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El aroma de las especias y del té de todo el mundo

  • Juli ha puesto en marcha una tienda especializada en Madrid
  • Vende másde 130 clases de especias y 100 clases de té y otras infusiones 

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Spicy Yuli, tienda de especias
El mostrador y las estanterías de Spicy Yuli, tienda de especias y tés, en Madrid.

La historia de Juli parece inspirada por la deliciosa película ‘Chocolat’, pero es real. Hace dos años y medio, cambió la enseñanza del francés y el español en Londres por una pequeña tienda de tés y especias en la céntrica calle Valverde de Madrid.

Los aromas más de 130 tipos de especias y hasta 100 clases de té y otras infusiones se mezclan en un entorno que recuerda otros tiempos: Spicy Yuli. Estas preciadas esencias vegetales, ligeros y aromáticos son la mercancía más valiosa.

Les acompañan las mieles, mermeladas, azúcar y accesorios para tomar el té.  Ella, Juliana, ha saboreado esta bebida desde que tenía 5 años y su afición por las especias se desarrolló en Gibraltar, donde pasó la infancia y recibió la influencia del norte de África. Creció más, si cabe, en su etapa en Londres, donde vivió hasta 2005.

“Hacía mucho tiempo que especulaba con crear una tienda de este tipo, porque se están perdiendo”, asegura entusiasmada. Juli volvió de Londres y estuvo tres años en Madrid, pero al volver al Reino Unido se dio cuenta de que no le “hacía ilusión” dedicarse a la enseñanza.

Sabor y aroma

Las especias son plantas aromáticas, “pero tienen que estar secas”, explica con el mismo entusiasmo y mimo con que habla de su aventura como empresaria. Por ejemplo, el jengibre se considera especia cuando está seco.

A veces se confunde el condimento, como la mostaza, con las especias, señala Juli. En la tienda se puede encontrar, por ejemplo, el anís estrellado procedente de China, la canela de Ceylan, el cardamomo de India, el azafrán iraní, el pimentón español y las hierbas provenzales de Francia.

La gastronomía india y la mexicana son sin duda las que más especias utilizan. También la tailandesa es muy especiada. En los alrededores de la tienda no hay otros comercios tan especializados, explica y además, en las franquicias, "se han centrado en el té aromatizado" y se pierde así el disfrute del sabor del "té puro".

Además, explica Juli, que una cantidad normal, lo que se suele comprar en el supermercado, unos 30 gramos de especias, en su tienda "cuesta la mitad". También el té, de diversas clases como el negro, el rojo, el verde, para disfrutar, señala "del verdadero sabor del té".

Mezclas "particulares"

Juli no solo se encarga de la tienda junto a su pareja y un amigo que le ayuda un día a la semana, sino que también imparte talleres de cocina con especias y ha participado en conferencias sobre este tema.

El pago de los impuestos "es lo más difícil", señala. A veces piensa en la "disparidad entre lo que paga una empresa pequeña y una grande" y las pequeñas, señala, pagan "mucho". Juli cree que no se lo ponen fácil, a pesar de considerarse una "luchadora nata", cuando llegan los trimestres, confiesa, "te echas a temblar".

La tienda tiene “cada vez más aceptación” y los que acuden a la tienda no solo piden ingredientes individuales, especias como canela, pimienta y cúrcuma, sino también mezclas particulares.

“Éste ha sido el año de las peticiones de tés exclusivos”, señala. Por ejemplo,  de distintos tipos de té, algo que a Juli le encanta, porque si no tiene un determinado tipo de infusión, afirma, “puedo crearlo”.

Dulces, picantes y algunas también amargas, el propósito original de las especias era mejorar la conservación de los alimentos, en países donde el calor, más intenso, podía deteriorarlos. Ahora, entre sus proyectos, está el de comercializar sus productos a través de internet.