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El Encierro

  • Es el acto más popular de los Sanfermines y conocido internacionalmente
  • Transcurre por varias calles del casco antiguo pamplonés y mide 825 metros
  • Para correr el encierro no hay que ser un profesional pero sí seguir normas
  • Sigue los Sanfermines en RTVE.es

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Momentos de tensión en la bajada al callejón al volverse el último toro de la manada
Momentos de tensión en la bajada al callejón al volverse el último toro de la manada

El Encierro es el protagonista con mayúsculas de las fiestas de los Sanfermines y este 2012 no va a ser menos. Los 'mozos', ataviados con sus trajes blancos y sus pañuelos rojos, corren delante de una manada de astados de una determinada ganadería taurina.

Esta carrera de algo más de 800 metros por el casco viejo de Pamplona atrae cada año a miles de visitantes de todos los lugares del mundo y de España a San Fermín. El Encierro tiene como fin trasladar a los morlacos desde los corrales de Santo Domingo, fuera del casco antiguo, hasta la plaza de toros, donde descansarán en los corrales hasta que sean lidiados por la tarde.

Delante de la carrera, los mozos; detrás van seis toros bravos y dos manadas de cabestros -toros mansos- que hacen las veces de guía del grupo. La primera de ellas tiene como finalidad dirigir a los toros en el camino hacia el coso, la segunda, denominada también "escoba", hace la carrera unos minutos más tarde, para recoger, si hubiera, a algún toro rezagado en el recorrido. El trayecto transcurre por diferentes calles del Casco Antiguo de la ciudad y mide 825 metros.

Como toda fiesta, los Sanfermines también tienen su origen en una costumbre local. La "Entrada", como se denominó al principio, se remonta a los siglos XIV-XV y vino exigida por la celebración de las corridas de toros. Resultaba imprescindible trasladar las reses desde las afueras de la ciudad hasta el coso taurino, situado en la amurallada capital navarra, por lo que las reses debían atravesar las calles de la ciudad antes de llegar a su destino.

Esta fiesta de carácter internacional recibió los parabienes legales de la Comisión de Festejos en el año 1876, y ni siquiera la oposición de un grupo de concejales, encabezado por el alcalde Colmenares, pudo con la mayoría, que apostaba -en sintonía con la calle- por otorgar al espectáculo carta municipal de naturaleza. Eso sí, no se permitía correr a mujeres, ancianos y niños. De este modo, el Encierro fue ganando popularidad a lo largo del siglo XX, hasta convertirse en el acto más representativo de las fiestas.

La primera víctima mortal de los Sanfermines

En 1924, la célebre carrera se cobró la primera víctima mortal de su historia. Muchos años después, en 1991, fue corneada la primera mujer, procedente de Noruega.

La peligrosa carrera se celebra todas las mañanas del 7 al 14 de julio. Unos minutos antes de que se inicie, los mozos que van a correr se encomiendan a San Fermín en la cuesta de Santo Domingo con los periódicos en ristre y cantando al unísono: "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición".

Al final de la noche se empiezan a cerrar las calles laterales del recorrido con un vallado doble. Los servicios de limpieza de la ciudad toman el relevo, para que después de una larga noche de fiesta, todo quede listo para la 'batalla' del día siguiente.

La policía también tiene un papel importante antes de la carrera, su labor es realizar el recorrido para desalojar a la gente que pueda haber, dado que nadie debe quedar entre el doble vallado, salvo el personal sanitario y los medios de comunicación acreditados.

La valla interna, además, tiene que estar libre para que los corredores puedan saltar sobre ella si es necesario. Una vez colocada la última tranca, toda la calle queda convertida en un pasillo sin salida. Si quieres correr, sólo se puede entrar en el recorrido por dos puertas, una situada en la plaza del Mercado y otra en la plaza Consistorial.

El corredor debe estar en óptimas condiciones

En las últimas décadas del siglo XX, la figura del encierro que más interés cobró fue la del "dfivino", el corredor, que durante los Sanfermines vive sólo para participar en el Encierro en las mejores condiciones. Se cuida durante el día y duerme a lo largo de la noche. No goza de buena fama entre los pamploneses porque ,-dicen-,acostumbra a dar codazos a sus compañeros para "coger toro" y a buscar la celebridad que puedan aportarle las cámaras de televisión.

Uno de los mayores peligros del Encierro es la masificación de corredores, que aumenta el riesgo de la carrera. En algunos momentos se pueden producir los llamados "montones", situación que se da cuando varios corredores caen al suelo y otros encima de ellos, de manera que impiden el paso de toros y mozos hacia la Plaza de Toros.

La entrada al callejón es, con diferencia, el tramo que más "montones" ha sufrido, provocando cientos de heridos e incluso muertos, a pesar de que todos los tramos están vigilados por un amplio dispositivo de seguridad y atención médica.

Cada tramo del recorrido tiene unas características propias y por eso los corredores suelen especializarse en una u otra zona.

Si sólo eres un "aficionadillo" y es la primera vez que acudes a Sanfermines, que sepas que tienes otras opciones. Correr el encierro no es obligatorio e incluso en determinadas circunstancias ni siquiera recomendable. Dormir la 'mona', subirte al vallado para verlo desde allí, o irte a desayunar, son algunas de las alternativas más seguras.