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Coronavirus

Italia se acerca al fin de su confinamiento con un récord absoluto de altas en un solo día

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Coronavirus en Italia: Desinfección en un restaurante en la Galería Víctor Manuel en Milán.
Desinfección en un restaurante en la Galería Víctor Manuel en Milán.

Italia da pasos hacia el final decretado de sus más de 50 días de confinamiento por la Covid-19 con datos muy optimistas. Este jueves se han registrado menos casos positivos, menos muertes que el día anterior y sobre todo, se han multiplicado por dos las altas respecto a las últimas 24 horas, antes del puente festivo del 1 de mayo, en el que el domingo 3 de mayo dará paso a la desescalada prevista por el Ejecutivo italiano. Sin embargo, el país mediterráneo entrará en esta nueva fase inmerso en una recesión económica por el coronavirus.

Este jueves, Italia ha registrado 205.463 casos totales de coronavirus, con un aumento de 1.872 en las últimas 24 horas, en una jornada en la que hubo un récord de personas curadas, 4.693, cuando el día anterior habían sido 2.311. Todas las regiones de Italia han incrementado su número de personas recuperadas respecto al día anterior, salvo Cerdeña, que ha dado exactamente el mismo número de altas que el miércoles, 116.

Desde el inicio de la emergencia se han curado ya 75.945 personas, según los datos difundidos por el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli. Italia sigue siendo el tercer país del mundo con más casos de Covid-19 confirmados, por detrás de Estados Unidos y España.

Los muertos son ya 27.967, 285 más respecto al miércoles (el día anterior el número había subido en 323), y los casos positivos actuales son 101.551, con 3.106 menos que el día anterior, también la mayor disminución hasta ahora.

También ha bajado el número de personas atendidas en unidades de cuidados intensivos (1.694,101 menos que el día anterior).

Según ha informado Protección Civil, en Italia se han realizado pruebas diagnósticas de coronavirus a 1.354.901 personas, 42.000 más que el día anterior, sobre una población total de unos 60 millones de personas. En total se han aplicado 1.979.217 tests (68.456 en las últimas 24 horas).

Son, en definitiva, los mejores datos hasta ahora de la evolución de la pandemia en Italia a pocos días del inicio de la llamada fase 2, el próximo lunes 4 de mayo. Aun así, el mensaje oficial de las autoridades es un día más el mismo: el virus sigue activo y circulando y por tanto, más allá de las normas, apelan a la responsabilidad individual para evitar una temible segunda ola de contagios.

El primer ministro, Giuseppe Conte, ha defendido ante los diputados italianos su decisión de una desescalada lenta y gradual de las actividades, a pesar de las críticas, al asegurar que la reapertura simultánea "comprometería de manera irreversible los esfuerzos realizados hasta ahora".

Conte ha defendido las decisiones tomadas por su Gobierno para combatir la pandemia, sustentadas en las recomendaciones científicas, y ha advertido a los ciudadanos de que "no puede garantizar la vuelta inmediata a la normalidad", ya que el coronavirus sigue activo. Se ha referido a un informe del comité técnico-científico que asesora al Ejecutivo. "La reapertura simultánea el 4 de mayo de todas las actividades llevaría a una aumento exponencial y descontrolado de contagio", ha recalcado.

Según dicho informe, con una apertura total del país en junio serían necesarias 151.231 camas de UCI y para final de año 430.866, algo que el sistema de salud italiano no podría asumir, ya que, aunque durante la pandemia se han ampliado las plazas, estas se sitúan en torno a 9.000.

Italia cae un 4,7% en el primer trimestre y entra en recesión

Las peores noticias para Italia llegaron por la mañana en forma de datos económicos, el otro reverso igual de tenebroso que el sanitario. El producto interior bruto (PIB) de Italia registró una contracción del 4,7% en el primer trimestre del año por el impacto negativo de la crisis del coronavirus (dato adelantado del primer trimestre por el Instituto Nacional de Estadística), una cifra que, sumada a la caída del 0,3% del último trimestre de 2019, coloca al país en recesión técnica.

Se trata del retroceso más drástico desde 1995 y se debe fundamentalmente a los efectos negativos que está teniendo la pandemia del Covid-19 en la economía italiana, que acusa una significativa disminución del valor añadido en todos los componentes de producción, particularmente en el caso de la industria y los servicios.

El Gobierno italiano calcula que el PIB caerá un 8% en 2020, pero Conte ha advertido de que, si el virus persiste y la emergencia se alarga, la caída podría ser de hasta un 10,4%.

Para mitigar las consecuencias económicas, Italia ya ha aprobado un primer paquete de estímulos de hasta 25.000 millones de euros para ayudar a familias y empresas, y un esquema de garantías públicas que facilitan hasta 400.000 millones de euros en créditos para empresas.

Ahora prepara un segundo plan que el primer ministro ha adelantado que incluirá 25.000 millones de euros en ayudas al empleo y apoyo a las rentas.

Se están estudiando también intervenciones por valor de 15.000 millones para asumir parcialmente las pérdidas de las pequeñas y medianas empresas con capital público, que podrían traducirse en apoyos a fondo perdido mediante desembolsos de liquidez o exenciones fiscales; y ayudas al sector turístico e incentivos a familias para que veraneen en el país, que Conte no ha cuantificado.

El objetivo del Gobierno italiano es controlar lo antes posible esta pandemia para favorecer que la economía italiana se recupere un 4,7% en 2021. El cuadro macroeconómico del Gobierno prevé para 2020 que el déficit se dispare al 10,4% del PIB, mientras que la deuda se situará en el 155,7% del PIB y la tasa de desempleo en el 11,6%.