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Lotería de Navidad 2018

El aventurero, el competitivo, el estratega o el amigo, todos compran Lotería

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Una mano con una brújula
Una mano con una brújula en busca de la suerte de la Lotería.

La Lotería de Navidad se ha convertido en una tradición en la sociedad española pero hay diferentes perfiles de jugadores de azar, en función de sus motivaciones o sus características de personalidad, aunque el factor más común es la presión social y la envidia preventiva. Un concepto que se resume en "a ver si les va a tocar a todos menos a mí".

La psicoterapeuta, Marisol Rodríguez, identifica cinco perfiles psicológicos en las personas que tientan la suerte en el sorteo extraordinario del 22 de diciembre.

Exploradora y aventurera

No se deja guiar por supersticiones ni manías, no tiene límites para jugar ni teme apostar. Le gusta arriesgar grandes cantidades de dinero sin aplicar la lógica por el subidón de adrenalina que le supone asumir todo tipo de riesgos y aventuras.

Competitiva

Es la persona que solo juega para ganar. Rechaza con toda su alma la frase “lo importante es participar y divertirse”. Este perfil de jugador se enfrenta con el desasosiego y la frustración cuando no consigue los resultados esperados.

Estratega

Siempre tiene un plan en mente y cree que puede controlar el azar. Juega sin dejar lugar a corazonadas o fórmulas aleatorias basadas en la intuición. Busca combinaciones numéricas y usa la razón para intentar maximizar sus apuestas o sus compras de décimos.

Amiga

Su principal motivación es la envidia preventiva. A la hora de participar en la Lotería de Navidad le ronda por la cabeza el pensamiento “y si les toca a los demás…”, apuesta por miedo a quedarse fuera del reparto. En la parte positiva, busca compartir la experiencia con familiares y amigos, disfruta del sorteo e incluso queda para verlo con más gente.

Supersticiosa

Esta persona está influenciada por el tipo de educación recibida y siente el peso de las tradiciones. Intenta controlar o propiciar la buena fortuna con amuletos, jugando siempre a los mismos números, viendo señales en los sueños o buscando fechas con connotaciones personales para jugar. Los psicólogos explican que la superstición es un caso particular de un fenómeno llamado “ilusión de control”. Se trata de comportarse como si se pudieran controlar los sucesos aleatorios.

Atención con el TOC y el trastorno bipolar

Además de estos perfiles de personalidad de los participantes en el sorteo de la Lotería, hay ciudadanos más vulnerables como los enfermos diagnosticados con un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), que son más susceptibles de sufrir una crisis según se acerca el sorteo, ya que pueden agudizase los pensamientos o conductas supersticiosas para propiciar la suerte (como no pisar la unión de dos baldosas cuando caminan por la calle). La psicóloga clínica, Silvia García, indica que “tienen muy presente el pensamiento mágico, es decir, la idea reiterada de convertir lo posible en lo probable”.

La doctora García añade que también deberían tener especial cuidado las personas que sufren un trastorno bipolar si se encuentran durante las fases de euforia y exaltación. “Si las Navidades coinciden con momentos de positivismo pueden llevar a cabo un gasto descontrolado en lotería, ya que pueden llegar a estar convencidos de que conocen el método infalible para que les toque”.

Los expertos de la plataforma Top Doctors creen que el ser humano juega básicamente por dos motivos: por diversión y para demostrar su superioridad, pero recuerdan que no se puede controlar el azar y advierten del elevado porcentaje de recaídas en estas fechas de pacientes con adicción al juego.

En conclusión, “las decisiones de compra las tomamos desde el hemisferio emocional del cerebro. Realmente no importa si el día 22 se resulta ganador o no, los sueños y deseos que se generan hasta ese día fomentan nuestra compra compulsiva” aclara la psicóloga sanitaria, María Elvira Vague.

RTVE

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