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El Ebro tiene problemas para 'respirar', según el CSIC

  • La salud del río Ebro está empeorando, según los científicos
  • Sostienen que las actividades en el río alteran la calidad y cantidad del agua
  • Se han analizado 86 millones de datos ambientales durante 15 años

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El Ebro tiene problemas para 'respirar', según el CSIC
El Ebro tiene problemas para 'respirar', según el CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad de San Jorge en Aragón, ha elaborado un estudio en el que remarca que la salud del río Ebro "está empeorando" ya que, según sostienen, debido a los altos niveles de contaminación, la materia orgánica -encargada de dar vida a los ríos- se está reduciendo, y por consiguiente, también los niveles de oxígeno que garantizan la calidad del agua.

El estudio, que ha sido publicado en "Science of the Total Evironment", indica que el río Ebro, uno de los torrentes más grandes de España, se está viendo perjudicado debido a la gran cantidad de actividades que se desarrollan dentro de éste, actividades que favorecen la contaminación y desestabilización del reino vegetal y animal que vive en su interior, según los científicos.

La cuenca del río Ebro, tras la del Duero, es la segunda más extensa de la península ibérica, con unos 86,100 km2 y donde casi tres millones de españoles desarrollan diferentes actividades que, según los expertos, alteran la cantidad y calidad del agua del río.

Los ríos cuentan con organismos vivos en su interior, los cuales garantizan la buena salud de sus aguas gracias a la fotosíntesis, que se encarga de la renovación del oxígeno. Es por esto que, según los científicos, para estudiar la salubridad de los caudales, es necesario tener en cuenta los niveles de oxígeno que tienen.

Además, el estudio del metabolismo del Ebro funciona de forma similar a una prueba clínica, según explica Jonatan Val, de la Universidad de San Jorge: "Los resultados muestran que la tendencia en la cuenca es a incrementar la producción primaria y a reducir la respiración de la materia orgánica que transporta el río".

86 millones de datos ambientales en 15 años

Además de tener en cuenta los niveles de oxígeno y la temperatura del agua, para el estudio se han utilizado 86 millones de datos ambientales recogidos en 25 puntos a lo largo y ancho del Ebro durante los últimos 15 años y que, según explica Enrique Navarro, investigador del CSIC, el objetivo del estudio ha sido "evaluar el metabolismo del río Ebro y ver qué efectos tienen sobre ella la combinación del cambio climático y la gestión que realizamos de sus caudales".

En este sentido, Navarro señala que "los resultados permiten por ejemplo, mejorar el cálculo de caudales ecológicos, para mantener muchos de los servicios ecosistemáticos que brindan los ríos: provisión de agua de calidad, reciclado de nutrientes, autodepuración de las aguas, actividades recreativas, mantenimiento de la biodiversidad y recarga de acuíferos, entre otros".