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Baterías que se estiran para adaptarse a dispositivos flexibles e implantes en el cuerpo

  • Puede extenderse hasta ocupar una superficie tres veces su tamaño normal
  • Es de iones de litio y se carga por inducción, si necesidad de cables

Puede funcionar en dispositivos flexibles, tejidos e implantes en el cuerpo humano

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Batería flexible
Batería flexible

Aunque las baterías flexibles no son una novedad, el prototipo de batería desarrollado por investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign va un paso más allá de la simple flexibilidad, y proporciona energía incluso cuando se estira hasta tres veces su tamaño normal. Además puede curvarse en cualquier ángulo sin dejar de proporcionar electricidad en ningún momento.

Sus aplicaciones potenciales son principalmente hacer funcionar dispositivos electrónicos flexibles y proporcionar energía a implantes en el cuerpo humano, aprovechando además que puede cargarse por inducción. Es decir, sin necesidad de conectarla físicamente a un cargador sino únicamente aproximando un inductor, de forma similar a como se cargan las baterías de los cepillos de dientes.

La carga inalámbrica también empieza a verse, cada vez más, en teléfonos móviles, caso del Nokia Lumia 920 sobre el que hablamos recientemente.

 

Este tipo de batería flexible también es aplicable a la electrónica y a los ordenadores implementados en la ropa que en ocasiones se ve estirada para adaptarse a los movimientos y posturas. El desarrollo de este tipo de baterías viene a sumarse al de otros componentes electrónicos flexibles, caso de las pantallas y paneles solares que pueden colocarse en tejidos como mochilas o chaquetas y con los que puede complementarse.

Materiales de las baterías flexibles

Los materiales que forman el ánodo y el cátodo y el electrolito, el conductor eléctrico que provoca el paso de la corriente eléctrica desde el ánodo y el cátodo, se encuentran emparedados entre capas de un polímero elástico de hule, similar a la silicona. En conjunto la batería tiene un grosor de medio milimetro.

En esencia se trata de una batería muy similar a las de iones de litio que se utilizan en la mayoría de teléfonos móviles y ordenadores actualmente, pero llevada al extremo en su grosor y en la que se aplican materiales específicos y flexibles como la silicona. También se aplican ideas como el diseño segmentado de los materiales activos que forman la batería.

Por ejemplo, para la conexión entre los componentes que forman la batería, y que la batería continúe proporcionando electricidad aunque esté estirada, se recurre a pequeños hilos extensibles que en reposo se encuentran enrroscados como una serpentina y que se estiran conforme la batería se extiende.

Actualmente el prototipo tiene una capacidad de carga reducida, de unos pocos milivatios. Este valor podría verse multiplicado hasta 100 veces en futuros desarrollos más refinados y optimizados, según recoge Txchnologist.

Según los investigadores, este prototipo es fruto de una primera investigación en este tipo de baterías que además se enfrenta a otros desafíos como la durabilidad, la resistencia al agua y al oxígeno y a cómo puede verse afectada en su funcionamiento en entornos como el interior del cuerpo humano.