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El funeral de Thatcher será el próximo 17 abril

  • Se celebrará en la catedral de San Pablo de Londres
  • La reina y el duque de Edimburgo han confirmado su asistencia
  • Los británicos despiden a su primera ministra con flores y brindis

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Tristeza y alegría por la muerte de Thatcher

El funeral de Margaret Thatcher tendrá lugar el próximo 17 de abril en la catedral de San Pablo, en Londres. No será un funeral de Estado, pero sí tendrá un gran boato y pompa, similar al que en 1997 despidió a Lady Di y en 2002  a la popular Reina Madre. Será televisado y se espera que  acudan personalidades de todo el mundo

Militares de los tres ejércitos acompañarán la procesión del cortejo  fúnebre de Thatcher por las calles de Londres desde el Palacio de  Westminster hasta la catedral, donde se celebrará un servicio fúnebre al  que acudirá la reina Isabel II junto a su esposo, el duque de  Edimburgo.

El ataúd con los restos de la ex primera ministra que gobernó Gran Bretaña entre 1979 y 1990 abandonó esta madrugada el hotel Ritz, donde murió este lunes. Una ambulancia privada escoltada por motoristas la ha traslado a un destino desconocido.

El día antes del funeral, el ataúd con los restos mortales de Thatcher será trasladado a una capilla de Westminster, y el miércoles un carro protegido por  personal militar lo llevará hasta San Pablo, donde será recibido por una  guardia de honor. Al término del servicio religioso habrá un entierro  privado.

Según su portavoz, Tim Bell, Margaret Thatcher "no quería que su cuerpo fuera expuesto públicamente ni tampoco un desfile aéreo porque pensaba que era un despilfarro de dinero", señala.

Cortejo fúnebre desde Westminster

A la ceremonia religiosa serán invitados personalidades políticas y  excolaboradores de Margaret Thatcher, mientras el público  podrá asistir al desfile por las calles de Londres,  pero no acudir a San  Pablo.

Un portavoz de Downing Street ha explicado que los detalles para el  funeral fueron acordados en colaboración con la familia de la ex primera ministra y el Palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II.

La Cámara de los Comunes británica se reunirá este miércoles en sesión  extraordinaria, interrumpiendo el actual receso parlamentario, para  rendir tributo a la líder conservadora conservadora, la única mujer que  ha estado en el poder en el Reino Unido y la que mayor tiempo lo ha  ocupado, un total de once años.

Muchos británicos ya han comenzado a rendir homenaje a su ex primera ministra, aunque también ha habido fiestas callejeras que han celebrado su muerte, a los 87 años, de una embolia cerebral.

Flores y mensajes de condolencia descansan en las puertas del domicilio de la "Dama de Hierro" en Londres. "Tú nos volviste a hacer grandes. Muchas gracias", se lee en una de las notas de despedida. "A una gran líder que cambió una generación", señala otro.

No solo en Londres, también en el centro de Inglaterra, en el museo Grantham de Lincolnshire muchos británicos se han acercado a dejar su adiós en el libro de condolencias.

Alegría y tristeza entre los británicos

Pero no todos han acogido con tristeza la noticia de su muerteThatcher fue la mujer que transformó el Reino Unido pero también la que dividió profundamente a la sociedad británica y algunos no han dudo en festejar su marcha.

En Bristol, seis policías resultaron heridos esta madrugada durante una fiesta callejera en  Bristol para celebar su muerte.  "Unas 200 personas se reunieron para organizar una fiesta en la calle y  se negaron a dispersarse de manera pacífica. Botellas y latas fueron  arrojadas a los policías, seis de los cuales resultaron heridos. Uno  permanece en el hospital", ha afirmado el inspector jefe de la Policía de  Avon y Somerset, Mark Jackson.

En Glasgow también hubo celebraciones. El ayuntamiento ha pedido a la población que evite volver a  congregarse en la plaza de San Jorge, donde anoche unas cien personas se  reunieron para bailar y cantar tras conocerse el fallecimiento de la  antigua jefa del Gobierno.

En 1989 unas 300 personas se reunieron en esta céntrica plaza de  Glasgow para protestar por la introducción del costoso y polémico  impuesto municipal conocido como "poll tax".

Odiada y amada con la misma pasión por su política ultraliberal, una encuesta de ICM publicada el martes por el diario progresista The Guardian, revela que el 50% de los británicos consideran su contribución positiva para el país, frente al 34% en contra.