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El Coliseo se sonroja

  • Tras 3 meses de restauración, relucen las tonalidades originales
  • La contaminación y los coches, culpables de su tono negruzco

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INTERIOR DEL COLISEO
Una recreación de la Domus Transitoria, en Roma, Italia. La Domus Transitoria, junto con el Coliseo, acogerá desde el 12 de abril y hasta el 18 de septiembre una exposición dedicada al más notorio emperador de la historia romana, Nerón.

Al Coliseo le salen los colores. Los restauradores llevan tres meses trabajando en la recuperación del edificio más emblemático de Italia y ahora emergen las tonalidades originales del anfiteatro romano.

Tonos rosáceos, ocres y marrones presidían el edificio en sus primeros tiempos. El paso de los siglos y la polución los ocultaron bajo una costra negruzca.

La polución y los automóviles tienen parte de culpa de ese tono oscuro con el que conocemos el Anfiteatro Flavio aunque antes, en la época medieval, las fogatas que se hacían en su entorno también ayudaron a ocultar los colores originales.

Las paredes del edificio están debilitadas

Los últimos análisis científicos alertan sobre la mala salud de las paredes del edificio que dan a la Plaza del Coliseo por donde, cada día, circulan miles de coches.

Esa vertiente se encuentra mucho más deteriorada que la que mira a los Foros Imperiales. Los 25 millones de euros presupuestados para la rehabilitación del edificio deben devolver la salud a todos los ángulos del carrusel.

Los 14 primeros pilares restaurados suponen un adelanto de lo que será el Coliseo cuando terminen la rehabilitación: un edificio sonrojado para deleite de los 5 millones de visitantes que cada año desfilan por sus arterias