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'Mad Max', el regreso del mejor cine de acción de los 80

  • 30 años después, George Miller resucita la saga postapocalíptica
  • Tom Hardy y Charlize Theron casi nos hacen olvidar a Mel Gibson
  • 'Mad Max: Furia en la carretera', se estrena este viernes, 15 de mayo

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Tráiler de 'Mad Max: Furia en la carretera'

10 NOMINACIONES A LOS OSCAR 2016

-Mejor película

-Mejor director

-Mejor montaje

-Mejor fotografía

-Mejor diseño de producción

-Mejor vestuario

-Mejor maquillaje

-Mejor Sonido

-Mejores efectos sonoros

-Mejores efectos visuales

30 años ha tardado George Miller en poder rodar la cuarta parte de Mad Max (Más allá de la cúpula del trueno es de 1985), pero la espera ha merecido la pena porque el director australiano ha rodado la mejor entrega de la saga (aunque no sea tan revolucionaria como lo fue la primera en su momento). Una película espectacular que es una persecución de dos horas por el desierto, pero con unos personajes estupendos y un ritmo increíble que no decae en ningún momento. Una película con lo mejor del cine de acción de los 80, pero hecha con la tecnología del Siglo XXI.

Una película que también consigue hacernos reflexionar sobre temas importantes, como la ecología o la escasez de recursos y la forma de racionalizarlos, que ya estaban presentes en las otras partes.

Pero lo más increíble es que es una película profundamente feminista, con un personaje destacado, la emperatriz Furiosa (Charlize Theron) empeñada en rescatar a cinco mujeres del malvado Señor de la Guerra (que quiere usarlas para perpetuarse). Al final la película es casi un enfrentamiento del pasado apocaliptico, representado por los hombres (que han cedido a sus instintos más bajos de supervivencia), y la esperanza de un futuro mejor, representado por las mujeres (y por un grupo de guerreras que son como Valkirias, a lomos de sus motos, que apoyarán a Mad Max y a la emperatriz).

Por otra parte, la película también es un western, con la diligencia (el camión de los protagonistas) asediado por los indios. Con algunas escenas que homenajean, sin tapujos a Centauros del desierto, de John Ford.

Unas escenas de acción realmente espectaculares que buscan ( y consiguen) ser verosímiles; una fotografía brillante; unos paisajes alucinantes, una increíble galeria de vehículos, y una banda sonora estupenda, de Junkie XL (300), hacen de esta película una experiencia inolvidable. ¡Cómo rueda George miller!

30 años después

Lo curioso es que Miller haya tardado 30 años en volver al universo de Mad Max. El director confiesa que la idea no le atraía demasiado hasta que hace quince años, regresando a Australia, surgió una idea para la película. Sin embargo, sus intentos por reflotar la franquicia fueron fracasando (a la par que la carrera de Mel Gibson). Y Miller se ocupó de otros proyectos, menos arriesgados, como Happy Feet (con la primera parte incluso consiguió el Oscar a la Mejor película de animación).

Descartado Gibson como protagonista (ni siquiera hace un cameo) Miller se unió al dibujante británico de cómics Brendan McCarthy, con el que comparte la pasión por las películas mudas de persecuciones y también por los dibujos animados. A su vez, McCarthy admiraba el universo de Mad Max como demuestra su cómic Freakwave, realizado con el guionista Peter Milligan.

Ambas influencias (las películas mudas y los dibujos animados) están muy presentes en la película. De hecho hay un personaje que nos hace recordar al Coyote ya que, a pesar de sus torpezas, vuelve una y otra vez a intentar atrapar a Max Rockatansky. Y una de las mujeres nos recuerda mucho a Piolín o el Correcaminos (porque siempre escapa por los pelos de todos los peligros).

Grandes actores para grandes personajes

Una película en continuo movimiento (los personajes no se paran nunca), que ha sido concebida como una larga persecución de dos horas y que continúa la historia donde terminó la segunda parte (saltándose la tercera). Pero con unos personajes muy potentes, lo que hace que enseguida empatices con ellos y te preocupes de lo que les pasa. Aunque no nos enseñe la cara del protagonista (el camaleónico Tom Hardy) hasta que llevamos más de media hora de película.

Hardy tiene muy poquitas líneas de diálogo, tantas como Mel Gibson en Mad Max 2: el guerrero de la carretera, pero ambos tienen la misma intensidad en la mirada. Por cierto que para el papel se barajaron otros nombres como Michael Biehn, Heath Ledger y Jeremy Renner. Tom Hardy ha manifestado que, si la película es un éxito (lo que parece bastante probable), firmará para hacer tres secuelas más.

También se ha comentado mucho el look de Charlize con la cabeza afeitada, pero le viene muy bien para el papel. De hecho su personaje se ha ganado un lugar entre las tipas duras del cine junto a la Sigourney Weaber de Alien o la Linda Hamilton de Terminator 2.

El resto del reparto está muy bien escogido, destacando el malvado Inmortan Joe (Hugh Keays-Byrne) siempre oculto tras una espeluznante máscara. Lo curioso es que, hace más de 30 años, Hugh también fue el villano de Mad Max, salvajes de autopista, el malvado pandillero cortadedos. Tiene un ejercito de indios -vampiros (están enfermos por las radiaciones y tienen que hacerse transfusiones de los esclavos) que están obsesionados en tener una muerte gloriosa en combate para ir al Valhalla, el paraíso de los dioses nórdicos (la mitología nórdica también está muy presente en la película.

sus cinco esposas, que huyen de él con la ayuda de Charlize, están magníficamente interpretadas por las bellísimas Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Abbey Lee Kershaw, Courtney Eaton y Zoë Kravitz, hija del cantante Lenny Kravitz, a la que ya vimos en la saga de X-Men: primera generación, en el papel de Angel (Tempest).

Por cierto que la películano no se rodó en Australia sino en Namibia, en 2012 (aunque en 2013 se filmaron escenas adicionales), lo que nos permite hacernos una idea del complejo proceso de postproducción.

Curiosidades de una saga de culto

Considerada una película de culto, George Miller estrenó Mad Max en Asutralia en 1979, tras rodarla con 350.000 dólares que consiguió, en su mayor parte haciendo horas extras como médico de urgencias. El film fue un éxito en todo el mundo recaudando más de 100 millones de dólares, lo que la convirtió en la película más rentable de la historia del cine hasta que, 20 años más tarde, la desbancó El proyecto de la Bruja de Blair.

Como suele suceder, Mel Gibson se presentó al casting para acompañar a un amigo, pero al final fue el elegido como protagonista porque había participado en una pelea y tenía un ojo morado, lo que le daba aspecto de tipo duro. Su amigo terminaría interpretando al coprotagonista de la película.

Otro de los símbolos de la saga es el famoso interceptor amarillo (un Ford Falcon XB de 1974) que está en el Museo de Cine de Sidney y al que en Mad Max: Furia en la carretera, se le rinde un homenaje en la primera secuencia.

Parte del éxito de la saga, sobre todo de la segunda parte (El guerrero de la carretera)se debe a su visión apocaliptica del futuro y su influencia en toda una generación de actores y directores como Guillermo Del Toro, David Fincher o James Cameron, que la citan como “una de sus mayores influencias”. No ovidemos que en 1978 fue la crisis del petróleo y el universo de Mad Max no aprecía tan descabellado.

En fin, Mad Max: Furia en la carretera es una gran película que os mantendrá pegados al asiento durante dos horas y que posiblemente sea la primera de una nueva trilogía. Se estrena este viernes, 15 de mayo.