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Del golpe de Estado a la persecución de la Hermandad: cuatro meses sin Morsi en Egipto

  • Las protestas de los partidarios del depuesto presidente se han intensificado
  • Morsi permanece detenido en un lugar desconocido desde el golpe de Estado
  • Este lunes se cumplen cuatro meses desde que fuera expulsado del poder

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Los militares egipcios temen las protestas en el inicio del juicio a Morsi

No se le ha vuelto a ver desde el golpe de Estado del pasado 3 de julio. El expresidente de EgiptoMohamed Morsicomparece este lunes ante los tribunales de El Cairo, cuatro meses después de que el Ejército le expulsase del poder. Desde entonces, la situación en el país se ha convertido en altamente explosiva.  Las autoridades mantienen su campaña para debilitar a los Hermanos Musulmanesdisueltos como organización no gubernamental, y con sus principales líderes, detenidos y acusados de incitar a la violencia.

El Gobierno interino egipcio ha acusado a los Hermanos Musulmanes de rechazar el proceso de reconciliación en el país, con operaciones de "desgaste social" desde la destitución de Morsi.  Las protestas de los partidarios del depuesto presidente se han intensificado en las universidades en las últimas semanas, en las que ha habido disturbios ocasionales.

Golpe de Estado contra el Gobierno islamista

El tres de julio, después de varios días de masivas manifestaciones de las organizaciones laicas contra el presidente islamista, el Ejército tomó el mando.

Flanqueado por las máximas autoridades religiosas y representantes políticos de Egipto, el mariscal Abdel Fatah al Sisi, jefe del Ejército y ministro de Defensa anunciaba que la Guardia Presidencial no obedecería más las órdenes de presidente y le detuvo en un lugar desconocido.  Días después, el Ejército nombraba un Gobierno interino sin representación de los Hermanos Musulmanes.

Aquel Golpe de Estado supuso el inicio del periodo de mayor inestabilidad del país desde las revueltas que provocaron la caída de Hosni Mubarak. Las movilizaciones de protesta de los Hermanos Musulmanes, desembocaron en masivas acampadas en las plazas de Rabea al Adauiya y Al Nahda de El Cairo, bastiones de la Hermandad.

Las movilizaciones acabaron en agosto tras un violento desalojo por parte de las autoridades que se saldó con cientos de muertos,  una de las mayores masacres de las últimas décadas.

De las protestas islamistas a la persecución de la Hermandad

El Ejército decretó el estado de emergencia y comenzó una campaña de persecución a los líderes islamistas. Además de Morsi, también fueron sido detenidos los líderes más importantes de la Hermandad, como Mohamed Badía, el Guía Supremo, Jairat el Shater, el "número dos" de la Hermandad y al presidente y vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), Saad Katatni y Esam al Arian, respectivamente.

Los tribunales prohibieron a los Hermanos Musulmanes cualquier actividad política en el país y ordenaron congelar todos sus fondos. La Hermandad, cuyo brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), fue el vencedor en las primeras elecciones legislativas tras la revolución que derrocó en 2011 al dictador Hosni Mubarak, pasó de ser la organización que gobernaba el país a volver a la clandestinidad.

Tras el violento desalojo de las acampadas islamistas, muchos analistas advertían del riesgo de guerra civil en el país. A comienzos de septiembre, un coche bomba en El Cairo intentó asesinar al ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, y el Gobierno prometió enfrentar al terrorismo con "mano de hierro".

Con las fuerzas de seguridad centradas en mantener la calma en El Cairo y Alejandría,  la inestabilidad se ha trasladado a la península del Sinaí y los ataques de grupos yihadistas se han multiplicado. Un país dividido en dos afronta el incio de un polémico juicio que podría reavivar la llama de la violencia.