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Semana de la moda de París

  • Los desfiles de París cierran el calendario de la moda
  • Máxima expectación con Alexander Wang para Balenciaga
  • Guy Laroche y Alexis Mabille reinterpretan el look romántico

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Carrusel del desfile de Guy Laroche en París.
Carrusel del desfile de Guy Laroche en París.

París es la última capital de la moda en el circuito del prêt-à-porter. Nueva York, Madrid, Londres y Milán dejan paso a la pasarela más importante, que sigue siendo la gran cita del planeta fashion a pesar de que la Gran Manzana tiene ahora mucha influencia y poder.

La expectación se centra en la primera colección de Alexander Wang para Balenciaga, tras la salida de Nicolas Guesquière en diciembre de 2012. Después en los desfiles de Christian Dior y Saint Laurent en los que veremos los nuevos trabajos de dos gurús actuales: Raf Simons y Hedi Slimane. También se esperan con ganas las colecciones de Ricardo Tisci para Givenchy, Giambattista Valli, Vionnet, Lanvin y Valentino.

Amaya Arzuaga y Loewe pondrán el acento español. La burgalesa presenta su colección el día en la embajada de España y dos días antes, el día 2, veremos la de Loewe. Durante los nueve días del calendario veremos una media de diez desfiles al día, con propuestas para todos los gustos. Desde el clasicismo elegante de Elie Saab, Chloé, Louis Vuitton o Hermés hasta las vanguardistas propuestas de Rick Owens, Haider Ackermann o Jean Paul Gaultier.

Todos los ojos puestos en París

Entre los primeros diseñadores que han presentado sus colecciones destacan Christophe Lemaire, Guy Laroche y Alexis Mabille, el creador del vestido de Zoe Saldana para la alfombra roja de los Oscar.

Mabille, uno de los nuevos talentos de la alta costura, ha presentado una colección de contrastes, que arriesga en las mezclas y se pierde en el intento de ser absolutamente moderna.

Vemos outfits compuestos por chaqueta blanca, top de leopardo, falda de lúrex y botas de ante que no se entienden, pero también vestidos en punto de jersey en un triste gris, color que ordena la colección, que pasan desapercibidos.

Algunas prendas llevan prints salvajes y otras, un estilo recatado de señora. Vemos paños sencillos y punto grueso con hilos metalizados. Minifaldas y camisas oversized. También superposiciones, prendas patchwork de colores o tejidos y prendas de abrigo con cremalleras que hacen de ellas un 2x1.

La idea de mezclar con osadía se extiende a la noche, donde vemos vestidos que destacan por sus falsos escotes.

Batirse en duelo

Antes se ha seguido con lupa la colección de Guy Laroche. Su director creativo, Marcel Marongiu, recupera el look romántico pero añade un componente sado. Vemos pantalones ajustados con ampulosas camisas de mangas generosas, a veces drapeadas y con un enorme lazo al cuello. Morados y fucsias destacan en la tiranía del negro, a veces jugando con su mejor aliado, el blanco.

Sus mujeres, espadachinas de pasarela, llevan arneses de cuero o con bordados de cristales; unas veces bajo la chaqueta y otras sobre el vestido. Destacan los vestidos de air medieval con cuerpo en tela de red y delantal de cuero, y también las prendas de piel trenzada que aportan una textura fuerte, recia, que contrasta con la seda de las gasas.

Las pieles son la parte importante de la colección y se presentan en cuero o astracán. Dos sensaciones muy distintas que se ven en detalles o en cazadoras, tops y faldas. Los guantes, cortos, que solo tapan los dedos, destacan como complemento.

Género masculino

Lemaire viste a la mujer con prendas de corte y colores masculinos. Neutros, marrones, grises y negro tiñen patrones de estilo militar, como gabardinas y abrigos envolventes. Cazadoras, pantalones y chaquetas se construyen en lanas jaspeadas y paños, y a veces se mezclan con prendas de punto tranquilo.

Todas las piezas recuerdan a la colección que presentó para hombre y por eso destacan las que vemos en tonos camel, tostado y arena. Llaman la atención las bermudas, que el diseñador propone en varias versiones: algodón, lana o punto. Una prenda poco invernal pero con ganas de tener un regreso triunfal.

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