Enlaces accesibilidad

ASIMO, 10 años cumpliendo la ley de la robótica

  • El primer modelo se presentó en el año 2000
  • Es capaz de caminar y correr con gestos muy humanos
  • Hay unos 100 ASIMO repartidos por todo el mundo

Por
El robot humanoide ASIMO cumple diez años
El robot humanoide ASIMO cumple diez años

Los tres mandamientos

Las tres leyes de la robótica son las normas que el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov formuló para ser cumplidas por los robots protagonistas de sus novelas:

1- No matarás personas.

2- Obedecerás a las personas a menos que esta regla vaya en contra del mandamiento 1.

3- Te defenderás a no ser que esto vaya contra las reglas 1 y 2.

ASIMO cumple estos días diez años, lo que aproxima a este pequeño robot humanoide con aspecto de niño al tamaño que tendría una personita de esa misma edad.

El carismático robot de Honda es sin duda una de las figuras más reconocibles de la robótica de la última década, que además ha popularizado el interés por los robots humanoides con sus apariciones y exhibiciones en ferias multitudinarias.

En realidad, la historia de ASIMO se remonta a unos cuantos años más atrás: en 1986 el departamento de investigación y desarrollo de Honda comenzó a experimentar con diversos tipos de robots, comenzando por un modelo llamado E0.

Tenía un aspecto mucho más tosco: era básicamente dos piernas.  Los modelos E evolucionaron para incorporar un cuerpo en el que se alojaba su electrónica, al tiempo que crecieron en tamaño, hasta 1,75 metros de altura y 150 kilos de peso.

Estos modelos podían "caminar imitando los movimientos humanos, pero parecían más robots sacados de una película de serie B de presupuesto barato que robots humanoides.  Fue entonces cuando en 2000 se presentó ASIMO y llegó la revolución.

Honda siempre ha negado que el nombre sea homenaje a Asimov

Su nombre corresponde a las siglas Advanced Step in Innovative Mobility ("un paso más allá en movilidad avanzada) aunque para muchos sea más un homenaje a Isaac Asimov, el escritor de ciencia ficción que definió las tres Leyes de la robótica. Curiosamente, Honda siempre ha negado esto último, tal vez para evitar problemas legales y de marcas.

El niño austronauta

Desde su presentación ante el público, ASIMO resultó un robot definitivamente "humano: su tamaño parecido al de un niño (1,2 metros), su gran cabeza con un visor parecido al de un astronauta, complementado por la mochila-batería, y sus formas redondeadas le hacían parecer infantil, poco peligroso y casi un juguete.

El peso del modelo original era de unos 50 kilos, así que en caso de problemas hasta se podría levantar en brazos.   Todas estas características cumplían con uno de los objetivos de sus creadores: que ASIMO pudiera integrarse adecuadamente en los entornos en los que solemos movernos las personas y que resultara amistoso y fuera fácil comunicarse con él.

Con esa altura es capaz de alcanzar los interruptores y los objetos que hay encima de las mesas; también se puede hablar con él mirándole a la cara con solo sentarse en una silla, dado que los ojos del entrenador y las cámaras de ASIMO quedan a la misma altura.

Destacaron desde el principio su forma de caminar y sus gestos

Entre sus características principales hay dos que destacaron desde un principio: su forma de caminar y la naturalidad de sus artificiales gestos.

Este tipo de acciones requieren de una alta tecnología que hoy en día es relativamente fácil de encontrar pero que hace diez años eran todo un reto.

ASIMO cuenta en total con 34 grados de libertad en sus diferentes juntas o puntos de unión entre piezas; la mayor parte de ellas están en el torso, brazos y manos, lo cual confiere a sus movimientos una "humanidad característica".

Caminar al ritmo de un humano

Muchos gestos no tienen una aplicación práctica: son simplemente tics como los que tenemos las personas mientras estamos quietos o participando en una conversación. Tal vez ese sea uno de sus secretos.  

En la web de Honda hay una serie de vídeos que demuestran sus habilidades, la más destacada, caminar con dos piernas. Es algo que no han podido hacer los robots hasta hace poco, y para conseguirlo se necesitan mecanismos de precisión y sensores capaces de informar al ordenador que controla el robot de su posición e inclinación, en tiempo real.

La versión original de ASIMO era capaz de caminar a 1,6 kilómetros por hora; actualmente alcanza el doble de esa velocidad y en algunas pruebas se le ha visto "correr a 6 km/h": es básicamente capaz de seguir el ritmo de un humano. 

Los avances en este tipo de tecnología han dado lugar a una particular batalla entre "robots que corren", algunos de los cuales alcanzan hasta 7 u 8 km/h (hay un interesante vídeo de un robot de Toyota al respecto).

Pero además de los avances en el hardware robótico Honda ha conferido a ASIMO de ciertas capacidades mediante software que le permiten realizar otra serie de acciones. 

Se le ha visto reconociendo sonidos, voces y caras, además de los objetos de su entorno. En cuanto a movimientos es capaz de moverse por una oficina evitando obstáculos, caminar "de la mano", sujetar bandejas o empujar un carrito. 

Otras de sus habilidades es evitar a otras personas cediendo el paso, e incluso hay vídeos de demostración en los que varios ASIMO colaboran en una especie de cadena de montaje.

En una de las escenas más curiosas, ASIMO se recarga a sí mismo enchufando sus baterías a una toma de electricidad. 

En otro de los vídeos más recientes, puede verse cómo aprende a reconocer objetos visualmente, algo que algunos califican de "signo de inteligencia" aunque si hubiera que resaltar algo sería más bien el "efecto de humanidad" que consigue con sus miradas y pequeños movimientos cuando está esperando.

Fabricar cada ASIMO cuesta en torno a un millón de euros

Aunque en estos últimos años los avances de ASIMO han sido menos espectaculares -quien sabe si por la crisis- los ingenieros de Honda continúan con su desarrollo, publicando de vez en cuando algún vídeo de los avances experimentales y llevando a los diversos modelos a las ferias para exhibirlo como curiosidad.

Fabricar cada ASIMO cuesta en la actualidad algo menos de un millón de euros, de modo que no es un gadget precisamente barato que vayamos a ver pronto en casa.

Tendremos que conformarnos de momento con los juguetes y las aspiradoras robóticas... y de disfrutar con los vídeos del robot que parece un niño de diez años pero que pronto será todo un adulto.