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El espectacular encuentro de Júpiter y Venus

  • Los dos planetas están en conjunción en el firmamento
  • Son dos puntos de luz muy brillantes en el cielo del atardecer
  • La Luna se les une el 25 y 26 de este mes

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Júpiter y Venus por la posición que ocupan en estas fechas en sus respectivas órbitas parecen estar juntos en el cielo.
Júpiter y Venus por la posición que ocupan en estas fechas en sus respectivas órbitas parecen estar juntos en el cielo.

Por muy despistado o con prisas que vaya uno, estos días es casi imposible no fijarse en dos brillantes luces que se ven en el cielo del atardecer casi por donde se pone el Sol.  No son dos estrellas, sino que se trata de Júpiter y Venus, que por la posición que ocupan en estas fechas en sus respectivas órbitas parecen estar juntos en el cielo.  

Esto es lo que los astrónomos denominan una conjunción, pero no deja de ser un efecto engañoso debido a la posición desde la que observamos, pues no hay que olvidar que Venus está más cerca del Sol que la Tierra, mientras que Júpiter está mucho más lejos que esta.

De hecho, Venus está estos días a unos 120 millones de kilómetros de la Tierra, mientras que Júpiter está a unos 844 millones de kilómetros, así que entre ellos media una distancia de unos 724 millones de kilómetros.  

Fotografiar Júpiter y Venus

Esto no quita, de todos modos, para que sea un bonito espectáculo natural del que disfrutar si las nubes nos lo permiten, y casi mejor antes de que anochezca del todo para poder intentar hacer alguna foto.

Vale casi cualquier cámara, pero mejor montada en un trípode

Para esto vale casi cualquier cámara, pero mejor si está montada en un trípode, y es mejor incluir en la toma algún paisaje interesante, pues aunque Júpiter y Venus destaquen mucho en el cielo ellos solos en una foto no lo harían tanto.

Aunque igual tampoco es mala idea esperar al 25 o al 26 de este mes, días en los que la Luna se unirá a los dos planetas. 

La distancia a la que se encuentra Júpiter de nosotros invita también a reflexionar sobre lo grande que es, pues aún a esa distancia del Sol refleja la suficiente cantidad de luz como para llamar la atención incluso desde la Tierra.

No en vano es el planeta más grande del sistema solar, con un radio es de algo más de once veces el de la Tierra,y está considerado un gigante gaseoso junto con Saturno, Urano y Neptuno.

No hay que olvidar tampoco que ninguno de los planetas, ni lunas del sistema solar, ya puestos,  brilla con luz propia, sino que si los vemos es porque reflejan en mayor o menor medida la luz del Sol, con lo que el color con el que los vemos depende de su composición y así Neptuno, por ejemplo parece azul, mientras que Marte parece rojo.

Marte, por cierto, está también a la vista estos días a las mismas horas que Júpiter y Venus, sólo que hacia el este, con lo que una vez localizados estos basta con darse media vuelta para verlo.

Estas conjunciones entre Júpiter y Venus no son especialmente raras de todos modos, aunque la de estos días es especialmente interesante porque se puede ver fácilmente desde todo el mundo.

¿Cuándo se podrá ver otra vez?

La siguiente se producirá el 28 de mayo de 2013, y la siguiente el 26 de octubre de 2015.   En la de 2015 ambos planetas alcanzarán una separación mínima de sólo un grado, la mitad aproximadamente del tamaño de la Luna vista desde la Tierra, con lo que será aún más espectacular que la actual, en la que la distancia mínima es de tres grados, aproximadamente el ancho de dos dedos con el brazo extendido.

Por cierto que según dónde se mire la fecha de la conjunción se da como el martes 13 o el jueves 15,  dependiendo de si se considera el momento en el que los dos planetas están lo más juntos posibles desde nuestro punto de vista o si se considera el momento en el que los dos tienen la misma ascensión recta, que es el equivalente a la latitud cuando hablamos de astros, pero lo que importa realmente es poder disfrutar de la vista.

Una última nota sobre los planetas: su nombre viene de una palabra griega que significa vagabundo o errante, nombre con el que se los conocía en la teoría geocéntrica de Aristóteles pues se negaban obstinadamente a girar en círculos alrededor de la Tierra como aparentaban hacer todas las demás estrellas.