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El 'Made in Italy' lucha por mantener su esencia

  • El Made in Italy lucha por mantener su auténtica esencia e identidad
  • La ropa hecha en China pero etiquetada en Italia puede llevar el Made in Italy
  • La tendencia es trasladar las fábricas de Asia a Europa
  • En Portada emite 'La capital de los Trapos' en La 2, a las 23:40

Por
La capital de los trapos
El Made in Italy está en crisis.

Algo está cambiando. Cuando los italianos han notado, que el reputado Made in Italy estaba en peligro han decidido actuar y apostar porque esta etiqueta sea fiel a sí misma.

La ley Reguzzoni-Versace dice que son suficientes de dos a cuatro detalles para que una prenda se pueda calificar como 'Fabricada en Italia', y basta con un botón y una etiqueta. Un hecho terrible para la moda del país, que hasta hace muy poco era una de las más demandadas en todo el mundo.

El sector se queja de que está desprotegido, que el estado no actúa en contra de los actores que están pervirtiendo la industria de la moda italiana, la auténtica.

La sociedad desea, exige

La sociedad exige que las tiendas cambien los percheros continuamente. El consumo masivo de tendencias pide rapidez e, incluso, inmediatez, en algunos casos. Por eso para algunas marcas ya no era suficiente el hecho de fabricar en China, era necesario tener a los chinos en los talleres de Italia. ¿En qué condiciones? Esta es otra historia.

Las grandes cadenas de moda copian a destajo lo que se ve en las pasarelas importantes y se lleva a las tiendas lo antes posible. Se apaga la sed que la gente tiene, el deseo que las grandes firmas provocan en la sociedad.

Vemos un desfile, nos enamoramos de la prenda, se lo hacemos saber a todo el mundo a través de las redes sociales, las grandes cadenas la “fusilan” y la llevan a sus tiendas en tiempo récord. El cliente la compra y cuando la firma la pone a la venta... ya no la quiere.

La muerte del logo

Para competir contra este complejo sistema se intenta apostar por lo artesanal, lo bien hecho. Ya no se lleva el logo, exhibir la marca. Es una horterada. Ahora se llevan las chaquetas bien hechas, los jerséis de calidad, los pantalones bien cortados, los bolsos de piel auténtica… y, además de mirar la etiqueta del precio, se busca la otra, la que informa.

De todo esto se ocupa el análisis que hace el programa En Portada en el documental La Capital de los Trapos , relizado por Yolanda Sobero, que emite hoy TVE. Una mirada a la crisis de la moda italiana que se materializa en despidos, ruina, cierres y pérdida de identidad.

Giuseppina Virgili, del comité de pequeños empresarios invisibles, dice que: “si el buscado Made in Italy está producido en la ciudad de Prato por una empresa china, cosido por obreros chinos y hecha con un tejido chino que se vende por una empresa china que está en Prato, se puede declarar Made in Italy”.

Piden ayuda al estado

Ella, y muchos más, piden al estado que regule este sector. “O el estado me permite trabajar con reglas chinas, o sea sin reglas, o el chino trabaja con reglas italianas”, apunta.

Ahora en Madrid se celebra la MFSHOW Men, una pasarela de moda masculina que se vende como moda española y europea. Alejandra Brizzio, directora de Soloio, que presenta en esta plataforma sus colecciones, nos dice que el mercado está dividido y que hay mucha confusión.

“Sabemos que hay mucho fraude y que afecta, pero creo que tiene las horas contadas”, dice. “La gente quiere comprar el auténtico Made in Italy, sobre todo por razones morales” y añade que “es necesario decir quienes somos con un lenguaje claro”.

Producir en casa

Pero hay otras visiones. Charly Woisselin, de la firma española El Ganso, una de las firmas que participa, acaba de anunciar que a partir de marzo de 2014 todos los tejidos y la confección de la empresa se harán en Europa. “Tenemos más flexibilidad”, dice, “podemos reponer mucho antes y además podremos vender un auténtico 'Hecho en Europa'.

¿Y como se presenta el futuro? Parece que esperanzador. Hay que señalar que es cierto que hay una tendencia por parte de grandes de la moda a trasladar las fábricas de Asia a Europa.

En España, por ejemplo, Inditex, Mango y Desigual han dado los primeros pasos para hacer algunas de sus colecciones en Igualada. Esperemos que ahora sean otros los que les copien a ellos.