobado.

El Regeneron "ha sido terapéutico para mí, me ha mejorado, yo llamo a eso cura. No me encontraba bien y a las 24 horas me sentía genial", explica.

El presidente se pronuncia así por primera vez en público desde su regreso a la Casa Blanca el lunes, en un momento en el que su verdadero estado de salud sigue siendo todo un misterio. "Pasé cuatro días en el hospital, podría haberme quedado en la Casa Blanca", defiende en su discurso de cuatro minutos que dedica a presumir de la cercanía de la vacuna y advierte a China de que "pagará un gran precio por lo que ha hecho a EE.UU. y al mundo".

De hecho, Trump ha regresado al Despacho Oval este mismo miércoles a pesar de no haber vencido la enfermedad y mientras siguen aumentando los asesores y personas de su entorno contagiadas.

Ha generado anticuerpos

Horas antes, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, informaba de que se han hallado "niveles detectables" de anticuerpos neutralizantes del tipo IgG que el pasado jueves no aparecían, si bien se desconoce si sigue siendo contagioso porque los sanitarios han evitado desvelar la fecha de su último test negativo en COVID-19.

Los anticuerpos de tipo G (IgG) suelen desarrollarse entre una y tres semanas después de la infección con COVID-19, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, en inglés). De ahí que la afirmación de Conley haya generado estupor entre algunos profesionales médicos y analistas porque el diagnóstico de Trump se hizo público el pasado jueves.

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Los sanitarios que tratan al presidente han informado sobre su estado de salud, si bien han omitido detalles específicos sobre el nivel de oxígeno en sangre y tampoco aclaran si Trump sigue recibiendo algún tipo de medicación, incluido el esteoride dexametasona que se le administró durante el fin de semana.

"Su examen físico y sus constantes vitales, incluidas la saturación de oxígeno (en sangre) y el ritmo respiratorio, están todas estables y en el rango normal. Ya lleva cuatro días sin fiebre, más de 24 horas sin síntomas, y no ha necesitado ni recibido oxígeno suplementario desde su hospitalización inicial", ha agregado el doctor en el comunicado.

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Todavía no está fuera de peligro

Trump es de los primeros pacientes conocidos de COVID-19 a los que se ha suministrado una combinación de tratamientos potentes como el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron que recibió el viernes; la dexametasona y Remdesivir, un antiviral que le suministraron entre el sábado y el martes.

El presidente ha experimentado al menos dos bajadas de oxígeno desde que dio positivo por la enfermedad, pero el lunes, al llegar a la Casa Blanca desde el hospital militar donde estuvo ingresado, pidió a los estadounidenses no "temer" a la enfermedad ni dejar que "domine" sus vidas.

No obstante, Trump no está todavía fuera del periodo en el que, según el consenso médico, los pacientes de COVID-19 son más vulnerables; un plazo que dura entre siete y diez días desde que se registran los primeros síntomas, algo que en el caso del presidente ocurrió supuestamente el pasado jueves. De hecho, los médicos del presidente ya han advertido que no se le podrá considerar fuera de peligro hasta el próximo lunes.