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Los protagonistas de la justicia mundial en 2009

  • Dos jefes de Estado, Al Bachir y Fujimori, fueron condenados

Aung San Suu Kyi y Aminatu Haidar encarnan la represión a la disidencia    

Ver tambiénInforme 2010 Amnistía Internacional / Los  DD.HH. en cifras / Situación en España

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El presidente de Sudán, Omar Hassan Al Bachir, la premio Nobel de la Paz birmana, Aung Suu Kyi, el ex presidente peruano, Alberto Fujimori y la activista saharaui, Aminatu Haidar.
El presidente de Sudán, Omar Hassan Al Bachir, la premio Nobel de la Paz birmana, Aung Suu Kyi, el ex presidente peruano, Alberto Fujimori y la activista saharaui, Aminatu Haidar.

Nadie debe actuar por encima de la ley. Y el último año ha dado una elección a los que se creían por encima del bien y del mal. Jefes de Estado, la alta jerarquía militar e incluso jueces condecorados han visto cernirse sobre ellos la balanza de la justicia. 

El año 2009 nos deja héroes que no se dejaron intimidar y se aliaron con la justicia; pero también villanos que burlaron las leyes internacionales para seguir actúando con total impunidad. Son mujeres y hombres, de diferentes religiones y razas, que se encuentran en los cinco continentes.

A la caza de Al-Bachir

Llamarse Omar Hasan Ahmad Al-Bachir había sido garantía suficiente para eludir el peso de la ley en los últimos años hasta que en 2009 la Corte Penal Internacional marcó un hito dictando una orden de detención contra el presidente de Sudán por cinco cargos de crímenes de lesa humanidad y dos cargos de crímenes de guerra.

"Nadie ha preguntado nunca a la población sudanesa si quiere la orden de detención contra su presidente. Pero sin duda, sí: ya es hora". Estas palabras de una activista sudanesa, recogidas en el informe del 2010 de Amnistía Internacional, reflejan lo que sintieron muchas personas de la región cuando se enteraron de que el asesinato, el exterminio, el traslado forzoso, la tortura y la violación -delitos de los que se acusa a su presidente- no iban a quedar impunes.

Primer obstáculo salvado para impartir justicia. Sin embargo quedaba otro, vencer el blindaje de los poderosos Estados "amigos" de Sudán auspiciado por la Unión Africana, cuya asamblea decidió mediante una resolución no colaborar con la Corte para entregar al presidente Al Bachir, que se paseó libremente por Nigeria, Uganda, Turquía y Venezuela.

División entre las potencias mundiales por la orden de arresto contra el presidente de Sudán por crímenes de guerra en Darfur. Mientras.

La malentendida "solidaridad regional" se antepuso a los derechos de las víctimas y aunque la justicia internacional dio un paso hacia delante, los países africanos dieron un paso atrás y Bashir sigue sin rendir cuentas.

Un paso atrás que también se puso de manifiesto en los conflictos enquistados del Congo, Somalia o Darfur, donde miles de civiles siguen muriendo o en ataques indiscrimanados y represivos de las fuerzas de seguridad que en un estadio de fútbol de Guinea Conakry se saldó con 150 víctimas mortales.

Fujimori y las heridas abiertas de América

Entre la década de 1960 y mediados de 1980, durante la época de los regímenes militares en Latinoamérica, centenares de miles de personas fueron víctimas de homicidio, desaparición forzada y tortura. "No reabras la herida", han tenido que escuchar muchas veces los damnificados, a lo que ellos suelen responder "la herida está abierta, jamás ha sido cerrada".

Heridas abiertas y perpetuadas por gobiernos democráticos que no han querido -o no han sabido- sumergirse en ese período de tinieblas para resarcir de una vez por todos a las víctimas de esos abusos.

Y como nadie debe estar por encima de la ley, en abril de 2009 se declaró por primera vez culpable de violaciones de derechos humanos a un jefe de Estado elegido democráticamente. El ex presidente peruano Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel por torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales perpetradas en 1991.

El tribunal considera probado que ordenó dos matanzas en las que murieron 25 personas.

Además de Fujimori, otros dirigentes políticos como el ex presidente de facto de Uruguay, Gregorio Álvarez, también fueron juzgados, así como altos oficiales del Ejército entre los que destacan Alfredo Astiz, ex oficial de la ESMA en Argentina y 165 ex agentes de la DINA en Chile.

Logros que contrastan con el clamoroso fracaso de las desigualdes sociales. En 2009 se calcula que 9 millones de peresonas más habían traspasado en la región el umbral de la pobreza.

Suu Kyi y los Tigres Tamiles

También la pobreza, pero sobre todo la represión a la disidencia es la asignatura pendiente del contienente asiático, tal y como subraya Aministía Internacional.

Sólo en Myanmar se arrestaron a 2.100 personas por motivos políticos. La más notable de estas,  Aung San Suu Kyi, que en los últimos 20 años había pasado 13 privada de libertad, fue condenada a otros 18 meses de reclusión domiciliaria en un juicio injusto ante un tribunal de la prisión de Insein en Yangón. Los cargos en su contra estaban fundados en la visita de un estadounidense que en mayo consiguió llegar a nado hasta su casa.

Además, 2009 acabó con millones de desplazados por motivos de violencia y conflicto, la mayoría de ellos en Pakistán donde 2 millones abandonaron sus hogares ante la ofensiva militar de las tropas en la región.

La situación de los desplazados fue especialmente penosa en Sri Lanka donde unas 300.000 personas se encontraron atrapadas, desde enero hasta mediados de mayo, en una estrecha franja costera del nordeste del país entre los Tigres de la Liberación Tamil y el avance de las fuerzas armadas del gobierno. Murieron millares.

Se recrudece el enfrentamiento en Sri Lanka entre la guerrilla tamil y el Ejército. Según informa la ONU, podrían haber muerto cerca de 100 niños en los últimos ataques.

La ONU se limitó a aprobar una resolución elaborada por el propio Estado de Sri Lanka en la que se felicitaba por su actuación y se omitían los probados crímenes de guerra y abusos cometidos por ambos bandos.

Aminatu Haidar y el Informe Goldstone

La "Operación Plomo Fundido" dio una triste bienvenida al 2009, con cientos de civiles palestinos muertos en 22 días de intensos bombardeos en Gaza, y la represión postelectoral en Irán fue la despedida, no menos triste, con más de 112 ejecuciones registradas entre el 12 de junio y el 5 de agosto.

Mousaví, Karroubí y Jatamí se han reunido en una mezquita para intentar calmar los ánimos, a pesar de que las calles de Teherán siguen registrando intensos enfrentamientos.

Mientras que una investigación de la ONU, el informe Goldstone, concluyó que tanto Israel como Hamás habían cometido crímenes de guerra en Gaza -aunque ninguna de las partes ha juzgado aún a los responsables-, los violaciones y torturas perpetradas por las fuerzas de seguridad iraníes quedaron impunes o, aún peor, se volvieron contra las víctimas.

Sin embargo, fue la huelga de hambre de la activista Aminatu Haidar la que puso en el mapa de los derechos humanos el conflicto olvidado del Sáhara y la violación flagrante del derecho a la libertad de expresión por parte de Marruecos.

El activismo saharaui considera que el caso de Aminatu Haidar ha reactivado su lucha.

Natalia Stamirova, la voz de Chechenia

Peor suerte que Haidar corrió la célebre activista chechena Natalia Stamirova. Una bala silenció para siempre una de las pocas voces valientes e infatigables de la causa chechena.

Secuestran y asesinan en Chechenia a la activista de derechos humanos Natalia Estemírova. Dirigía allí la ONG Memorial y desde hace años investigaba las desapariciones en Chechenia. Un trabajo que compartió con la periodista Anna Politkóvskaya, asesinada en 2006.

"Sueño con vivir en algún lugar en paz con mi hija, llegar a ser abuela y mimar a mis nietos, pero todavía me queda una labor que hacer aquí", afirmó tras la muerte de un compañero en la defensa de los derechos humanos. Ella sería la siguiente.

Si bien es cierto que Europa dispone de una arquitectura regional de derechos humanos sin comparación en el resto del mundo, en 2009 derechos civiles básicos seguían resintiéndose en Rusia, Serbia, Croacia, Turquía o Moldavia.

Quizás el caso más llamativo y polémico en Europa sea el del programa mundial de entregas y detenciones secretas dirigido por la CIA, al que el presidente de EE.UU. le puso el punto y final, pero sin juzgar a los responsables. Alemania, Polonia y Rumanía optaron por encubrirlos y justificarlos, pero también hubo algunas señales de progreso hacia la rendición de cuentas en otros países.

Veintidós agentes de la CIA, un militar estadounidense y dos agentes italianos fueron condenados por un tribunal italiano por su particiapción en el secuestro y la entrega de Abu Omar, a quien habían secuestrado a plena luz del día en una calle italiana y transferido ilegalmente a Egipto -vía Alemania-, donde, según afirmó, había sido torturado.

Al finalizar 2009, 110 Estados habían ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, lo que demuestra que cada vez son más los que se están dando cuenta de que "ya es hora".