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El ministro de Interior marroquí defiende que el saharaui español murió en "un accidente"

  • Vuelve a mostrar las imágenes de las agresiones a las fuerzas de seguridad
  • Dice que la intervención de la Policía fue "pacífica"
  • Arremete de nuevo contra la prensa española por "tergiversar"

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El ministro marroquí del Interior defiende la actuación en el campamento saharaui

El ministro marroquí del Interior, Taib Cherkaui, ha defendido este martes la intervención "pacífica" de las fuerzas de seguridad marroquíes que desmantelaron el campamento saharaui y ha asegurado que el saharaui español fallecido, Baby Hamday Buyema, murió atropellado en un "accidente".

Tras reunirse con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, Cherkaui ha ofrecido una rueda de prensa para denunciar la "agresión brutal" que, según su versión, sufrieron las fuerzas marroquíes al intentar "rescatar" a ciudadanos "inocentes" que estaban acampados, ya que milicias armadas se habían hecho con el control del asentamiento.

Cherkaui ha asegurado que la muerte de Baby Hamday está siendo investigada por la Fiscalía General de El Aaiún y ha vuelto a cargar contra la prensa española, a la que ha acusado de "tergiversar" lo hechos para denigrar a Marruecos.

Marruecos, "un país democrático"

Durante media hora, el ministro ha descrito las imágenes del vídeo que ya mostraron a los periodistas acreditados en Rabat, en el que se llega a ver cómo un hombre, supuestamente saharaui, orina sobre el cadáver de un miembro de las fuerzas de seguridad.

Según el balance de las autoridades marroquíes, en el campamento y después en la revuelta de El Aaiún perdieron la vida diez miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes, se registraron setenta heridos y hubo 106 detenidos, 33 de ellos con antecedentes penales.

Cherkaui ha recordado que, en su origen, los acampados reivindicaban derechos sociales como trabajo, vivienda y seguridad social, pero que después fue "tomado" por "milicias armadas, contrabandistas, personas con antecedentes penales, en busca y captura y oportunistas" con objetivos políticos.

A estas milicias ha achacado la violencia desatada durante el desalojo y después en El Aaiún.

"Marruecos es un país democrático, que respeta los derechos humanos y que está cambiando; de ahí que fuera una intervención completamente pacífica en el marco del respeto a la ley y bajo la supervisión de la Justicia", ha insistido.

En reiteradas ocasiones ha recalcado que las fuerzas de seguridad que desalojaron el campamento no iban armadas y que tuvieron que enfrentarse a armas blancas, cócteles molotov, bombonas de butano y coches cuatro por cuatro, que arrancaban de repente para atropellarlos.

Esas milicias se desplazaron después a El Aaiún y, según su versión, dejaron claro que habían pasado por "un entrenamiento especializado y que tenían una capacidad palpable para ejecutar actos de sabotaje y violencia" similares a los que realizan grupos terroristas propios del Sahel y del Sáhara.

El ministro no ha dado fecha para la entrada de prensa española en El Aaiún y ha recordado que Marruecos es un país soberano que "se reserva el derecho de recibir en su territorio a cualquier invitado".

Críticas a la prensa española

Tras denunciar que también hay periodistas marroquíes a los que se les ha impedido hacer su trabajo, sin precisar dónde, ha recriminado a la prensa española su "parcialidad" en una "ofensiva mediática" en la que, ha dicho, se han utilizado de manera interesada imágenes que no correspondían a El Aaiún.

La versión de la prensa española, ha insistido, abre paso "al odio y al racismo" y rinde un "flaco favor" a los intereses de dos países vecinos que deben mantener unas relaciones estrechas para enfrentarse a retos comunes como el terrorismo.

Cherkaui, que ha calificado a Rubalcaba de "amigo", ha subrayado que la reunión con él estaba centrada en la cooperación contra el terrorismo, la inmigración clandestina, el crimen organizado y el narcotráfico, contexto en el que se han firmado varios acuerdos de colaboración.

Encuentro con protesta

Después, las delegaciones de ambos países, de las que formaban parte los máximos responsables policiales y de seguridad de España y de Marruecos, han celebrado una comida en la sede del Ministerio.

Las fuentes consultadas no han precisado si durante el encuentro entre Rubalcaba y Cherkaui se ha tratado de la situación en el Sahara Occidental y se han limitado a señalar que, aunque inicialmente no figuraba en la agenda, no es descartable que hayan hablado del tema.

Mientras los dos ministros se entrevistaban, una veintena de jóvenes españoles pro-saharauis han protestado en el exterior de la sede ministerial por los sucesos de El Aaiún y han proferido gritos como "Marruecos asesina, España patrocina",  "Zapatero fascista, Mohamed terrorista" o "No es una vergüenza, es un genocidio".