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Prótesis hechas con impresoras 3D para las víctimas de la guerra en Sudán

  • Es un proyecto de la Not Impossible Foundation
  • Utiliza impresoras 3D para crear brazos protésicos
  • En Sudán se ha instalado la primera escuela taller para este tipo de prótesis

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Daniel Omar y Mohammed, dos de las personas que han empezado a usar el brazo protésico.
Daniel Omar y Mohammed, dos de las personas que han empezado a usar el brazo protésico.

La iniciativa Project Daniel de Not Impossible (No es imposible) utiliza la tecnología de impresión 3D para proporcionar brazos protésicos a jóvenes amputados en la guerra en el sur de Sudán

El proyecto toma su nombre de Daniel Omar, que en 2012, con 14 años de edad, perdió ambos brazos por la explosión de una bomba que cayó cerca de donde él estaba cuidando del ganado de su familia.

Tras conocer la historia, el productor de cine y filántropo, Mick Ebeling viajó a las montañas de Nuba y localizó a Daniel en un campo de refugiados con 70.000 personas en Yida. Daniel tenía ya 16 años cuando recibió una primera versión una prótesis de mano que le permitió comer por sí mismo desde que fuera herido.

Después de Daniel, Mick Ebeling y su equipo, ayudados por el doctor Tom Catena, instruyeron a un grupo de refugiados para que siguieran desarrollando prótesis y continuar el proyecto, constituyeron la que es probablemente la primera escuela taller de prótesis impresas en 3D. Daniel colabora en el taller, donde se construyen varias manos protésicas más cada semana.

Prótesis impresas en 3D para todo el mundo

Con ese fin, con la intención de que el caso de Daniel sea el inicio de una acción global, todo lo relacionado con la impresión en 3D de prótesis se ofrece de forma libre y gratuita "para que cualquier persona que pueda necesitarlo, en cualquier lugar, utilice la tecnología con el propósito restaurar la humanidad" , afirma Ebeling.

"Esperamos que otros jóvenes y adultos en otras regiones de África y también en otros continentes, utilicen esta tecnología con fines parecidos", señala el filántropo.

Las prótesis, aunque con cierta complejidad en su montaje, no son sofisticadas y tienen numerosas limitaciones en cuanto a precisión, movimientos y capacidad para levantar o sostener peso, pero resultan baratas de producir y pueden cambiar por completo la vida de quienes la necesitan. 

Proporcionan cierta independencia y autonomía a la hora de realizar tareas como comer o rascarse la nariz, como en el caso de Daniel, que perdió ambos brazos y lleva prótesis en uno de ellos, según se ve en los vídeos disponibles en la web de Project Daniel.

Prótesis de unos 100 euros

Uno de los partícipes del proyecto es el neurólogo creador de Robohand, una mano protésica que proporciona movilidad a las prótesis para hacerlas funcionales. 

Para ello se utilizan mecanismos que se accionan de forma mecánica, de tal modo que el uso de las prótesis no requiere cirugía ni depende de baterías o motores para funcionar, lo que además de su precio reduce los costes de mantenimiento. 

El coste aproximado de cada prótesis es de unos 100 euros y se necesita una jornada para el montaje completo después de las seis horas que son necesarias para imprimir todas las piezas que la componen.

En este vídeo en inglés la fundación muestra cómo se ha desarrollado el proyecto: