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De la Vega, la "huella imborrable" del Gobierno Zapatero que se desvaneció con la crisis

  • Fue el símbolo de la paridad y de la apuesta social del jefe del ejecutivo
  • Tras ser una de las mejor valoradas, en esta legislatura ha perdido peso
  • Desde hace meses se especula con su salida en favor de Blanco o Rubalcaba
  • Su destino ahora es el Consejo de Estado

Ver también: Ver también: Nuevo Gobierno de Zapatero

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María Teresa Fernández de la Vega abandona el Gobierno después de seis años

"María Teresa ha sido la primera vicepresidenta del Gobierno de España y ha dejado una huella imborrable". Con estas palabras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rendía su particular homenaje a la mujer que le ha acompañado como número 2 durante sus seis años en La Moncloa, y a la que premiará con un retiro como "miembra" del Consejo de Estado.

Ponía así punto y final a seis años de días interminables, coordinación con mano firme, momentos luminosos como la presentación de leyes de gran tinte social y otros más oscuros, últimamente casi todos los viernes, cuando los malos datos económicos se acumulaban en las preguntas del Consejo de Ministros.

María Teresa Fernández de la Vega ha sido el rostro y la palabra del ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, y también el mejor símbolo de la paridad de su Gobierno y de sus compromisos sociales.

Como cabeza del equipo político del Gobierno socialista,  ha sido la encargada de 'poner las pilas' a los secretarios de Estado para que presentasen iniciativas y también de echar balones fuera y de responder a las preguntas más comprometidas en los momentos de zozobra política.

Pérdida de influencia

Sin embargo, más allá de su tarea de coordinación y su trabajo incansable, De la Vega ha visto cómo su papel estelar en la primera legislatura de Zapatero ha ido menguando en la segunda, donde ministros como José Blanco o Alfredo Pérez Rubalcaba ejercían como 'portavoces in pectore' con mayor peso político que la propia vicepresidenta.

En los últimos meses los rumores sobre su salida del Gobierno se habían vuelto constantes, sobre todo debido a que desde las filas socialistas se pedía un mayor peso político y se achacaba su constante caída en las encuestas a, en parte, un déficit de comunicación, la responsabilidad directa de la vicepresidenta primera.

Esa pérdida de influencia incluso ha sido usada por su habitual rival en las sesiones de control en el Congreso, la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que llegó a insinuar que era más conveniente que ella plantease sus cuestiones a la vicepresidenta económica, a la vista de su mayor peso en el ejecutivo.

Vinculada a la Justicia

Con su salida del Ejecutivo, De la Vega pone fin a casi tres décadas de dedicación a la función pública dentro de diferentes gobiernos socialistas, desde que entró en el equipo del primer ministro de Justicia, Fernando Ledesma, en 1982, hasta este 20 de octubre de 2010 en el que se ha consumado su salida del ejecutivo.

Entre medias,  ha ejercido varios cargos, siempre en el ámbito de la Justicia -llegó a ser vocal del Consejo General del Poder Judicial-, y se hizo cargo de la secretaria de Estado de Justicia en el macroministerio de Juan Alberto Belloch de Justicia e Interior en el tramo final de los gobiernos de Felipe González.

Luego, en la oposición ocupó diferentes cargos dentro del grupo parlamentario socialista.

Con todo, fue José Luis Rodriguez Zapatero el que dió un salto cualitativo a su perfil político, al colocarla como su número 2 por sorpresa tras las elecciones de 2004.

Desde entonces, su valoración ha sido siempre de las más altas del ejecutivo, hasta que la crisis la ha 'quemado'. El Consejo de Estado es ahora el sitio donde pasará la recta final de su trayectoria política.