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EE.UU. califica la muerte de Bin Laden de acto de "autodefensa nacional" aunque no iba armado

  • El fiscal general considera que la acción estaba justificada porque no se rindió
  • La OTAN respalda a EE.UU. y felicita a Obama por la operación
  • La ONU sigue los hechos "atentamente"
  • La Alianza Atlántica pide más colaboración a Pakistán, que extiende las culpas

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Matar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden,  fue un acto "justificado" de "autodefensa nacional",  ya que el líder terrorista no se rindió a pesar de que no iba armado, según ha defendido el fiscal general de EE.UU., Eric Holder.

"Si se hubiese rendido, si hubiese tratado de rendirse, creo que deberíamos haberlo aceptado obviamente, pero no había indicios de que quisiera hacer eso y, por tanto, matarlo fue adecuado", ha declarado Holder ante el comité de Justicia del Senado de Estados Unidos, ante el que ha calificado la operación de "completamente legal".

Holder ha recibido el respaldo de la OTAN, que ha calificado la acción de "justificada" y ha felicitado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por el "éxito" de la misma.

Apoyo de la OTAN

"Creo que hablo en nombre de una gran mayoría de la gente de todo el mundo cuando expreso satisfacción porque finalmente haya sido llevado ante la justicia, tras haber sido responsable de la muerte de tantas personas inocentes", ha asegurado el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, que no se ha querido pronunciar sobre la legalidad o ilegalidad de la misma.

Según el New Yorker,   el pasado mes de marzo Harold Koh, asesor legal del Departamento de  Estado defendía en un discurso que bajo la ley de Estados Unidos el uso  de armas de precisión contra terroristas altamente peligrosos se puede  considerar un acto de autodefensa y, por tanto, no sería un asesinato.

Pese a las palabras de Holder, el reconocimiento de la  Casa Blanca de que Bin Laden estaba desarmado cuando se le disparó ha aumentado las críticas internacionales a la legalidad de la operación.

Críticas internacionales

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha adelantado que sigue de cerca los detalles de la operación de EE.UU.

"Tomo nota de que Estados Unidos ha dejado claro que su intención era detener a Bin Laden si podían (y) entiendo perfectamente que esto habría sido difícil", ha declarado Pillay.

"Fue una operación compleja y habría sido útil conocer los detalles exactos que rodearon la muerte de Osama bin Laden", ha añadido tras recordar que las operaciones de lucha contra el terrorismo debe respetar el derecho internacional.

El excanciller alemán Helmut Schmidt ha declarado a la televisión de su país que la operación podría tener consecuencias incalculables en el mundo árabe en un momento de revueltas en la zona.

"Es claramente una violación de la ley internacional", ha recalcado.

Esta visión ha sido repetida por el conocido abogado pro-derechos humanos Geoffrey Robertson, que ha calificado de "perversión" de la Justicia lo ocurrido.

"Este hombre ha sido objeto de una ejecución sumaria", ha denunciado tras calificar de "asesinato a sangre fría" lo ocurrido.

Robertson ha recodado que los nazis de la II Guerra Mundial fueron juzgados en Nuremberg, al igual que el expresidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, fue juzgado por el tribunal especial para la antigua Yugoslavia en La Haya.

"La última cosa que él quería era ser sometido a juicio, estar recluido y acabar su vida en una prisión. Lo que quería era exactamente lo que tuvo, ser disparado en medio de una guerra santa y tener un camino rápido al paraíso y eso es lo que le han dado los americanos", ha defendido.

Más colaboración a Pakistán

Por su parte, Rasmussen ha adelantado también que lo ocurrido con Bin Laden no  altera la misión de la alianza en Afganistán ni el calendario de  transición y ha considerado necesario reforzar la cooperación con  Pakistán en el ámbito de la lucha contra el terrorismo, después de que  el líder de Al Qaeda fuese encontrado en el país asiático.

Según Rasmussen,  es "evidente" que en Pakistán hay "problemas de seguridad", pero ha asegurado que en los últimos años se han logrado "progresos" y hay margen para seguir avanzando.

El secretario general aliado ha hecho especial hincapié en la  importancia de trabajar con Islamabad para combatir a los terroristas y  extremistas en la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán.

En este sentido, el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, ha asegurado que la presencia de Bin Laden en su territorio no es solo un fracaso de sus servicios de inteligencia, sino de los de todo el mundo.