Enlaces accesibilidad

El juez discrepante en la absolución de Garzón: "El fin no justifica los medios"

  • El juez Maza teme que la sentencia sirva de referente para otros jueces
  • Considera "un insulto a la razón" mantener que Garzón desconocía  la  Ley
  • También ha negado que el Supremo tenga "una actitud persecutoria"

Por

El magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Maza ha sido  partidario de condenar a Baltasar Garzón en el 'juicio de la memoria  histórica', en el que el exjuez ha sido absuelto, en un voto  particular discrepante al entender que el acusado "sabía  perfectamente" que incurría en un "grave incumplimiento de la Ley" y  afirmar lo contrario supone "un insulto a la razón".

Además, el magistrado se muestra "seriamente" preocupado porque  este precedente pueda dar pie a que otros jueces se encuentren  habilitados para aplicar el principio de que "el fin justifica los  medios".

Maza defiende que la "buena intención" del ya exjuez de la  Audiencia Nacional para reparar a las víctimas no sirve para  justificar su conducta y expresa así su "honda preocupación" por el  precedente que supone la sentencia absolutoria en relación con el  delito de prevaricación judicial y por la posibilidad de que los  magistrados puedan apartarse de las normas alegando la "bondad de sus  fines o intenciones subjetivas" en resoluciones que contravengan de  manera "clara y flagrante" los principios básicos del ordenamiento  jurídico.

"¿Es que a partir de ahora el Juez español puede desobedecer las  leyes patrias, las dictadas por nuestro Parlamento soberano, porque  encuentre criterios u opiniones ajenos a nuestro Derecho que  coincidan con su particular modo de ver las cosas?", cuestiona.

En esta línea, remarca que la filosofía basada en que "el fin  justifica los medios" se ha declarado "enérgica y razonablemente"  ajena al Estado de Derecho, como señaló la propia Sala de lo Penal  del Supremo en la sentencia que condenó a Garzón a 11 años de  inhabilitación por intervenir las conversaciones de los imputados de  la Gürtel con sus abogados en prisión.

"Pocas veces se habrá visto un ejemplo más claro de lo que es una  prevaricación judicial, cuando el Juez elige aquellos criterios que  se compadecen con su voluntad, independientemente de su origen, razón  o eficacia, para justificar con ellos el incumplimiento del mandato  de la norma que verdaderamente le vincula", advierte sobre la  instrucción que llevó a cabo Garzón sobre los crímenes y  desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo.

A su entender, el juez instructor incurrió en un abuso de sus  facultades jurisdiccionales al incoar un procedimiento penal a raíz  de unas denuncias que, en realidad, no buscaban el enjuiciamiento y  condena de los responsables, sino la "legítima satisfacción moral" de  conocer el paradero de los restos de sus familiares.

Reproches al fiscal

El magistrado discrepante dirige parte de su voto particular a las  "poco afortunadas y carentes de razón" referencias del fiscal Luis  Navajas sobre la labor del instructor Luciano Varela y sobre sus  dudas de que la causa se tratase de un "ejercicio repudiable" contra  el acusado "por ser quien" era.

Maza tranquiliza al Ministerio Público, que solicitaba la  absolución, diciéndole que no debería estar preocupado ya que "seguro  que conoce sobradamente que no entra dentro del proceder de ningún  miembro" del Supremo "actitud alguna persecutoria contra un ciudadano  por el hecho de ser quien es, sospecha que permítasenos calificar a  estas alturas, de absurda".

En su opinión, el hecho de enjuiciar un supuesto delito de  prevaricación no debería causa "alarma alguna a nadie" y menos si  cabe al Fiscal. En cambio, sí pone de manifiesto la confianza en el  correcto uso de la independencia judicial. "El pronunciamiento  absolutorio acordado por la mayoría de esta Sala habrá dado cumplida  satisfacción al Ministerio Público, despejando ampliamente sus dudas  y tranquilizándole respecto de los temores por la incolumidad de la  independencia judicial", remacha.

"Efecto victimizador"

Es más, Maza mantiene que el exjuez de la Audiencia Nacional debía  "sin duda" conocer que las pretensiones de los afectados no podían  resolverse por la vía penal y que su actuación se convertiría en un  "verdadero simulacro" de instrucción penal, "que, a la postre,  conduciría a los denunciantes, como era previsible e inevitable, a  una frustración más en tan difícil y meritoria búsqueda de los restos  de sus seres queridos para honrarlos debidamente, añadiendo sobre  ellos un nuevo y reiterado efecto "victimizador".

El que fuera titular del Juzgado Central de Instrucción número 5  calificó los hechos como un delito permanente de detención ilegal sin  dar cuenta del paradero de la víctima y defendió que no estaban  prescritos. A este respecto, el juez discrepante reprueba la "tamaña  inconsistencia" de tal argumentación, que evidencia, en su opinión,  la voluntad de Garzón de seguir adelante con sus "personales  designios" sin preocuparse de cumplir el Derecho vigente.

"¿Pretende acaso el magistrado acusado que unas personas víctimas de  desaparición forzada bajo la Dictadura han permanecido en situación  de privación de libertad, en algún lugar ignoto, durante una  extensión tal de tiempo, en la que se incluyen los últimos 36 años,  recuperadas ya plenamente las libertades propias de nuestro sistema  democrático?", se pregunta Maza.

El magistrado dice compartir "fervorosamente" el "excelente texto"  en el que sus compañeros ofrecen una explicación "contextual, social,  política e histórica" de las normas de aplicación en el caso  enjuiciado, aunque disiente "por completo" de que la conducta del  acusado fuera una "simple equivocación".

Resalta que la amplia experiencia y conocimientos de Garzón y la  gran cantidad de asuntos de indudable trascendencia que tramitó "hace  imposible" pensar que desconociera "cuestiones tan elementales" del  Derecho como la Ley de Amnistía o de la Memoria Histórica.