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Benicio del Toro: "Me llama la atención la energía, bondad y humor de los cooperantes"

  • Se estrena Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa
  • Un homenaje a los trabajadores humanitarios en tiempos de guerra
  • RTVE.es entrevista al director, Del Toro y Tim Robbins

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Llega a los cines 'Un día perfecto', nueva película de Fernando León de Aranoa

“La primera víctima de un conflicto es la racionalidad”. Fernando León de Aranoa repite ese lema desde que estrenara Un día perfecto en el pasado Festival de Cannes. Una irracionalidad con la que se topó de bruces en 1995 mientras rodaba un documental en Bosnia y que, 20 años después, aborda con una mezcla de géneros (acción, comedia negra, cine bélico) en la que es su sexta película de ficción (y primera en inglés). Su guión ha convocado un reparto internacional: Benicio del Toro, Olga Kurylenko, Tim Robbins y Mélanie Thierry. Con la participación de TVE en la producción, se estrena en salas el 28 de agosto.

Un día perfecto es un homenaje a los trabajadores humanitarios en tiempos de guerra. Benicio del Toro es Mambrú, un curtido cooperante que lidera un equipo que trata de rescatar un cadáver arrojado a un pozo para contaminarlo. Conseguir una cuerda se convierte en un imposible. En mitad de la guerra parece que solo tiene dos usos: izar banderas y ahorcar enemigos. El actor puertorriqueño está encantado con un personaje con un punto menos de tormento de los que acostumbra. “Es lo que me atrajo: no buscan a Benicio del Toro para hacer este tipo de personajes”, dice el actor en una entrevista para RTVE.es. “Me gustó lo económico de la historia, su sencillez”.

Basada en la novela Dejarse llover, de la expresidenta de Médico sin Fronteras, Paula Farias, Un día perfecto es un retrato de la energía de los trabajadores humanitarios. Y de la utilidad del humor para marcar distancia y sobrevivir al horror.

“Conocí a cooperantes y me llamó la atención esa energía que tienen, sin que sean reconocidos a la vez; esa bondad que tienen en su trabajo”, explica Del Toro. “Pero otra cosa que encontré interesante es que siempre había un poco de sentido del humor, una sonrisa”.

La energía rock de los trabajadores humanitarios

Ese reto, casi funambulista, de alternar un tono entre drama intenso y comedia a lo M*A*S*H*, era el desafío para el director. El primer paso fue despojar la historia de referencias temporales y geográficas específicas. Un día perfecto podría transcurrir en cualquier conflicto. Rodada en Granada por su parecido con las montañas balcánicas, el espacio es un abstracto laberinto que subraya el absurdo bélico. Y, como contrapunto, una banda sonora decididamente rock con Lou Reed o Marilyn Manson.

“No quería hacer una historia conmiserativa, melancólica, contando exclusivamente su lado más oscuro, que obviamente está ahí, en cualquier guerra. Quería que la película tuviera la energía que he visto en esos trabajadores humanitarios; quería que la aproximación de la historia a la guerra fuera como la que ellos tienen, que para mí es con energía, con cierto desapego que te permite sobrellevar ese tipo de trabajo”, dice León de Aranoa.

Esa es la paradoja: para empatizar, hay que distanciarse. “Utilizan el humor para sobrellevar el drama, para entender un poco mejor lo que está pasando. Al final, el humor es una manera de escaparte y de intentar entender mejor las cosas, de explicarlas. Yo lo he visto en todos ellos y quería que la película tuviera ese brillo, esa fuerza”.

Tim Robbins: "Hay un cierto nivel de locura en la que gente que trabaja en zonas de conflicto"

Tim Robbins es B, ilustrativo nombre de personaje secundario. El factor temerario del grupo. El marciano. “Me gustaba que el personaje estaba más perjudicado que el resto. Hay un cierto nivel de locura en la gente que trabaja en zonas de conflicto. Y creo que el guion era excelente porque contaba la historia de seres humanos extraordinarios que corren hacia el desastre”.

Su personaje soporta el lado más cómico de la película. “Pienso en B como una especie de cowboy. Si no estuviera en una zona de conflicto estaría en prisión, arrestado por pelear en un bar o correr borracho con la moto. Es un yonqui de la adrenalina que necesita esas situaciones para sobrevivir”.

Robbins sostiene que volcó “algo americano” en el personaje. “Lo digo en el buen sentido de americano: un espíritu rebelde, de' podemos hacer esto sin importar las normas, porque es necesario hacerlo'”.

El actor, de 56 años, también contactó con cooperantes. “Arriesgan su vida para salvar a la gente en la peor de las situaciones, ya sea tras un huracán, inundación, tsunami o zonas de guerra. Encuentran el coraje en el espíritu humano para tratar de ayudar. Son los verdaderos héroes. Y esta es una historia apropiada para contar ahora mismo, algo que puede inspirar a la gente”.

Robbins, militante destacado de la izquierda de Hollywood, es autor también de una satírica obra teatral sobre la guerra (Embebbed). “Creo que la sátira es un modo importante de procesar el comportamiento humano”, afirma.

En 1993, en pleno cerco a Sarajevo, se creó un festival de cine que ha sobrevivido hasta hoy. La semana pasada, Un día perfecto se proyectó ante unas 4.000 personas en una plaza.

“Expresa mucho de lo que también es la película: esa necesidad de buscar el arte y la belleza en el centro de la tragedia”, recuerda el director.

“Era un pase muy importante para nosotros y su reacción fue muy buena: la aplaudieron y me gustó que siguieran el sentido del humor de la película, les caía muy cerca, luego me decían que tenía un sentido del humor muy parecido al suyo. Fue una gran satisfacción, no sólo ver que la película se entendía, sino que también la abrazaban”.