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Crimen de Santiago

El juez acusa al padre de dar tranquilizantes a Asunta y a la madre de asfixiarla después

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Los padres de Asunta son los únicos responsables de la muerte de la niña, según el auto del juez

El juez que investiga el crimen de Asunta, la niña de 13 años que apareció muerta en una pista forestal del municipio coruñés de Teo hace dos meses, acusa al padre de la menor, Alfonso Basterra, de haberle suministrado una "dosis tóxica" de sedantes y a la madre, Rosario Porto, de haberla asfixiado después según un "plan concordado" por ambos.

El instructor del caso, el magistrado José Antonio Vázquez Taín, descarta la posible participación de terceras personas en el crimen de la pequeña, y añade que aún quedan elementos pendientes en la instrucción como la desaparición de un segundo teléfono móvil de Basterra o su ordenador personal.

Además, el instructor incide en las "contradicciones palmarias" en las que incurrieron ambos progenitores al dar diferentes versiones sobre la desaparición de su hija adoptiva en sus declaraciones.

En el auto (pdf) remitido a las partes y que levanta el secreto de sumario, Vázquez Taín sostiene que según la  autopsia y los análisis toxicológicos, Basterra "al igual que había efectuado en episodios anteriores", fue la persona que suministró a su hija una alta dosis del tranquilizante orfidal "para privarla de toda voluntad y defensa y presuntamente facilitar  la acción de asfixia, en un plan concordado" con la madre.

Según las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia  Civil, el juez  argumenta que Rosario Porto, "en connivencia" con Basterra, drogó a  su hija "al menos" durante tres meses, y que le causó la muerte "por  asfixia mecánica".

La menor ingirió altas dosis de orfidal

No obstante, apunta a Basterra como la persona que le habría dado  el 21 de septiembre "la dosis tóxica" de orfidal. Así, el auto  confirma que se le acusa de "aprovechar varias ocasiones que la menor  pernoctó en su domicilio, para drogarla con altas dosis de orfidal".

En este sentido, subraya que la propia Rosario Porto reconoció que su  exmarido "tenía orfidal en su domicilio", pese a que éste habría  desmentido a su exmujer.

También, en base a la declaración de Rosario, se le acusa de haber  intoxicado supuestamente a la menor "al menos en una ocasión, con  polvos blancos que no ha explicado de qué se trataba", añade sobre el  testimonio que, según el auto, aportó la madre de Asunta.

Una autoría intelectual "perversa"

Los especialistas creen además, como adelanta La Voz de Galiciaque la madre de Asunta fue quien trasladó el cadáver hasta el talud en el que se localizó, muy cerca de la casa familiar en la que se perpetraría el crimen, y que lo habría sacado del coche en el que lo condujo por las axilas, arrastrándolo hasta la cuneta y provocándole rozaduras en los talones.

La instrucción considera probado que en el domicilio del padre de Asunta es donde se produjo la ingesta de tranquilizante, una elevada dosis para provocar un pasmoso aturdimiento, y también que existe una autoría material y otra intelectual y "perversa", según recoge EFE que cita a fuentes de la investigación.

Asunta falleció con doce años y sus padres, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, que están separados, son los únicos imputados por esta muerte violenta y permanecen en la prisión coruñesa de Teixeiro desde el pasado 27 de septiembre.

Se descartan terceros sospechosos

El juez Taín también ha descartado en el auto la posible participación de una tercera persona en el crimen, ya  que las comprobaciones de los investigadores concluyen que otros tres  hombres investigados en el marco de esta causa "son totalmente ajenos  a los hechos".

Se refiere en concreto, a "tres investigados como  posibles colaboradores", un empresario con el que colaboraba Rosario  Porto, un exsindicalista de nacionalidad marroquí que ha sido  condenado por explotación de inmigrantes por la Audiencia Provincial  de A Coruña y un tercer individuo.

El instructor justifica el secreto de las diligencias  basado en la necesidad de "practicar una serie de actos de  instrucción con las mínimas garantías", señalando que los indicios  exhibidos a los imputados motivaron en éstos "un cambio de versión  que parece confirmar las sospechas iniciales".

De este modo, defiende haber mantenido el secreto de sumario  durante casi dos meses para que los "posibles terceros sospechosos"  de haber participado en el presunto asesinato de la niña, ofrecieran  una explicación "fresca" de los indicios objetivos con los que se  contaba, sin tener conocimiento de ellos.

Así, el juez señala que las diligencias de investigación  practicadas con relación a los posibles terceros permitieron obtener  una "versión fresca, natural, sin la contaminación previa de saber  los investigados los indicios que constaban en la causa".

De este modo, en el auto se sostiene que no se han visto afectados  los "datos objetivos" relativos a los indicios que vinculaban a  terceras personas, en relación a datos telefónicos de dos  investigados, la identidad del ADN de la camiseta de la niña ni otros  que los tres hombres investigados "han tenido que explicar".

"Numerosos indicios"

El juez instructor ha justificado, además, el levantamiento del  secreto de sumario alegando que los dos imputados, que permanecen en  prisión provisional en la cárcel coruñesa de Teixeiro,  pese a los  "numerosísimos indicios claros que existen contra ellos", han  manifestado que no colaborarían con la instrucción mientras la causa  fuera secreta para las partes.

Así, considera que se hace preciso "levantarlo cuanto antes" para  que las defensas de Porto y Basterra "puedan instruirse de todo el  acervo probatorio conseguido" por si los imputados, según apunta el  auto, "desean o no colaborar en el esclarecimiento del presunto  asesinato de su hija Asunta" y con dicha colaboración "si es posible  arrojar alguna explicación lógica a los numerosos indicios  sospechosos".

Al margen de sus primeras declaraciones ante el juez, los padres  de Asunta hasta el momento se han negado a colaborar en la práctica  de nuevas diligencias requeridas por el juez, como una reconstrucción  parcial de los hechos y otras, mientras no se levantase el secreto de  sumario, que finalmente se ha decidido este martes, tres días antes  de que el próximo viernes concluyese la última prórroga de un mes  para mantener las reservas sobre las investigaciones.