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Los urogallos prefieren cantar en bosques sanos

  • Los urogallos prefieren zonas con mayor biodiversidad para su cortejo
  • Eligen los cantaderos más antiguos que los humanos no han modificado
  • El hombre ha amenazado la existencia de esta especie

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Ciencia al cuboEl nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Si el urogallo canta y baila el bosque en forma está. Este refrán no existe pero podría acuñarse porque es la conclusión de un estudio realizado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Oviedo sobre los lugares de apareamiento de este ave galliforme en serio peligro de extinción en nuestro país.

Los científicos, liderados por Paola Laiolo, de la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad, han vigilado entre abril y junio de 2010, 37 cantaderos de los bosques de la cordillera Cantábrica, el último reducto del urogallo en España.

Los cantaderos son las áreas donde los machos se exhiben en primavera para conseguir pareja. Ellas eligen a los machos en función del canto (les gustan los que cantan más grave), del colorido y buen estado de su plumaje (negro azabache, con toques blanco y marrón y una pincelada en las cejas roja intensa).

También valoran su tamaño y la forma de bailar (los machos dejan caer las alas, abren la cola en abanico y estiran el cuello hacia el cielo). Tras una estricta criba sólo unos pocos machos, los más atractivos, consiguen aparearse.

Prefieren los cantaderos más antiguos

Los investigadores tras observar, tomar datos y hacer el análisis pertinente han concluido que los urogallos sienten absoluta preferencia por los cantaderos más antiguos. Son los situados en bosques más alejados de la mano del hombre y con mayor biodiversidad.

Allí los árboles son más grandes y viejos, son lugares ricos en cortezas y ramas caídas en descomposición, ideales para acomodar nidos y con abundantes insectos. Generación tras generación los urogallos acuden a los mismos lugares en el periodo de celo.

Tan apreciados son que en cuanto se muere un macho dominante otro ocupa su lugar en el cantadero. Los científicos también han observado que esos lugares no solo son ideales para los urogallos, lo son para otras especies de aves. Allí abundan. Cuantas más aves más urogallos hay buscando pareja.

Acosados por los humanos

Hoy los urogallos habitan tan solo los bosques de roble de Asturias, los pinares y abedulares de León, y los acebales y hayedos de Cantabria.

Los humanos nos hemos instalado en gran parte de su hábitat, hemos construido carreteras en las laderas arboladas donde le gusta vivir, hemos instalado tendidos eléctricos donde mueren electrocutados, y hemos desequilibrado el bosque atlántico introduciendo más venados de los que había.

El urogallo es básicamente vegetariano y tiene que competir con los ciervos por la comida. Todos estos peligros los hemos añadido a la vulnerabilidad natural (tan solo el 20% de sus crías sale adelante) de este majestuoso gallo.

En España está prohibida la caza del urogallo desde 1979 y desde 1986 se considera especie protegida. Aun así, la población de urogallo cae en picado. Tan solo quedan poco más de 500 ejemplares en todo el Pirineo, un lugar donde antaño abundaba.

Es más, la población es tan baja que quizá sea imposible obtener suficiente variabilidad genética como para que prosperen de forma saludable.

CIENCIA AL CUBO

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