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Joachim Trier lleva la incomunicación familiar a Cannes con 'Louder than bombs'

  • El noruego dirige a Isabelle Huppert, Gabriel Byrne y Jesse Eisenberg
  • Vicent Lindon, lo más destacado de La loi du marché, de Stéphane Brizé

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La actriz francesa Isabelle Huppert (C) posa junto al actor irlandés Gabriel Byrne (d) y el director noruego Joachim Trier durante la presentación gráfica de la película 'Louder Than Bombs' en la 68 edición del Festival de Cannes.
La actriz francesa Isabelle Huppert (C) posa junto al actor irlandés Gabriel Byrne (d) y el director noruego Joachim Trier durante la presentación gráfica de la película 'Louder Than Bombs' en la 68 edición del Festival de Cannes.

El noruego Joachim Trier ha presentado este lunes en Cannes una potente película, Louder than bombs, sobre "lo que no se dice, lo que nunca se explica en una familia" y que destaca por la forma en la que está contada y por las interpretaciones, más que por el contenido, pero que ha sido muy bien recibida en Cannes, donde hace 55 años compitió por la Palma de Oro nada menos que el abuelo del realizador, Erik Lochen, con Jakten.

Isabelle Huppert, Gabriel Byrne, Jesse Eisenberg, Rachel Brosnahan y Devin Druid protagonizan una historia sobre la incomunicación familiar, que tiene poco de original pero que está contada de una manera brillante por Trier, con una forma de narrar que mezcla realismo, clasicismo o hiperrealismo en algunas escenas preciosas.

Huppert es el personaje sobre el que pivota toda la historia. Su fallecimiento años atrás en un accidente de coche tras haber sido fotógrafa de guerra es un hecho que el resto de los miembros de la familia aún no han asumido. "La noción del dolor y de la pérdida de alguien nos ha permitido estructurar la historia", ha explicado en rueda de prensa Trier, que junto a Eskil Vogt trabajó durante más de un año sobre los personajes antes de buscar la estructura para poder contar lo que querían.

"Había que encontrar un equilibrio, como en la vida real. Los hijos reflejan la educación de los padres y los padres presentan características de los hijos", ha dicho el realizador, para quien la película "es una especie de retrato intergeneracional".

Una película que atrapa por la eficaz forma en la que Trier la ha rodado, mezclando realidad y sueños, pasado y presente, sin dar las habituales explicaciones extras que las películas de Hollywood utilizan para que el espectador no se pierda nada, pero tampoco sea capaz de pensar por sí mismo.

"La película trata también del paso del tiempo, de la noción de la memoria, de cómo recordamos del pasado", ha señalado Byrne, para quien en la actualidad el conflicto entre el hogar y el lugar de trabajo es algo habitual que genera un sentimiento de culpa en los padres. Un filme que "aborda la complejidad de la vida interior" y el difícil trabajo de los padres durante la adolescencia, ha precisado el actor irlandés, que solo tuvo elogios para el director y para sus compañeros de reparto.

Huppert por su parte ha destacado el hecho de que sea una película europea pero rodada en Nueva York y con actores americanos, "una experiencia inédita para cada uno de nosotros, para los actores americanos, para mí, experiencias que son siempre muy enriquecedoras, una película internacional en el mejor sentido de la palabra".

La denuncia social de La loi du marché

El actor Vicent Lindon es lo más destacado de La loi du marché, un filme social del francés Stéphane Brizé presentado también este lunes en la competición oficial de Cannes y que denuncia el drama humano causado por la crisis económica y el desempleo.

Una historia dura e interesante, pero que se pierde en la lentitud de la narración de Brizé, quien se detiene con un exceso de calma en muchas de las escenas del filme, y en la falta de novedad en el enfoque de un problema tratado en numerosas ocasiones en el cine.

"Este es un año en Cannes en el que hay muchas películas con temática social, lo que es bueno porque mi idea personal sobre el cine es que los filmes que pasan a la historia del cine, en su mayoría, son películas que cuando son rodadas hablan de su momento", ha afirmado Lindon en rueda de prensa.

En su opinión, el cine es "un medio extremadamente fuerte" que puede servir quizás no para cambiar la opinión de los espectadores, pero sí al menos para "mostrarles cosas y forzarles a interrogarse y hacerse preguntas". Las películas de cineastas como Chaplin, los hermanos Dardenne o Ken Loacu pueden llevar a una politización del espectador, a hacerle desarrollar una opinión. "Y cuando un ser humano tiene una opinión, es peligroso, poderoso y activo", ha agregado el actor.

Una forma de hacer política necesaria en la actualidad en la que "pasan demasiadas cosas en el mundo para que el cine también, aunque sea de vez en cuando, no se sumerja en lo que pasa".

La película cuenta la historia de Thierry (Lindon), un hombre que ha perdido su trabajo en una fábrica y apenas puede mantener a su mujer e hijo discapacitado con su nuevo puesto de vigilante en un supermercado. Un supermercado que es el escenario perfecto para Brizé para mostrar las humillaciones laborales y humanas a las que son sometidos los trabajadores por parte de las grandes empresas. Thierry vive situaciones tremendas, como cuando descubren a un anciano robando un trozo de carne.

"Cuando un hombre que ha tenido seguramente una vida honesta se ve obligado a robar un trozo de carne, entras en la tragedia y la miseria", ha afirmado Lindon.

Se trata de una película realista con cierto aire documental, algo habitual en los trabajos de Brizé. "Intento filmar la mayor realidad posible",  ha explicado el realizador, que utilizó en su mayor parte actores no profesionales para que acompañaran a Lindon en la cinta.