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7 magníficos clásicos del cómic para la Feria del Libro

  • Os recomendamos El Incal, Hellblazer, Johnny Hazard y Shang-Chi: Maestro del Kung-Fu
  • Y tres obras de dibujantes españoles: Siete vidas, Historias negras y Nave prisión

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Ilustración de 'El Incal'
Ilustración de 'El Incal'

Durante esta Feria del Libro os recomendaremos varios títulos imprescindibles que se han publicado en las últimas semanas. Empezando por estos a los que hemos llamado los 7 magníficos clásicos del cómic, porque son irrepetibles. No es que ya no se hagan tebeos así, es que estos títulos son tan interesantes, o más, que cuando se editaron por primera vez. Nos referimos, por orden alfabético, a El Incal (Reservoir Books), Hellblazer de Peter Milligan 2 (ECC Ediciones), Historias Negras (Planeta Cómic), Johnny Hazard (Dolmen), Nave Prisión (Planeta Cómic), Shang Chi: Maestro del Kung-Fu 2 (Panini) y Siete vidas (Astiberri).

'El Incal', la obra que cambió la ciencia Ficción

Portada de 'El Incal. Integral'
Portada de 'El Incal. Integral'

Portada de 'El Incal. Integral'

Como decimos todos estos cómics merecen el calificativo de obras maestras, pero El Incal (Reservoir Books) es, además, uno de los tebeos más influyentes de todos los tiempos. Una saga que cambió la manera de entender la ciencia ficción, y sin la que, seguramente, no existirían cosas como El quinto elemento. Y todo de la mano de dos de los grandes maestros del cómic mundial, Alejandro Jodorowski y Moebius, que se atrevieron a mezclar la ciencia ficción con la metafísica, la mística, la religión e incluso el vodevil; para crear algo completamente nuevo y original. Y que, desde entonces, ha sido muchas veces imitado, pero nunca igualado.

Este espectacular tomo, de más de 400 páginas completamente restauradas, contiene los seis episodios de la saga original, nuevas páginas inéditas, un capítulo nuevo del que preferimos no contaros nada (En el corazón del inviolable metabúnker), y un completísimo dossier en el que descubrimos las claves y misterios de la saga. Y otras muchas cosas ya que Jodorowski habla hasta de la adaptación de Dune que quiso dirigir, y en cuya preparación también colaboró con Moebius.

La saga de El Incal se publicó entre 1981 y 1988 y narra las aventuras de John Difool, un detective de poca monta que se verá envuelto en una trama metafísica repleta de símbolos iniciáticos con el objetivo de alcanzar la plena realización personal a través de la iluminación. Y todo situado en un fascinante universo futurista que Jodorowski ampliaría después con nuevas sagas como John Difool: Antes del Incal (1988-1995), con el dibujante serbio Zoran Janketov; La casta de los metabarones (1998-2003), con el argentino Juan Giménez; Los Tecnopapas (1998-2007), de nuevo con Zoran Janketov; Después del Incal (2011), otra vez con Moebius; Final Incal, con Ladronn (2008-2011); la precuela Castaka (2008), con Das Pastoras); y El Metabarón (2016-) con Valentín Sécher.

'Hellblazer de Peter Milligan 2'; la boda de John Constantine

Portada de 'Hellblazer de Peter Milligan 2'
Portada de 'Hellblazer de Peter Milligan 2'

Portada de 'Hellblazer de Peter Milligan 2'

Apenas quedan dos tomos para terminar esta imprescindible colección, de 17, que recoge los más de 300 números y especiales de la serie de Hellblazer (ECC ediciones), una de las más interesantes de Vértigo de DC y del cómic norteamericano. Todo un éxito de crítica y publico en el que colaboraron las mayores estrellas del cómic como Brian Azzarello, Warren Ellis, Garth Ennis, David Lloyd, Steve Dillon, Jamiel Delano, Mike Carey...

En este segundo volumen dedicado al guionista Peter Milligan (Blanco humano), asistiremos a algo que jamás pensamos que veríamos: la boda de John Constantine. Aunque, sabiendo los círculos en los que se mueve, os podéis imaginar que la felicidad no le va a durar mucho. Durante su paso por la serie, Milligan se empeñó en complicar la vida sentimental de este cascarrabias de lo sobrenatural (en el primer tomo del guionista británico veíamos como Constantine era capaz de recurrir a pociones amorosas para retener a la mujer amada), pero aquí le da un momento de felicidad para luego arrebatárselo.

Además, John Constantine viajará a la India, donde se verá implicado en los turbios manejos de un espíritu que lleva un siglo sediento de sangre. También se infiltrará en una banda de anarcopunks que venera a una poderosa efigie de Sid Vicious, presenciará la reaparición de Shade, el hombre cambiante, y emprenderá un viaje en el tiempo hasta el año 1979.Y todo con los dibujos de grandes artistas como Giuseppe Camuncoli (La Cosa del Pantano de Brian K. Vaughan) y nuestro admirado Simon Bisley (Lobo). Después de este tomo nada será igual para Constantine.

'Historias negras', de Alfonso Font

Portada de 'Historias negras', de Alfonso Font
Portada de 'Historias negras', de Alfonso Font

Portada de 'Historias negras', de Alfonso Font

Los tres dibujantes españoles que os recomendamos en este artículo son tres de las mayores estrellas del cómic mundial. Y, como suele pasar en estos casos, son más reconocidos y apreciados fuera de España que aquí. Esperemos que estas reediciones les rescaten de la apatía de los lectores. El primero es Alfonso Font (El prisionero de las estrellas, Taxi), un maestro de la plumilla cuyo error fue, quizá, no haber trabajado en una serie larga. Ahora se recupera una de sus grandes obras: Historias negras (Planeta Cómic), claramente inspirada en las Ideas negras (ECC Ediciones), del maestro Franquin (Spirou), pero con su propia personalidad.

Historias sorprendentes, de apenas dos páginas (las últimas un pelín más largas), en las que Font retrata con ironía y mala leche lo peor del ser humano y nuestras mayores debilidades; pero siempre con un sentido del humor tan negro como certero. Historias terribles, sobre el papel, pero que Font hace más fáciles de digerir gracias a esa ironía. Y que son tan actuales como cuando se publicaron por primera vez, hace más de 30 años. Es increíble cómo, en tan sólo dos páginas, consigue construir historias que nos hacen reflexionar de esa forma.

Para completar esta obra maestra, el libro incluye un amplío dossier que, con el título de El arte de Alfonso Font, hace un repaso a la inigualable carrera del dibujante. Con un montón de bocetos, páginas de cada una de sus grandes obras (Taxi, Clarke & Kubrick, Carmne Bond, El prisionero de las estrellas... ). Y textos escritos por gente como los expertos en cómic y dibujantes Sergio Bleda, Ervin Rustemagic, Martin Lodewijk, Manuel G. Quintana o el mismísimo Klaus Janson (colaborador de Frank Miller en Batman: El Caballero Oscuro y Daredevil). Un clásico imprescindible en la mejor de las ediciones posibles.

'Johnny Hazard', de Frank Robbins

Portada de 'Johnny Hazard (1944-1946)
Portada de 'Johnny Hazard (1944-1946)

Portada de 'Johnny Hazard (1944-1946) noticias

Hay que agradecer que editoriales como Dolmen se arriesguen a rescatar grandes clásicos del cómic que están descatalogados, se han publicado de mala manera o, incluso, permanecen inéditos. Primero lo hizo con clásicos europeos en la colección Fuera Borda (Johan y Pirluit, Natacha, Casacas azules..) y ahora nos ha dado una alegría con la colección Sin fronteras, en la que está rescatando los Clásicos del cómic de prensa americano de los años 30 y 40 como Flash Gordon de Alex Raymond, Príncipe Valiente de Harold Foster (próximamente) o el que hoy nos ocupa, Johnny Hazzard de Frank Robbins.

Nacida en los periódicos el 5 de junio de 1944, un día antes del desembarco de Normandía, la serie comenzó como una aventura bélica protagonizada por un grupo de soldados que intentaba fugarse de un campo de prisioneros. Entre ellos destacaba Johnny Hazzard, un teniente (enseguida ascendió a Capitán), que respondía al arquetipo del héroe clásico (al estilo del Pat Ryan de Terry y los piratas, de Milton Caniff, la gran obra del momento). Al acabar la Segunda Guerra Mundial, el personaje se recicló como piloto Freelance y vivió aventuras exóticas por todo el mundo; y en los años 70 ya aparecía como un hombre maduro, con aventuras de intriga y acción, al estilo de James Bond.

Robbins seguiría con la tira de Johnny Hazard hasta 1977 (más de 30 años); fue entonces cuando decidió dejar de dibujar y retirarse a México a pintar. Pero nos dejó uno de los mejores cómics de la historia, en el que destacaba su maestría con el pincel y la tinta, su dominio de luces y sombras, y una poderosa caracterización de personajes. Por ejemplo, sus mujeres, siempre un paso por delante del héroe. Un cómic que influyó poderosamente en los tebeos y el cine de aventuras de los siguientes años. Y que parece tan actual como cuando se concibió. Este primer tomo incluye las tiras diarias de 1944 a 1946.

'Nave Prisión', de Esteban Maroto

Portada de 'Nave prisión'
Portada de 'Nave prisión'

Portada de 'Nave prisión'

En los años 70 los dibujantes españoles conquistaron el cómic adulto norteamericano. Pero, sin duda, la gran estrella fue Esteban Maroto, uno de los artistas más originales de la historia. Y famoso también por diseñar el bikini de monedas de Red Sonja (Conan). En los últimos tiempos Planeta Cómic está recuperando, en ediciones remasterizadas, algunas de sus grandes obras como Las leyendas de San Jorge o Los mitos de Cthulhu, a los que ahora se suma, Nave prisión, una serie que realizó para el mercado norteamericano con guiones del famoso guionista Bruce Jones (Conan, Ka-Zar, Warren).

La historia seguía el modelo de las series, de episodios de ocho páginas, de las revistas de cómics americanas (como las de Warren); y se publicó originalmente, en 1981, en la revista 1984 de Toutain. Contaba las aventuras de la carcelera de una nave prisión que se estrellaba en un planeta. Ella era la única superviviente de la tripulación y en cada uno de los episodios tenía que capturar a uno de los peligrosos prisioneros que se habían fugado en el accidente. Y todo en un planeta hostil, habitado por extrañas criaturas.

Un imaginativo guion de Jones que tenía todos los elementos para que Maroto se luciese con su arte: naves espaciales, un planeta inexplorado habitado por extrañas criaturas, y todo tipo de artilugios futuristas. Sin olvidar los inevitables toques de erotismo de la época. Una oportunidad más de comprobar por qué Maroto sigue siendo uno de los artistas españoles más reconocidos en Estados Unidos e Italia. Esperemos que Planeta siga recuperando más obras de este genio del Noveno Arte.

'Shang-Chi, Maestro del Kung-Fú: Juegos de engaño y muerte'

Portada de 'Shang Chi: Maestro del Kung-Fu 2'
Portada de 'Shang Chi: Maestro del Kung-Fu 2'

Portada de 'Shang Chi: Maestro del Kung-Fu 2'

Shang-Chi: Maestro del Kung-Fú: Juegos de engaño y muerte (Panini) es el segundo de los tomos que recupera una de las mejores colecciones de Marvel de todos los tiempos. En estos números el guionista Doug Moench y el dibujante Paul Gulacy ya habían descubierto la fórmula ideal para la serie mezclando la serie Kung-Fu con las películas de Bruce Lee y James Bond, creando uno de los cómics más dinámicos y cinematográficos de la historia.

Visualmente, cada página es una obra maestra de la composición y el ritmo, consagrando al dibujante como uno de los uno de los más dinámicos de la historia del cómic. Destacar su forma de plasmar los movimientos de Kárate y su influencia cinematográfica (potenciaría cosas como el travelling o el zoom), lo que le da ese dinamismo. En esa época también era uno de los que mejor dominaba el tiempo (alargándolo o acortándolo, con más o menos viñetas, según creyera conveniente).

Sin olvidar las historias del guionista, centradas en el espionaje internacional y las conspiraciones de Fu-Manchú (padre del protagonista), que son realmente apasionantes. Os garantizo que leeréis pocos cómics así. Y para los próximos tomos nos esperan otras etapas inolvidables, siempre con la desbordante imaginación del guionista, aunque ya de la parte gráfica se ocuparan otros autores que, sin hacernos olvidar a Gulacy, firmaron páginas espectaculares, como Gene Day y Mike Zeck. Un clásico intemporal que es otra de las joyas de la imprescindible colección Marvel Limited Edition, destinada a rescatar las mejores obras de Marvel de los 70 y 80.

'Siete vidas', de Josep Maria Beà

Portada de 'Siete vidas'
Portada de 'Siete vidas'

Portada de 'Siete vidas'

Y cerramos esta lista de siete magníficos del cómic con otra obra que fue revolucionaria hace treinta años y que sigue siéndolo: Siete vidas (Astiberri), de Josep Maria Beà, uno de los artistas más fascinantes de la historia del cómic gracias a obras como Historias de taberna galáctica o La esfera cúbica. Beà también fue uno de los artistas españoles que triunfó en los años 70 en las revistas de Warren (en EE.UU.), y uno de los pocos a los que dejaron firmar sus propios guiones, porque sus ideas eran casi visionarias (cosa que, por cierto, casi no ha vuelto a repetirse)

La mejor prueba es esta Siete vidas, una obra autobiográfica en la que el autor se transforma en un minino para contarnos siete momentos claves de su infancia y adolescencia desde un punto de vista original y poético. Sus sueños, sus ilusiones, sus primeros desengaños... siete momentos claves de su vida que suponen pequeñas muertes; grandes pérdida o mutilaciones que condicionarán su vida posterior. Y todo en una de sus obras más personales. Porque, aunque sus páginas nos dejan sin aliento, al leerlas nos damos cuenta de que su narrativa es aún más fascinante.

Pero es muy fácil dejarse fascinar por esos dibujos que tienen, al mismo tiempo, ese toque de clásicos y futuristas (como las grandes obras intemporales). Porque la mayoría de la obra de Beà es eso: intemporal. Disfrutad de las desventuras de este gato que sólo busca ser feliz, como todos, y que, en su camino, irá perdiendo sus siete vidas (su inocencia) pero, también, aprendiendo. Porque de eso se trata la vida, de madurar y seguir adelante. Y hacer algun alto en el camino para disfrutar de obras inimitables, como esta.