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¿Qué es un tsunami?

  • La palabra es japonesa y describe las olas gigantes que se generan en el mar
  • Los terremotos son la principal causa de tsunamis, pero no la única
  • En 1755, Lisboa fue arrasada por las olas que siguieron a un seismo

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El tsunami, como el desatado tras el potente terremoto registrado este viernes en Japón, es una gran ola o una serie de olas producidas en una masa de agua por el empuje violento de una fuerza que la desplaza verticalmente. Este término es de origen japonés (tsu significa "puerto" y nami significa "ola") y fue adoptado en 1963.

Las olas que forman el tsunami llegan a la costa separadas entre sí por unos quince o veinte minutos. La primera no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las normales; después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido por la primera ola gigantesca, y a continuación por varias más.

Antiguamente se les llamaba "marejadas", "maremotos" u "ondas sísmicas marinas", pero estos términos han ido quedando obsoletos, al no describir adecuadamente el fenómeno. Los dos primeros además implican movimientos de marea, un fenómeno diferente.

Los terremotos son la mayor causa de tsunamis, aunque también pueden provocarlos volcanes, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos e incluso explosiones de gran magnitud.

Para que un terremoto origine un tsunami el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido vertical, de modo que el océano es impulsado fuera de su equilibrio normal. Cuando esa inmensa masa de agua trata de recuperar su equilibrio, se generan las olas.

El tamaño del tsunami está determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino. Existen escalas para describir la energía de los tsunamis, aunque, a diferencia de los terremotos, se basan fundamentalmente en las manifestaciones en la costa.

Aunque no hay mecanismos para predecir terremotos, sí los hay para alertar del tsunami antes de su llegada a la costa, pues su velocidad de propagación es mucho menor que la de las ondas sísmicas.

La alerta funciona eficazmente y desde hace años en Japón y en EEUU. El sistema de alarma en el Pacífico se estableció después de que en 1946 la ola que siguió a un terremoto en las islas Aleutianas causara 165 muertos en Hawai y Alaska.

Lisboa, barrida por las olas en 1755

Aunque cualquier océano puede experimentar uno de estos fenómenos, es más frecuente que ocurran en el Pacífico, cuyas márgenes son asiento de terremotos de magnitudes considerables (especialmente las costas de Chile, Perú y Japón).

Sin embargo, también ha habido olas gigantes importantes en el Atlántico e Indico, y en el mar Mediterráneo. Un gran tsunami acompañó los terremotos de Lisboa en 1755, del Paso de Mona de Puerto Rico en 1918 y de Grand Banks de Canadá en 1929.

El seísmo de Lisboa, el 1 de noviembre 1755, tuvo su epicentro en el mar, al suroeste del Cabo San Vicente, y sus olas de doce metros arrasaron las costas de españolas Huelva y Cádiz causando unos 2.000 muertos.

Sin embargo, el tsunami más devastador hasta ahora es el de 2004, que sigió a un terremoto de 8,9 en la escala Richter frente a Indonesia, y causó casi 230.000 muertos.