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El canto del urogallo se apaga en los bosques del norte peninsular

  • Ecologistas reclaman un censo nacional de esta especie en grave peligro
  • Se desconoce su distribución y el estado demográfico real
  • Lo que sí está claro es el declive continuado de su población

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Durante la época de celo, los urogallos machos se concentran en los cantaderos para competir por las hembras.
Durante la época de celo, los urogallos machos se concentran en los cantaderos para competir por las hembras.

El urogallo, uno de los mayores tesoros de los bosques del norte peninsular, puede tener las horas contadas. Al menos, mientras las autoridades no se coordinen y realicen un censo biológico de sus poblaciones a nivel nacional. Las organizaciones SEO/BirdLife y WWF así se lo han exigido a las comunidades autónomas y al Gobierno de España, que son los únicos actores que pueden tomar cartas en el asunto.

Salvo en Cataluña, en el resto de las regiones españolas en las que se distribuye esta ave no se ha realizado ningún censo o se ha censado solo una parte de su territorio, por lo que se desconoce la distribución y su estado demográfico real. Solo una vez realizados los censos biológicos se podrán poner en marcha planes de recuperación de esta especie, que está declarada en peligro de extinción en la Cordillera Cantábrica y en situación muy grave en los Pirineos.

"El declive que está experimentando la población de urogallos es brutal", asegura Nicolás López, técnico de Conservación de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife, y advierte: "si las autoridades competentes no toman cartas en el asunto, podemos estar asistiendo a los últimos días de su presencia en nuestros bosques".

Solo una vez realizados los censos biológicos se podrán poner en marcha planes de recuperación de esta especie.

"Es un problema de competencias y de presupuestos. No hay ni personal ni dinero. La protección de la fauna está transferida, y las comunidades autónomas aseguran que no disponen de fondos para financiar esta tarea, por lo que piden que lo haga el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente; quien a su vez entiende que es una labor que tienen que costear los gobiernos autonómicos", explica López.

Estimaciones, y además desfasadas

Mientras unos y otros se pasan la patata caliente, las poblaciones de urogallos siguen disminuyendo de manera drástica tanto en la Cordillera Cantábrica como en los Pirineos, que son los dos focos donde se concentra este animal en España. Y el problema se agrava porque no existen datos que cuantifiquen su evolución real. Salvo en Cataluña, no existe un censo de sus poblaciones. Todo lo se basa en estimaciones, y además desfasadas.

Se estima que la población de urogallos de la Cordillera Cantábrica se situaba entre 250 y 300 machos en 2005, mientras que en los Pirineos había unos 600 machos, localizados la mayor parte de ellos en Cataluña. Esta comunidad autónoma, que es la única que ha llevado un censo de los individuos, ha constatado que en 2011 el número de machos se había reducido a 450. Se trata de un descenso de más del 25% de la población en seis años, lo que da idea del deterioro a marchas forzadas que está sufriendo la especie (y de este último dato, hace ya más de cuatro años). Por eso SEO/BirdLife y WWF piden que se incluya también a las poblaciones pirenaicas en la categoría de peligro de extinción, en la que ya están las de la Cordillera Cantábrica.

Solo en Cataluña, el número de machos ha descendido más de un 25% en seis años.

Los pocos datos de los que se disponen ofrecen un panorama desolador. En Aragón se detectaron menos de 40 machos en 2011. La situación de los urogallos en Asturias es una incógnita, mientras que ha desaparecido de Galicia. En Castilla y León, se ha extinguido en amplias zonas; y su presencia es residual en Navarra y Cantabria. En esta última comunidad, solo queda localizado un cantadero, que es el lugar donde los machos se congregan durante la época de celo para competir por las hembras.

Destrucción de su hábitat

"El mayor problema ya no es la caza; sino que se está destruyendo el hábitat prioritario del urogallo por medio de carreteras, vías de tren, parques eólicos y las pistas que llevan a ellos, estructuras eléctricas lineales...", comenta Nicolás López.

Y aunque la caza ya no su principal enemigo, el urogallo sigue pagando la deuda de haber sido una especie muy codiciada por diversos colectivos cinegéticos hasta hace poco menos de 30 años. "Los machos fueron objeto de caza intensiva durante décadas, lo que hizo que se alterase el "sex ratio", la proporción entre machos y hembras, y eso ha incidido en graves problemas endogámicos, con pérdida de variabilidad y escaso éxito reproductor de la población", valora el técnico de SEO/BirdLife.

Planes de recuperación

SEO/BirdLife y WWF recuerdan la obligatoriedad de poner en funcionamiento planes de recuperación a los que obliga la ley en estas comunidades autónomas. Actualmente solo Castilla y León y Cantabria cuentan con un Plan de Recuperación, mientras que Asturias dispone de un Plan de Conservación del Hábitat.

Aragón tiene un borrador de Plan de Conservación pendiente de aprobación y Cataluña carece de este plan pero está desarrollando otras actuaciones de conservación. Finalmente, Navarra incluyó directrices para recuperar la especie dentro del Plan de Gestión de una Zona Especial de Conservación.

"El Gobierno español y las comunidades autónomas tienen el deber de conservar esta especie, porque es parte de nuestro patrimonio biológico", concluye Nicolás López.