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Guillermo del Toro triunfa en Venecia con una película de fantasía, política y amor

  • La forma del agua es una historia entre una limpiadora muda y un monstruo marino
  • El cineasta mexicano establece paralelismos entre los años 60 y el actual EE.UU.

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Guillermo del Toro triunfa en Venecia con una película de fantasía, política y amor

"La fantasía es un género muy político". Así de rotundo se ha mostrado Guillermo del Toro en la presentación de su nueva película, La forma del agua", una preciosa historia de amor que recibió una gran acogida en la Mostra de Venecia.

Una gran y largo aplauso marcó la entrada de Del Toro y su equipo a la sala de prensa del Festival de Venecia, donde el cineasta mexicano compite por primera vez con una particular revisión de los cuentos de hadas de su infancia a los que ha añadido una buena dosis de crítica y de política.

"Siempre he creído que la fantasía es un género muy político", dijo Del Toro. Solo hay que pensar que "nuestro primer acto político es elegir el amor sobre el miedo", agregó el realizador de El laberinto del fauno.

Y eso es lo que cuenta su película, una historia de amor que se sobrepone a cualquier otra consideración. El de Eliza, una limpiadora muda, que trabaja en una sede de investigación del gobierno de Estados Unidos en 1962,  con un monstruo marino, un "ente" como le gusta llamarlo a Del Toro.

"Es una película del 62 pero es de hoy. Cuando ahora América habla de ser una América grande de nuevo es como regresar al 62. El racismo, el sexismo o el clasismo, muchos problemas a los que nos enfrentamos hoy, eran los mismos hasta que (John Fitzgerald) Kennedy fue disparado y Camelot acabó", explicó.

Tanto entonces como ahora era solo una buena época para un cierto tipo de personas. "Soy mexicano y sé lo que es ser visto como 'el otro'", afirmó Del Toro, que quiso que esa "otredad" estuviera en la película representada por la criatura, que es alguien o algo diferente en función de cómo la miran.

Los paralelismos históricos

Especialmente en el caso del 'malo' de la historia, un agente interpretado por Michael Shannon, con una gran arrogancia que demuestra que "el 62 es como hoy, elegir miedo en lugar de amor es un desastre".

"Cuando alguien suena inteligente por hablar con cinismo, es el momento de hablar de amor. The Beatles y dios no pueden estar equivocados al mismo tiempo", afirmó entre risas.

Por eso, para el cineasta es un cuento de hadas y una fábula, que es la mejor forma de llegar a las emociones. "Es todo sobre imágenes y emociones más que palabras (...) Es un extraño cuento de hadas".

Pero pese a las dosis de fantasía, el cineasta ha querido darle un toque muy realista al filme con una protagonista que es una mujer normal "que se masturba y hace el desayuno" y que tiene relaciones sexuales con el monstruo, no es algo platónico, precisó en la rueda de prensa ante las risas de la actriz que la interpreta, la británica Sally Hawkins.

Del Toro escribió el guion pensando en ella y le ofreció el papel antes incluso de empezar el proceso, coincidiendo con una época en la que Hawkins estaba pensando en la historia de una mujer que no sabía que era una sirena.

"Fue una sincronización, algo muy raro, a veces pasa algo especial como esto", señaló Hawkins, que se deshizo en elogios con el director, al igual que Octavia Spencer, que interpreta a una compañera de Eliza, y que aseguró que si Guillermo del Toro la hubiera pedido hacer de escritorio, lo hubiera hecho.