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Antón Reixa, tras su cese: "La lucha por el poder en la SGAE va más allá de lo legítimo"

  • Dice sentir "alivio, preocupación y agradecimiento" tras su cese
  • "Soy víctima del fuego cruzado de una red organizada y del transfuguismo"
  • Achaca el cese a su intervención en la llamada 'rueda de televisiones'

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Anton Reixa cesa como presidente de la SGAE

"Alivio, preocupación y agradecimiento".  Es lo que sentía el hasta ahora presidente de la SGAE, Antón Reixa, momentos después de que la junta directiva votara su cese en el cargo, una entidad, ha dicho, "en la que la lucha por el poder va más allá de lo legítimo".

Tras más de cuatro horas de debate, 25 de los 39 miembros de la junta directiva han votado en contra de la continuidad de Reixa al frente de la entidad, mientras que otros 12 han expresado su apoyo al presidente y uno se ha abstenido.

"Soy una víctima del fuego cruzado de una red organizada y de algo que en la vida política se llama transfuguismo", ha señalado Reixa a los periodistas, a los que ha confesado haber sentido "la sombra del pasado" en estos últimos días, en referencia a la era liderada por Eduardo Bautista, imputado por la Audiencia Nacional.

El ya expresidente de la Sociedad General de Autores y Editores ha achacado su cese a la denuncia que hizo de la práctica conocida como "la rueda de las televisiones", que ha considerado un problema estructural de la entidad que "podría llevarse por delante" en pocos años la gestión de los derechos de autor.

Reixa ha confesado haber  sentido "la sombra del pasado" en estos últimos días, en referencia a la  era liderada por Eduardo Bautista, imputado por la Audiencia Nacional,  "en la lucha de intereses entre los nostálgicos del pasado y los  ambiciosos de la actualidad".

Su denuncia de "la rueda de las televisiones", clave en el cese

El ya expresidente de la Sociedad  General de Autores y Editores ha achacado su cese a la denuncia que hizo  de la práctica conocida como "la rueda de las televisiones",  que ha  considerado un problema estructural de la entidad que "podría llevarse  por delante" en pocos años la gestión de los derechos de autor.

Reixa se refería así a una carta que escribió a lo socios de la SGAE en  la que denunciaba que once autores podrían haber recaudado, en cinco  años más de 25 millones de euros mediante esta práctica.

Se trata  de falsear autorías de música de tal forma que los verdaderos autores,  que pueden ceder un máximo del 50 por ciento de sus derechos, renuncian  en realidad a otro 20 ó 30 por ciento en favor de productores  intermediarios que aparecen como coautores de las piezas musicales, que  se emitían en programas nocturnos de televisión.

Según Reixa, hay  un conflicto de intereses dentro de la junta sobre esta práctica que, ha  advertido, de continuar podría acabar con la gestión colectiva del  derecho de autor en un plazo de tres a cinco años.

"No me  arrepiento de haberle metido mano a la rueda de las televisiones,  sinceramente no, creo que es un problema estructural de la gestión de  derechos de autores que se había llevado a una situación insostenible,  con un término de reparto nada ecuánime entre los socios de la SGAE", ha  indicado.

'La unidad era imposible'

"He tratado de reconstruir la coherencia porque la  unidad era imposible, pero le deseo lo mejor a la SGAE y al presidente  que continua", ha dicho.

El expresidente ha confiado en que a  pesar de la situación actual, la SGAE salga adelante gracias a su "base  social homogénea": los socios autores "que no están en este edificio de  Fernando VI" (en referencia a la sede de la entidad).

Un edificio  que, ha bromeado, es "un mecanismo diabólico que vampiriza a muchos y  que nos vuelve endogámicos", ha indicado Reixa, quien ha considerado que  la responsabilidad de la directiva es que la SGAE "tenga unos órganos  de gobierno que representen a esta base social" de creadores.

Reixa ha dicho sentirse aliviado porque su cese supondrá que acaba su  "única frustración personal" durante los 15 meses de presidencia, en los  que no ha podido seguir con su "profesión autoral y de empresario  cultural".

Pero también se ha mostrado preocupado porque no se  haya solucionado el problema "homicida del Gobierno de España que quiere  acabar con el derecho de autor y la gestión colectiva", en referencia a  la Ley de Propiedad Intelectual.

Y ha expresado su agradecimiento  a los socios de la SGAE, una "máquina" que le gustaría "que no dejase  de funcionar" y fuera combativa contra la citada ley.