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Descubren el agujero negro más pequeño observado en el centro de una galaxia

  • Es 100.000 veces menos masivo que los mayores agujeros negros en el centro de otras galaxias
  • Todas las grandes galaxias, incluyendo la Vía Láctea, tienen un agujero negro supermasivo en su núcleo

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Agujero negro en el centro de la galaxia M81
Agujero negro en el centro de la galaxia M81

Un equipo internacional de investigadores, liderados por la Universidad de Michigan, han descubierto el agujero negro más pequeño jamás observado en el centro de una galaxia. Se trata de un objeto situado a 340 millones de años luz de distancia y cuenta con "sólo" 50.000 veces la masa del Sol.

Aunque parezca un número elevado, los expertos han explicado que es más de dos veces más pequeño que cualquier otro objeto conocido de su tipo. En total, es 100.000 veces menos masivo que los mayores agujeros negros en el centro de otras galaxias.

"En cierto sentido, es un agujero negro supermasivo pequeñito", ha explicado Elena Gallo, una de las autoras principales del hallazgo.

Los agujeros negros son de dos tipos. La variedad "masa estelar" tiene la masa de varios soles y se forman cuando las estrellas más grandes mueren y colapsan. El otro tipo es el "supermasivo" y es típicamente, al menos, 100.000 veces la masa del Sol. Estos se cree que se forman y evolucionan a través de las galaxias en centros habitan.

Los científicos han explicado que todas las grandes galaxias, incluyendo la Vía Láctea, tienen un agujero negro supermasivo en su núcleo. El objeto descubierto recientemente es uno de los primeros en ser identificados en una galaxia enana.

Un importante hallazgo

Los hallazgos iluminan similitudes importantes entre las galaxias de muy diferentes escalas. Y debido a que la galaxia enana, llamada RGG 118, es tan pequeña, es poco probable que alguna vez se haya fusionado con otras galaxias, por lo que ofrece a los investigadores una ventana a un Universo más joven. Se cree que las galaxias más grandes han crecido a través de fusiones.

"Estas pequeñas galaxias pueden servir como análogos a las galaxias en el Universo temprano", ha apuntado Vivienne Baldassare, otra de las autoras del trabajo, que ha sido publicado en Astrophysical Journal Letters. "Sobre galaxias como la Vía Láctea, no se conoce cómo eran en su juventud", apunta la experta.

A su juicio, mediante el estudio de cómo están creciendo las galaxias y la alimentación de sus agujeros negros, además de cómo ambos aspectos influyen entre sí, se podría obtener "una mejor comprensión de cómo las galaxias se estaban formando en el Universo temprano".