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La sentencia de La Haya desmonta los argumentos de España para no reconocer Kosovo

  • Exteriores se basaba en una resolución de la ONU
  • Ahora debe optar entre el rechazo político o dar marcha atrás a nivel europeo

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España es uno de los cinco miembros de la UE que no reconoce la independencia de Kosovo

 "España está convencida de que la declaración unilateral de independencia de Kosovo no es acorde con el Derecho Internacional, ni con el principio de soberanía e integridad territorial de Serbia".

Estas palabras la consejera legal del Ministerio de Asuntos Exteriores, Concepción Escobar Hernández, defendiendo su negativa a reconocer la independencia de Kosovo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el pasado 8 de diciembre han quedado en entredicho no solo porque el tribunal ha concluido que esta declaración no fue ilegal, sino porque desmonta su principal argumento jurídico.

Éste se basa en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, que suspende de forma provisional la soberanía serbia de su provincia.

La resolución de la discordia

Para España, al declararse independiente, Kosovo "asumió competencias" que correspondían al Consejo de Seguridad de la ONU tras esa resolución, ya que en su opinión, correspondería a este órgano y no a las "instituciones provisionales" de gobierno de Pristina "decidir sobre el estatus político final" de la provincia.

Sin embargo, para la CIJ la resolución no prejuzgaba cuál sería el estatus final de Kosovo ni prohibía una declaración de independencia unilateral.

Más aún, el tribunal deja claro que después de que el propio enviado especial de la ONU para Kosovo, el ex presidente finladés Matti Attisahari, recomendase la independencia ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, al no pronunciarse el Consejo de Seguridad ni a favor -por el veto ruso- ni en contra -por el de EE.UU. y sus aliados occidentales- no había ningún impedimento para que esa declaración se produjese.

"España ha sostenido jurídicamente lo contrario y la Corte le ha dicho que se equivocaba de una manera clara", subraya el experto del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR),  José Ignacio Torreblanca, que considera que España "ya no se puede esconder en su posición legal" porque "no puede decir que se ampara en la legalidad internacional".

Es decir, que a partir de ahora el Ministerio de Exteriores, liderado por Miguel Ángel Moratinos, tendrá en su contra la legalidad internacional y solo podrá defender su rechazo a reconocer Kosovo por razones políticas, pese a que España "ha sido muy activa en su oposición jurídica" a la independencia.

España, como otros países con tensiones nacionalistas internas, decidió no reconocer a Kosovo en 2008, una postura minoritaria en el seno de la Unión Europea, donde 22 de los 27 países sí aceptan la independencia kosovar.

Apelación de EE.UU.

En este sentido, Estados Unidos ya ha instado a Europa a "estar unida en un futuro común". O, lo que es lo mismo, usar la resolución de la Corte para establecer las bases para la futura integración de Serbia y Kosovo en la UE.

"Serbia estará o no en la Unión Europea pero ya será sin el territorio de Kosovo. Si cinco países quieren obstaculizar el hecho de que Kosovo acceda a la plena estabilidad tendrán que justificarlo", añade Torreblanca.

En la misma línea, Edwin Bakker, jefe del programa de conflictos y de seguridad del Instituto de Relaciones Internacionales de Holanda Clingendael considera que "la cuestión más interesante que se plantea es lo que harán España, Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumania respecto a Kosovo".

"¿Seguirán a sus socios europeos en el reconocimiento de Kosovo?", se pregunta en voz alta.

Para Torreblanca, España no dará ese paso ni hoy ni mañana, aunque será inevitable que inicie un camino de reflexión "sobre lo que es mejor para la Unión Europea y para los intereses de Serbia y Kosovo", que llevaría, a medio plazo e inevitablemente, "al reconocimiento".

En el otro lado, la sentencia supone un refuerzo para los países 'embriones' y los movimientos separatistas en todo el mundo, aunque Torreblanca considera que el fallo está circunscrito al caso de Kosovo.

Amenaza independentista

"La diferencia está entre el derecho constitucional y en el derecho internacional. En aquellos países que son democracias asentadas existen procesos constitucionales para estas sensibilidades; en Serbia fracasó el derecho constitucional y acabamos en el derecho internacional", diagnostica.

Para Bakker, sin embargo, esta sentencia "es una mala noticia para un buen número de gobiernos que tienen que lidiar con movimientos separatistas, ya que el fallo puede hacer que vean amenazada su visión de que su integridad territorial es intocable", señala Bakker a la agencia Reuters.

En realidad, más allá de los casos que atormentan a los países europeos, quizá los que más afectados pueden estar son los que someten de manera violenta a estos movimientos separatistas.

Casos como los del Kurdistán iraquí, la Cachemira india, o estados de facto como Somalilandia, podrían ver su situación reforzada, más que vascos o turcochipriotas.

Sea como sea, y a pesar de Serbia, la independencia de Kosovo ha dejado de ser un tema de debate jurídico. "Hasta ahora era imposible que Serbia recuperase Kosovo de hecho; a partir de hoy lo es de derecho", resume Torreblanca.