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La generación Z considera que el cambio climático es el mayor problema de nuestra época

  • Así lo ha señalado el 41% de los más de 10.000 jóvenes encuestados por Amnistía Internacional en 22 países
  • Los otros dos problemas que más preocupan a los chicos y chicas entre 18 y 25 años son la contaminación y el terrorismo

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Aministía Internacional ha presentado en la COP25 los resultados de su encuesta sobre el "Futuro de la humanidad".
Aministía Internacional ha presentado en la COP25 los resultados de su encuesta sobre el "Futuro de la humanidad".

Para la generación Z, a la que pertenecen los jóvenes entre 18 y 25 años, el cambio climático es el problema más grave que afronta el mundo, seguido de la contaminación y el terrorismo. En el caso de España, la preocupación por el calentamiento global es especialmente alta y se sitúa más de 10 puntos por encima de la media respecto a los 22 países que han sido consultados por Aministía Internacional dentro de su encuesta sobre el "Futuro de la humanidad", cuyos resultados se han hecho públicos este martes durante la COP25 con motivo del Día de los Derechos Humanos.

En ese estudio han participado más de 10.000 jóvenes que han señalado cuáles creen que son los problemas más importantes de nuestra época y quiénes piensan que tienen la responsabilidad de abordar los abusos contra los derechos humanos.

Los encuestados han tenido que elegir un máximo de cinco problemas de una lista de 23 cuestiones a las que se enfrenta el planeta. El 41% ha señalado que el cambio climático concentra uno de los mayores peligros (53% en España), lo que lo convierte en el problema más citado de manera global, seguido de la contaminación, escogido por el 36% de todos los jóvenes (41% en España), y del terrorismo, mencionado por el 31% (29% en España).

El cambio climático también ha sido el problema más citado dentro de los que acechan de manera concreta al medioambiente (citado por el 57%), por delante de la contaminación del mar, la contaminación del aire y la deforestación.

La corrupción, el mayor problema en España

Las conclusiones de este estudio, que salen a la luz mientras que los gobiernos se reúnen en Madrid en el marco de la COP25, se extienden más allá de la emergencia climática y muestran otras preocupaciones que tienen los jóvenes pertenecientes a la generación Z en sus respectivos países.

En el ámbito nacional, la corrupción ha sido el problema al que los jóvenes han apuntado en más ocasiones (citado por el 36%, el 50% en España). Le siguen la inestabilidad económica (el 26%, el 34% en España), la contaminación (el 26%, el 25% en España), la desigualdad de ingresos (el 25%, el 24% en España), el cambio climático (el 22%, el 27% en España) y la violencia contra las mujeres (el 21%, el 40% en España).

Durante la rueda de prensa en la que han sido presentados los resultados del estudio, el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán, ha hablado también sobre las cuestiones que su organización está trasladando al gobierno español. Lo primero que piden es que el cambio climático se entienda también "como una crisis de derechos humanos", pero también reclaman que el efecto invernadero se reduzca a la mitad para 2030; que tenga emisiones cero para 2050; y que en ese mismo año la transición energética ya se haya materializado.

"La del cambio climático es la mayor amenaza intergeneracional que existe hoy", ha subrayado Beltrán, que ha insistido en que la transición hacia un modelo energético más sostenible debe ser "justa" y "no dejar a nadie detrás".

Poner los derechos humanos en el centro

Otra de las conclusiones de la encuesta es que una clara mayoría de jóvenes, el 73%, piensa que quienes tienen la responsabilidad de tomar medidas para garantizar que se cumplen los derechos humanos son los gobiernos. Después iría la responsabilidad de los ciudadanos (15%), de las empresas (6%) y, por último, de las ONG (4%).

Un 60% considera, además, que estos derechos deben ser protegidos incluso si eso tiene repercusiones negativas en la economía.

Por otro lado, la mayoría de jóvenes entre 18 y 25 años considera que votar en unas elecciones es un método efectivo para iniciar el cambio en materia de derechos humanos, más que hacer huelga o asistir a una protesta.

Sobre este asunto, Chiara Liguori, experta internacional de cambio climático ligada a la misma organización, ha explicado en una entrevista con RTVE.es que "la crisis climática es una crisis de derechos humanos" y que los estados están obligados a proteger a la sociedad de la catástrofe.

Sin embargo, la COP25, ha dicho, está mostrando la "resistencia" de los países más ricos a la hora de ofrecer "apoyo, medidas y recursos económicos" a los países más desfavorecidos y apunta que los países más comprometidos no son los que más contaminan.

"Me parece que, como siempre vamos a terminar decepcionados por esta COP. El año que viene tenemos un gran reto porque los países tienen que presentar sus planes y necesitamos que estén a la altura de la crisis climática. Este año tenía que sentar las bases para el próximo y, si fallamos ahora, va a ser aún más difícil el año que viene, pero no podemos dejar de intentarlo porque son nuestras vidas las que están en riesgo", ha añadido Liguori, a quien lo que más le anima es ver cómo las diferentes organizaciones hablan ahora "un lenguaje más alineado" que crea un movimiento "más fuerte".

La inacción política también "vulnera derechos"

Lo mismo opina la joven activista chilena Karin Watson, quien forma parte como voluntaria del colectivo global de jóvenes de Amnistía Internacional, que ha tomado el cambio climático como una de las "banderas de lucha". Tiene 22 años y lleva desde los 17 trabajando para defender los derechos humanos en su país.

"Vengo de Chile de un contexto en el que hay mucha esperanza por los cambios y además de estar en la COP he estado en la Cumbre de los Pueblos. Mi esperanza ahora mismo quizá no está tanto en los políticos, quizá no tanto en las negociaciones. Está en la gente", dice.

Es consciente de que los jóvenes son quienes están "tomando la delantera" en el tema, pero pide que no todo el peso de la lucha recaiga en ellos y que se convierta en un compromiso "intergeneracional" que vea sus frutos cuanto antes.

"Es importante el tema de la urgencia. Si vamos a tomar acción que sea pronto. Estamos dedicando mucho tiempo a discutir y no tanto a tomar acciones concretas que puedan ayudar a la gente y en ese sentido el tema de los derechos humanos es fundamental. Hemos visto los daños que ha provocado el cambio climático en los derechos de la gente y creo que es fundamental preocuparse de eso para reparar a la gente que ya lo ha sufrido y para que todas las nuevas medidas no sean un factor de violación a los derechos", ha señalado.

Por eso, pide a los negociadores que pongan el foco en las personas y que escuchen el clamor de las calles en un momento en el que hay grandes protestas en todo el mundo, desde Argelia hasta Chile, pasando por Sudán, Irán, Líbano o Hong Kong.

"Si no actúan por el cambio climático están violando de manera indirecta los derechos humanos y eso es un crimen al final", concluye la joven, que lamenta que la inacción política se convierta en una nueva forma de vulnerar los derechos de quienes más sufren las consecuencias del cambio climático.