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EE.UU. bombardea posiciones de Hizbolá en Irak

  • Al menos 6 muertos entre efectivos de seguridad y civiles en el bombardeo de 5 posiciones al sur de Bagdad
  • EE.UU. justifica la ofensiva como represalia por los ataques del miércoles contra fuerzas de la coalición internacional

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El aeropuerto de Karbala, destruido tras la ofensiva estadounidense en marzo de 2020.
El aeropuerto de Karbala, destruido tras la ofensiva estadounidense en marzo de 2020.

Cinco militares iraquíes y un civil han muerto esta madrugada a consecuencia de varios ataques norteamericanos en represalia por la ofensiva con una treintena de cohetes el miércoles por la noche contra la gran base en Taji, un suburbio de Bagdad, que alberga soldados de la coalición. El ministro de Defensa de EE.UU, Mark Esper, ya había advertido que Washington "castigaría a los culpables".

En el ataque del miércoles, el vigésimo segundo ataque contra intereses norteamericanos en Irak desde finales de octubre, murieron dos militares estadounidenses y uno británico, además de 14 heridos entre americanos, británicos y polacos, cinco de ellos todavía en estado grave.

Respuesta a la amenaza

El bombardeo norteamericano ha golpeado cinco posiciones en sur de Irak y la sexta en el centro del país, al sur de Bagdad, contra el aeropuerto en construcción de Kerbala.

Según el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, el objetivo eran las unidades de almacenamiento de armas de las Brigadas de Hizbulá (Kataeb Hizbulá), una de las facciones más radicales pro-Irán de Irak, "para reducir sus capacidades para llevar a cabo futuros ataques contra las fuerzas de la coalición ".

El Pentágono agregó que si estos grupos terroristas no terminan sus ataques contra las fuerzas estadounidenses y de la coalición, sufrirán las consecuencias, "cuando y donde elijamos". Las Brigadas de Hizbulá no reivindicaron los ataques del miércoles pero los han celebrado animando también a nuevas ofensivas contra efectivos norteamericanos.

Más tensión entre EE.UU. e Irán

Estos nuevos ataques de un lado y de otro no hacen más que aumentar la ya conflictiva relación entre Irán y EE.UU. El punto más crítico se produjo el pasado 3 de enero con el asesinato del general iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo de EE.UU.

Según un comunicado del Pentágono (Ministerio de Defensa de EE.UU), los ataques tienen carácter defensivo, proporcionado y son una respuesta directa a la amenaza de grupos armados chiitas proiraníes que continúan atacando las bases de las fuerzas de la coalición internacional antiyihadista en Irak.

Según responsables de seguridad en Bagdad, las bases de estas Brigadas de Hizbulá en la provincia de Babilonia, al sur de Bagdad, resultaron alcanzadas por los bombardeos.

El ejército iraquí, que ha entrado en estado de alerta, ha denunciado que los ataques norteamericanos son una violación a su soberanía y suponen una escalada de violencia que amenaza la seguridad en la zona.

A través del portavoz de exteriores, Abbas Mussavi, Irán también advierte a los Estados Unidos que "no pueden acusar a otros por las consecuencias de lo que consideran su presencia ilegal en Irak y la reacción del pueblo iraquí frente a asesinatos de dirigentes y soldados iraquíes.