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080 Barcelona Fashion

Vender o morir, esa es la cuestión

  • Pablo Erroz, Brain&Beast y Antonió Miró ponen el foco en el negocio
  • Eduardo Navarrete desfila para la casa Brain&Beast

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Pablo Erroz ha diversificado su línea de negocio, ampliado mercados y eliminado etiquetas. “Es una colección atemporal, pensando en esos clientes del norte de Europa y a la vez en los de América Latina. Diferentes climas y diferentes gustos, por eso la colección es tan variada”, revela. “Son prendas que duran en el tiempo, prendas de consumo responsable”.

Del total look en blanco o negro se pasa a prendas coloristas, decoradas con alegres motivos vegetales que se mezclan e incluso con llamativas aplicaciones.

Colección de Pablo Erroz.

Vemos prendas deportivas y otras más sofisticadas. Lisos potentes y llamativos estampados. Tejidos de rayas masculinas y femeninas lentejuelas. Trencas confortables y vestidos de noche. Códigos, patrones, motivos y colores que saltan de un armario a otros sin complejos. Hay diversidad para recalcar la individualidad que celebra su propuesta. Son siluetas muy relajadas, patrones ovesize y prendas de género diluido, como los abrigos de piel en color verde que pueden llevar chicas y chicos. “Es piel de animal de uso doméstico. Fabricamos en Huesca y Alicante, concretamente en un taller que trabajaba para Burberry y que tras la crisis casi tiene que cerrar. También confeccionamos en Galicia y Portugal, todo localizado. El 90% es made in Spain”, aclara.

Erroz propone singulares mezclas de texturas y estampados. EFE

Lleva ocho ediciones en Barcelona, ocho años con la marca y el ocho es su número de la suerte. La colección es especial por varios motivos. Se titula Up to you y lo que quiero es contagiar a todos el ‘buen rollo’. Por eso camisetas, jerséis y bufandas se decoran con frases que potencian este mensaje, como ‘Love Atratraction’ o ‘Stay Curious’.

Una colección que bebe de referencias estéticas de finales de los 80 y principios de los 90, que hace guiños al fenómeno fan y la generación ‘multitasking’, quizá los yuppies del 2019. Para ellos, Erroz, propone una moda que permite trabajar como se hace ahora, en modo multitarea, con varios dispositivos a la vez. Y para ello vienen muy bien los bolsillos. Cuantos más, mejor.

Mayka Merino, una rock star en el show de Antonio Miró. EFE

En 2019 Instagram es la red social más potente para la moda. Es un álbum de fotos infinito con imágenes que nacen, crecen a golpe de ‘me gusta’ y mueren. Mueren los momentos pero no los ídolos, esas estrellas que alimentan su brillo con el fervor de su fans. “Solo ellos hacen posible que la gente a la que admiran perdure en el tiempo”, dice Albert Villagrasa, director creativo de Antonio Miró, y enlaza su discurso con la historia de la casa que ahora cumple 40 años. De ellos, guarda muchos buenos momentos, de esos que se recuerdan siempre si necesidad de fotografiarlos.

Albert Vilagrasa rinde homenaje al maestro Antonio Miró. EFE

“Han sido muchos años junto a Antonio Miró, íbamos a París a hacer los desfiles y venían a saludarlo sus amigos, como Paul Smith o Sonia Rykiel”, cuenta, y cita a Bernardo Bertolucci y a John Malkovich.

Hablamos de un grande de la moda española, de un histórico como Sybilla, que hoy mantiene vivo su nombre y mantiene a sus clientes.

Es un cliente fiel, que sigue viniendo a buscar la sastrería y la camisería que tanto nos representa, pero es muy poco atrevido y solo busca prendas en azul marino, negro y blanco”, señala Vilagrasa, y me vienen a la cabeza las palabras de su mentor.

Miró adoraba los colores alegres y vivos, como los que tomó prestados de las obras de David Hockney. “Yo uso mucho color pero luego los de las tiendas me lo piden todo en los tonos de siempre”, se lamentaba. Y poco se hemos cambiado.

Negro y blanco dominan toda la paleta de color de Miró. EFE

La nueva colección, la del aniversario, tiene mucho del maestro. Vilagrasa solo ha utilizado negros y blancos, como Miró en sus inicios, pero ha aportado una parte importante de riesgo, contenido, y de espectáculo, contenido también. Miró nunca fue amigo de artificios.“Usar solo blanco y negro es un riesgo, sí, pero me apetecía hacerlo. Y también quería dar a las prendas un punto canalla, nocturno. Es una colección muy sensual y sexual, y por eso se llama ‘Rock’.

Los corsés de poliuretano destacan en la colección de Miró.

A ritmo de rock suenan temas pop como Baby, One More Time, Tainted Love o Da Ya Think I´m Sexy que acompañan a modelos convertidos en iconos de la música. La osadía, de nuevo contenida, y el juego de géneros, también. Se apuesta por superposiciones de prendas, como las camisetas sobre las camisas de lentejuelas y por abrigos acolchados, pero fáciles de llevar. Aquí nada se sobredimensiona, todo se hace en su justa medida.

Carrusel del desfile de Antonio Miró EFE

En la línea de mujer destacan los sastres pitillo en raso cargados de erotismo, y sobre todo los corsés y fajines hechos en poliuretano sobre vestidos en piel trenzada a mano. Las transparencias juegan a tapar y destapar, como los tops que dejan la espalda al aire. Las asimetrías son rebeldes y las plumas se aplican con picardía.

La casa Antonio Miró cumple 40 años. EFE

Para ellos se tiende a un clasicismo casi espiritual, de líder de banda de rock, y vemos pantalones en seda y trajes de terciopelo, cashmere y lanas frías, camisas con aplicaciones en el cuello, jerséis de punto grueso con el cuello alto y faldas. Esta pieza se coloca sobre los pantalones, algunas son largas y otras llegan a la rodilla, y todas llevan una cremallera a la cintura para ponérsela o quitársela. Vilagrasa no impone, propone. Y todo con naturalidad, logrando ese difícil equilibrio entre hacer espectáculo y ofrecer prendas fáciles de vender y llevar. Es necesario levantar el telón y es necesario subir, cada día, la reja de la tienda.

Maika Merino lleva colgados los precios de las prendas. EFE

De vender sabe mucho Ángel Vilda, director creativo de Brain&Beast. Tanto que ha convertido su desfile en un escaparate y los modelos llevaban colgando los precios de las prendas. “Todo se vende y punto, y son los precios reales, para no engañar a nadie. Todo te lo puedes comprar o encargar porque todo se puede producir en un tiempo muy corto”, anuncia. Pero en Vilda nada es lo que parece. Su desfile invita a comprar pero, a la vez, denuncia el consumo masivo. “Por eso las modelos y los modelos llevan la cara desfigurada, como cuando sales de un centro comercial un Black Friday después de pegarte con todos por una tele que cuesta 50 euros menos, ¡aunque salgas con un ojo morado!”.

Propuestas de la casa Brain&Beast

La colección, que se presenta con la banda sonora de El Exorcista, no es la misma que presentó hace unos días en Madrid Fashion Week pero tiene muchas cosas de sus trabajos anteriores. “He utilizado tejidos de antes pero las siluetas ahora están más llevadas a la calle, son prendas que se puede poner todo el mundo para ir a trabajar”, dice. “Bueno, todo el mundo Brain&Beast”, aclara. No faltan sus básicos, sobre todo las camisetas con logos convertidos en mensaje como 'Eternal Spring', en referencia a la famosa campaña de unos grandes almacenes.

Tres momentos del desfile de Brai&Beast. EFE

La pieza más sencilla es una minifalda con cremallera en la parte de atrás que va de abajo arriba. Cuesta 100 euros. “Es calité, aquí no hay tomaduras de pelo”. La prenda más compleja es una capa hecha con pantalones y cazadoras vaqueras, y cuesta 340 euros.

Vilda, irreverente y genial, llevaba colgando la acreditación de 080 Barcelona Fashion junto a la de MBFWMadrid. Allí debutó el 27 de enero pasado y está muy contento con todo lo que le está reportando. “En diez días he conseguido más cosas que en años, muchas cosas de trabajo que no nos habían pasado nunca. Madrid ha sido un empujón muy grande pero también nos pusimos las pilas con la comunicación y el marketing. ¡Las invitaciones se agotaron nada más colgar el anuncio!”, suelta. “La calle, por fin, nos ha descubierto, que era lo que queríamos”.

La consigna de Brai&Beast es vender para crecer. EFE

Ya prepara la nueva colección que presentará en julio de 2019 y quizá ponga condiciones. “Mira, me parece bien lo que ha dicho Palomo Spain, que le encanta que la gente se pegue por ir a sus desfiles pero que podrían también comprarse algo. Estoy pensando dar invitaciones a los que me acrediten que tienen algo mío. E incluso he pensado cobrar la entrada”. Lo dicho. Vender o morir.