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El agresor de la embarazada era un indigente con antecedentes sin relación con la víctima

  • Se descarta la violencia de género porque no tenían ninguna relación
  • Utilizó una pistola de fogueo manipulada y fue "directamente" a por ella
  • El supuesto autor del tiroteo tenía una orden de alejamiento de otra mujer

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El homicida de la iglesia estuvo merodeando por la zona horas antes

El hombre que tiroteó este jueves en una iglesia de Madrid a dos mujeres, una de ellas embarazada, era un indigente con múltiples antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, narcotráfico, resistencia y atentado a la autoridad, lesiones y amenazas, y no tenía ningún vínculo con las víctimas, informa Efe.

Así lo ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid que ha identificado al agresor como Iván Berral Cid, de 34 años, que vivía habitualmente en la calle y solía dormir en los albergues para personas sin hogar.

Además de los numerosos antecedentes policiales, contaba con una orden de alejamiento desde el pasado mes de junio de una mujer de nacionalidad colombiana que nada tiene que ver con las personas implicadas en el tiroteo del jueves, según las mismas fuentes. Su expareja también se encuentra embarazada, según informa Europa Press.

Las primeras investigaciones han descartado que se trate de un nuevo caso de violencia de género, ya que no existía ningún tipo de relación entre la fallecida, de 36 años, y la otra mujer herida, de 52 años, que se recupera de un balazo en el pecho.

La mujer embarazada, Rocío P.O., tenía 36 años y falleció en el mismo templo. El bebé de la víctima, al que los equipos médicos consiguieron salvar tras realizar una cesárea de urgencia, se encuentra ingresado en estado crítico.

Utilizó un arma de fogueo que tenía manipulada

El supuesto autor del tiroteo utilizó un arma de fogueo que ya tenía manipulada para disparar y hacer fuego real, según han informado a Europa Press fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La pistola está siendo analizada ahora por los expertos de balística de la Policía Nacional.

De la investigación del crimen se ha hecho cargo el Grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que ha interrogado a los familiares de las víctimas y a los testigos del suceso

Fue "directamente" hacia la víctima

Un testigo de lo ocurrido anoche en una parroquia de Madrid ha relatado este viernes que el hombre que disparó en la iglesia estuvo todo el día merodeando por la zona, llevaba la pistola escondida en una funda de raqueta de pádel y fue "directamente" hacia su víctima, una mujer embarazada de 36 años.

"Me podría haber matado a mí o a otra persona pero fue a ella directamente", ha contado Jesús Herranz, un vecino del barrio que estaba sentado detrás de la víctima, en los últimos bancos, esperando a que comenzase la misa de ocho de la tarde en la parroquia de Santa María del Pinar.

Herranz ha indicado que todo ocurrió "unos minutos antes de empezar la misa" y que el hombre, vestido con unas bermudas de cuadros blancos y azules, una camiseta y una gorra blanca, "entró, le puso una pistola en la cabeza y la mato".

Luego le miró a él pero siguió hacia el altar "y empezó a intimidar con la pistola, como metiendo miedo".

Fue entonces cuando volvió a disparar y una de las balas impactó en el pecho de otra mujer, que esta mañana permanece herida en el Hospital La Paz, según fuentes sanitarias.

Mientras el testigo se quedó paralizado, el agresor se detuvo "cuatro o cinco metros antes del altar, se arrodilló y, de espaldas al altar y mirando a la calle y a la persona a la que había matado se metió la pistola en la boca y disparó". En ningún momento se le escuchó decir nada.

Estuvo toda la mañana "dando vueltas por la zona"

Jesús Herranz ha vivido siempre en este barrio y "jamás en la vida" había visto a ese hombre hasta ayer. Era un "chico joven" que había estado "toda la mañana dando vueltas por la zona".

El testigo comentó que estuvo sentado dos o tres horas por la mañana a las puertas de la iglesia y por la tarde volvió, entró en un bar y se tomó una cerveza y se acercó de nuevo a la iglesia y preguntó por los horarios de misa. Cuando faltaban dos o tres minutos entró en la iglesia y disparó.

Este testigo ha dicho que la mujer herida sí era una vecina del barrio, aunque no sabe si lo era la fallecida, porque no se había fijado en ella hasta que ya tenía la cabeza "deshecha" y la cara llena de sangre.

Ha narrado que se vivieron escenas de pánico entre las cerca de 60 personas que estaban en la iglesia en ese momento y que algunos salieron corriendo.